Capítulo doce: "Fishie"

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"Fishie"

Dibujé con mi dedo las finas gotas que se escurrían por el vidrio empañado del cuarto. Era temprano, pero sin embargo ya comenzaban a escucharse los cubiertos chocar contra los platos de porcelana viejos en el comedor central. Aquel sonido seco, combinado con el ruido de la lluvia y el estruendo que hacían los relámpagos, me provocaba una inmensa relajación. 

Los alaridos y las carcajadas de algunos Rebeldes resonaban por los pasillos, y pronto unos pasos se acercaron al umbral de mi cuarto. Pero no volteé.

¿Acostumbras a desaparecerte así como así? —Mi mano cayó a mi costado al oír la voz de Anna detrás de mí. Giré, y efectivamente, Anna me observaba recargada desde el umbral de la puerta con una sonrisa en los labios.

Me levanté de un salto de la cama y corrí a abrazarla. Su cabello estaba mojado, al igual que su chaqueta azul marino de Tommy Hilfiger que no se quitaba ni por obligación. Pensé que no volvería.

—¿Sabes los dulces que he ingerido esperándote? ¿Te he dicho que cuando me pongo nerviosa como mucho? ¡Imagínate! —Anna levantó los brazos y gesticuló exageradamente cada una de sus exclamaciones. Reí muy fuerte.

—Pensé que no volverías —confesé, arrastrando mis pies para abrazarla nuevamente.

Ella proporcionó leves caricias en mi espalda que me hicieron acordar a mi hermana. Siempre que me sucedía algo ella me reconfortaba así, abrazos y caricias relajantes. Y así nos quedábamos por horas, abrazadas hasta que mi llanto calmase. 

—¿Kim? Sé que me has extrañado pero tampoco para llorar —sacudió mi cuerpo y soltó una carcajada. Toqué mis mejillas y éstas se encontraban húmedas. Anna sobó mi brazo —. ¿Qué sucede?

Sacudí la cabeza. 

—Oh, nada, sólo... Nada —Anna frunció los labios y soltó una carcajada.

Mueeeero de hambre, ¿tú no? —Enredó su pequeño y delgado brazo con el mío y caminamos fuera de la habitación.

Anna había cambiado rotundamente estos últimos días. Mantenía su lado rebelde y maduro, pero mientras estábamos juntas ella estaba más relajada y... juvenil. Estaba segura que se debía a la confianza que fuimos generando entre ambas.

(...)

Caminamos con Anna por los pasillos que nos guiaban al comedor. Mi estómago rugía pidiendo comida a gritos. Aunque sea esa insípida mezcla extraña que llamaban "puré".

—¿Todo bien, Kim? —Volteé encontrándome con Paula, quien me miraba recargada en una de las columnas de hormigón con una sonrisa en el rostro.

Me encogí de hombros. Realmente estaba bastante cansada y aturdida, pero sabía que Paula no quería detalles sobre mis ánimos, por lo tanto tomé el camino corto.

Miré a Anna y le susurré un "luego te alcanzo" . Ella asintió y caminó por el pasillo para entrar posteriormente al comedor.

—¿Estamos de malas? ¿Que sucedió? —Volvió a hablar Paula.

—Nada —negué con la cabeza y moví mis pies hacia el pasillo que nos encaminaba al comedor central.

Paula rodeó mi brazo con su mano y clavó sus ojos pardo en los míos.

—Me he enterado de tu escape. —Paula se cruzó de brazos, haciendo sonar las pulseras de plata viejas que colgaban de sus muñecas y antebrazos — Justin está muy molesto. Irritable.

Deserto » bieber [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora