Capítulo treinta y cinco: "¿Y cuál es tu plan?

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Kim's POV

Nora me guió a través de un pasillo angosto, oscuro y húmedo. El aroma sofocante y apestoso del moho acumulado en las esquinas del hormigón comenzaba a tambalearme. Me tapé la nariz y boca con la manga de la camiseta, intentando no toser o darme media vuelta y volver al salón principal. Se oía el eco de las gotas que se desprendían desde algún lugar de las paredes, y formaban charcos en las esquinas.

Tenía la espalda de Nora frente a mí, movía las caderas mientras caminaba. Parecía como si no le alcanzara con simplemente intentar mostrarse como líder frente a todos los rebeldes, sino también en un callejón sucio que parecía estar abandonado.

No confiaba en Nora. Para nada.

Ella caminaba con seguridad, como si a aquellos pasillos inhabitables los hubiese recorrido centenares de veces anteriormente. Y no me sorprendía. Uno nunca podría imaginar las cosas que debe esconder la menuda figura de Nora.

De repente el estrecho camino finalizó, dejando frente a nosotras una puerta de madera un poco –bastante– desgastada color marrón. Mi pulso se acelera por alguna razón, y solo para mantener calmados mis nervios apoyo la mano despreocupadamente sobre la cinturilla de mis pantalones negros, donde reposaba tranquilamente mi pistola.

No podía fiarme de ella. ¿Qué diablos hacía con ella allí? Oh, cierto, quería averiguar con mis propios ojos si Nora era realmente una traidora, o solamente una muchacha que estaba celosa.

—Tengo cosas más importantes que hacer. —Digo, intentando de una vez por todas captar su atención. De todas formas, ni siquiera se voltea para dirigirse a mí.

—¿Ah sí? ¿Cómo chupársela al líder por un poco de atención? —Aprieto el puño y cuento hasta diez. Todavía no, me digo, no tan rápido. Nora abre una gran puerta de metal, oxidada y vieja. Detrás de ella todo estaba oscuro, aunque el olor a humedad se volvió más insoportable. —¿Vas a venir o estás esperando que te extienda una alfombra roja?

Caminé detrás de ella, hasta toparme con un gran ventanal cubierto por una cortina negra gruesa y deshilachada. Nora se deja caer contra la pared de hormigón, adoptando una postura despreocupada, aunque alerta. Yo estoy quieta, también alerta, esperando que hablara o atacara, así pasar a la fase dos.

—Empieza a hablar. —Aprieto la mandíbula al decir aquello, sosteniendo su mirada verdosa sin ningún tipo de temor. 

Nora suelta una risa burlona, haciéndome sentir tonta por sólo dos segundos. Vuelve a enderezarse y camina lentamente hacia mí. No retrocedo, me mantengo allí estática. Y espero.

—Debes prometer que esto quedará aquí. Entre tú y yo. —Susurra con cautela — No puedo fiarme de ti. 

—¿Justamente tú lo dices? —Carcajeo — Sé que a primera de cambio me apuñalarás por la espalda.

Nora alza una ceja. La rabia no deja de burbujear en la boca de mi estómago. Siento asco, una especie de náuseas hacen cosquillas en mi garganta. Pero sé que no es porque haya comido algo que me cayó mal —aunque, pensando en el tipo de delicatesses que sirven aquí, no me extrañaría —, sé que es ella la que me enferma. Su mala energía me marea.

—La liberación de tu hermana nos conviene a ambas. —Dice como si aquello fuese obvio — Tú quieres a tu hermana sana y salva a tu lado. Y yo quiero las tácticas internas de los Golden Killers. Todos contentos.

—Es irónico pensar que tú quieres cooperar con el refugio. Con los rebeldes. 

Nora se ríe tan fuerte que aturde mis oídos. —No te confundas, cariño. —Dice detrás de una leve sonrisa irónica — Daría lo que fuera por que ellos se pudran en el mismísimo infierno, créeme. Los Golden Killers son una amenaza general. Seas Rebelde o no.

Me quedo mirándola por unos minutos. ¿Debía confiar en ella o tan sólo confiar en mis instintos por primera vez en mi vida? Era Nora. Todos sabían que Nora era una persona de la cual había que mantener distancias. Pero por alguna razón, su teoría parecía convincente. 

—¿Y cuál es tu plan? 

(...)

No one's POV

Justin le da un último gran sorbo al vaso con un licor extraño que había encontrado en una cabaña cerca del lago. Le sorprendía que ésta no hubiese vencido. Su mirada se mantiene distante, mirando a la nada, y pensando solamente en una persona. Kim. Maldita morena, como lo calentaba. Y no de la forma sexual, aunque tampoco sería errado. Su carácter fuerte le encantaba, aunque también lo hacía enfadar de una forma increíble.

Una noche artificial rodeaba al muchacho, encerrado en su cuarto del refugio mientras observaba la ventana. La puerta se abre y rechina, pero Justin no se voltea. Ya le importaba una mierda quien entraba y quien se iba.

—¿Qué pasa con esa cara de poto, tío? —Logan se sienta a su lado en el borde de la cama. Justin aprieta la mandíbula — Oye, ¿no crees que te has pasado un poco con Travis antes?

Justin le da otro sorbo al licor y aprieta tanto la botella que la punta de sus dedos se vuelven blancos. —Cierra la boca. 

Logan asiente y rueda los ojos — Lo que sea. Yo sólo decía. —Suspira y le roba la botella a su amigo para beber un enorme sorbo. Justin ni se mosquea. — Es por la chica, ¿cierto?

Tocó su punto sensible. Maldita sea. Él no era ningún crío para andar lloriqueando por mujeres. Cualquier chica se encamaría con él si se lo propondría. Pero no, sólo una equiparaba su mente. Le dio otro sorbo al licor al frustrarse con sus propios pensamientos.

—¿Qué pasa con ella? —Logan le pregunta.

—Ese maldito hijo de puta- —Justin refunfuña inconscientemente.

Su amigo suelta una carcajada tan fuerte que podrían haberla oído hasta el comedor — Estás celoso hasta los cojones, tío.

—Si hablarás, asegúrate de decir cosas coherentes. —Dice, antes de pegarse a la botella de licor nuevamente. 

—Estás enamorado hasta la médula, amigo. —Él golpea su espalda y se levanta, arrebatándole a Justin el licor y escapar de la habitación antes de sufrir un hematoma o algo peor. 

Justin bufa y se deja caer de espaldas en la cama. Necesitaba golpear unas cuantas bolsas. Con tan solo pensar en la cara del marica de Travis un cosquilleo conocido recorría su cuerpo. Lo detestaba, por el amor de dios, como lo detestaba.

Lo detestaba por su actitud de marica 24/7. Lo detestaba por su felicidad continua. Y lo detestaba por rondar detrás de su chica. 

n/a: Un poco corto, i know y lo siento. SI PUEDO Y LLEGO, mañana escribo otro y lo subo. ¡Espero que este les haya gustado! (debo decir que a mi no me gustó del todo, quizás lo termine editando)

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—Cía

Deserto » bieber [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora