Capítulo 6

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-¿Emily? -Pregunté sin despegar mi vista, estaba más guapa que antes.
-¿Rebecca? -Preguntó de la misma manera.
-¿Qué diablos haces aquí?
-Trabajo aquí, soy profesora... ¿Tú qué haces aquí?
-Yo estudio aquí, ¿cuándo entraste?
-Hace unas semanas vine a una entrevista, acerca un campo de maestra, ayer me llamaron, diciendo que empezaría mañana. -Hizo una pausa. -Es decir hoy. -Yo sonreí de verla. -¿Hace cuando estás en Nueva York?
-Hace un año... -Respondí.
-¿Se conocen? -Pregunta Rach algo confundida, interrumpiento el pequeño reencuentro.
-Sí, ella fue el amor de mi vida. -Dijo antes de darnos la espalda para lavarse las manos.

Rach me miró muy confundida, yo recordé cuando ella siempre me lo decía, nosotras estando juntas. Por algún motivo eso me dolió...mucho, siendo yo la que la dejé.

-¿Las dejo solas? -Preguntó Rach.
-No, pueden seguir en lo que estaban, -comentó viendo hacia abajo, mi cremallera estaba abierta, rápido bajé mis manos y apenada la subí. -yo tengo que dar clases justo ahora. -Justificó mirando su reloj.
-¿Qué materia? -Pregunté.
-Español. -Respondió viendome a los ojos, tenían ese mismo efecto de hace tiempo. -Despidieron a la antigua maestra de secundaria. Por eso encontré trabajo.
-Creí que lo que estabas estudiando era... -Intenté recordarlo. -Ingeniería civíl. -Dije cuando la profesión vino a mi mente.
-Sí, lo que pasa es que no encontré trabajo, entonces empecé a estudiar educación, soy buena con los adolescentes, pero bueno, eso tú ya lo sabes. -Abrí los ojos sorprendida por lo que acababa de decir y Rach seguía bastante confundida. -Y aquí estoy. Llegarán tarde a su siguiente clase. -Nos adviertió
-No vamos a estar más por hoy. -Le avisé.
-Oh, ¿te importa si seguimos hablando? -Preguntó con un tono tierno.
-No, para nada. -Ella sacó su celular. -Va, te doy mi número.

Apunté mi número en el teléfono de ella y guardé el contacto, al ella marcar se dio cuenta que yo no había borrado el de ella, una pequeña sonrisa se asomó en su rostro y me lo entregó. Nos despedimos y junto a Rach me dirigí a la recepción. Al cabo de unos cinco minutos llegó mi hermano, firmó unas boletas que eran algo obligatorio y los tres salimos.

-¿Qué piensan hacer? -Preguntó mientras veía el camino. -Hoy es martes, no hay fiestas, no hay bares abiertos... no hay nada. -Comentó.
-Iremos a la playa. -Respondió Rachel demasiado segura que ahí nos dirigiríamos.
-¿Estás loca? -Dije viendo hacia el asiento de atrás donde se encontraba ella. -¿Quién nos llevaría?
-Estás en lo correcto, estoy loca. -Respondió a mi primera pregunta. -Y yo sé conducir, le pediré el auto a mi padre, y nos iremos. -Explicó finalmente-
-Bueno, sinceramente no me importaba, las llevaré a casa. Ustedes después se ponen de acuerdo, ¿si?
-Sí, esta bien. -Respondí sin poner mucha atención.

Cuando llegamos a casa, Seth aparcó en la acera y ambas nos dirigimos a mi habitación. Subimos y cerré la puerta detrás mío. La casa estaba deshabitada si no fuer por Seth y por nosotras, ya que Vale no había llegado, mis tíos no estaban y mis padres estaban trabajando. Rach se dio otro pequeño tour por un cuarto que ya conocía, y se dirigió hacia mí. Cuando estuvimos cerca, posó sus manos en mi cintura y yo dejé las mías en sus hombros, aciendo movimientos circulares con mi pulgar detrás de su oreja.

-¿En serio iremos a la playa? -Dije viéndola directamente a los ojos.
-Sí, ¿por qué no? -Levantó los hombros y se acercó a besarme.
-Porque... -Suspiré. -tengo que ser honesta contigo. -Comenté antes de cerrar la conversación con un beso.
-Oh, eso no me gusta como suena. -Se separó de mí y bajó la mirada.

Caminé hasta mi cama y me senté, ella me imitó, podrá no haber pasado tanto tiempo, pero necesitaba una explicación.

-Me estás confundiendo, te lo he dicho seguidas veces pero nunca me das una respuesta coherente. -Esperé a que dijera algo y seguí. -Sé que no eres lesbiana, y tampoco eres bisexual...
-No me gustan las etiquetas. -Contraatacó.
-Sí, y eso está bien, -Suspiré. -pero, no hagas que me enamore de ti. -Hice una pausa, ella de nuevo bajó la mirada. -Porque tú al igual que todas las personas que han pasado por mi vida amorosa, no quieren nada serio. -Repliqué enojada. -Y eso...es demasiado, no podría otra relación así. -Tomé un respiro, y ella seguía sin hablar. -Así que... dime aquí frente a frente, que no quieres tener nada conmigo, que no me quieres y que sólo me estás besando y tocando por placer y sólo por eso, para que no se me olvide.

No sé que somos, pero aún no te vayas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora