Capítulo cuarenta y ocho: "Tú te quedas y punto"

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ANTEÚLTIMO CAPÍTULO.
Kim's POV.

Todavía se encontraba inconsciente cuando llegué a sentarme a un lado de su cama. Shauna me miraba desde el otro lado de la habitación de vez en cuando, de reojo, mientras desinfectaba y ordenaba instrumentales que supuse que habría usado en Justin.

Se veía pacífico. Pero por alguna razón, lo único que se me pasaba por la cabeza al mirarlo era la rabia y la culpa. Culpa por no poder haber hecho nada, es decir, estaba lo suficientemente entrenada como para lidiar con una situación por el estilo. Había hecho cosas peores, operé sobre una mesa sin tener ningún conocimiento en la materia, me infiltré en el refugio enemigo y defendí a los míos a pesar de todo. Me enojaba que nada saliera a nuestro favor. Y, sobre todo, y lo que más me consumía, el enojo por no poder salir de aquí a darles su merecido.

Sin embargo, más allá de que quiera distraer mis pensamientos con esos tópicos, los signos de pregunta alrededor de dos simples palabras me mantenían inquieta. La Pirámide.

─¿Kim?─La voz rasposa de Justin hizo que me reincorpore en el asiento. Tomé su mano al instante. Aún no abría los ojos por completo, pero podía ver como lo intentaba y humedecía sus labios buscando algún tipo de líquido que aclarara su garganta.

─Aquí estoy. ¿Cómo te sientes?

─A-Agua─Articuló con dificultad luego de unos cuantos segundos.

Shauna se me adelantó y le alcanzó un vaso plástico. Justin se quejó levemente al intentar levantarse mientras apoyaba una mano en su herida perfectamente vendada con uno de los últimos rodillos de gasa que quedaban en el refugio. Tomó unos sorbos antes de estrellar nuevamente su cabeza en la almohada. No hablé, simplemente me quedé mirando cada uno de sus movimientos. Después de unos minutos de silencio mirando el techo, volteó la cabeza para mirarme. Sin embargo, cuando creía que me diría algo, no fue así.

─Me has dado un gran susto, Bieber.─Murmuré mientras volvía a tomar su mano con firmeza. Esta vez, entrelazó sus dedos con los míos.

Él eleva sus comisuras en una sonrisa─ Ni por un infierno podrías liberarte de mí, Kimmy. No te preocupes por eso.─Su voz sonaba ronca, y por un momento mi corazón saltó con excitación en mi pecho.

El silencio volvió a reinar, y no necesité deliberar más conmigo misma para decidir quitarme ese peso que cargaba encima y no me dejaba respirar─ Lo siento.─Justin frunció el ceño y con su pulgar comenzó a trazar círculos imaginarios en el dorso de mi mano mientras clavaba su mirada curiosa en mí, así que proseguí─ Por lo de Nora. No debí traicionar a los Rebeldes así. Me equivoqué. No podía pensar en otra cosa que no sea mi hermana y eso me cegó. Pero definitivamente no fue de las mejores decisiones que tomé en mi vida.

Noté a Justin tensarse y apretar su mandíbula─ No es momento de pensar en eso ahora. Necesito levantarme de esta camilla e idear un plan para enviar refuerzos al refugio de los Golden. Los chicos no pueden solos y seguramente ya tenemos muchas bajas.─Hizo el amague de levantarse, pero con ambas manos lo volví a empujar a la cama. Su rostro se encontraba a centímetros del mío, y aunque me moría de ganas de besarlo, no hice ningún movimiento. De todas formas, él sonrió con cierta picardía─Vaya, solo tenías que decirlo, nena. Pero si quieres ir por lo rudo no es necesario que me empujes sobre la cama.

─Cierra la boca y acuéstate. Yo me encargaré de todo lo demás.

─¿De mi necesidad de besarte también te encargarás o necesitas ayuda? ─Enarcó una ceja.

Esas palabras bastaron para que mi cuerpo entero temblara. Sentía mis mejillas cosquillear por la necesidad incontrolable de sonreír. Me incliné levemente sobre su cuerpo, teniendo cuidado con su herida y pegué mis labios a los suyos. Al abrir los ojos, los suyos estaban cerrados y sus facciones presas de una notoria satisfacción. Sonreí sobre su boca.

Deserto » bieber [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora