Capítulo veinticinco: "Me vuelves loco"

3.6K 377 103
                                    

Cerré la cortina de golpe y salí corriendo con destino a la habitación en la dormía Justin. No me paré a pensar en tocar la puerta, simplemente la abrí y entré. Su cuerpo descansaba sobre la cama de dos plazas, su cuerpo destapado y sudado.

Mente pura, Kim, piensa en claro.

El ambiente se volvía menos respirable con el pasar de los minutos. El aire me afixiaba y sentía que nos quedaba muy poco tiempo. Teníamos poco tiempo. Ellos estaban afuera y vendrían ahora.

Sacudí a Justin, su inmovilidad me ponía aún más nerviosa. El sudor cubría mi frente y observaba la puerta cada medio segundo. Justin se frotó los ojos y se levantó de golpe al verme tan desesperada.

—¿Qué está mal? —Su voz ronca sonaba más leve al levantarse.

—Están afuera —murmuré sin aliento.

Justin primero pareció no comprender, pero luego sus ojos se abrieron y se paró de golpe. Mi garganta se cerraba, quizás estábamos rodeados y no teníamos oportunidad de huír.

Voy a morir, pensé. Era la primera vez que reconocía que no había salida. Y supongo que a este punto debía aceptarlo.

—Mírame. —Justin tomó mi rostro entre sus manos. Sus ojos mieles se veían con más brillo de cerca — Eres una luchadora, ¿me escuchas? Y los luchadores peleamos hasta el final. Pero está bien tener miedo.

—El miedo nos hace vulnerables —le dije.

—Te equivocas. —Él sonrió — El miedo es el único que nos da una razón para sobrevivir.

Sus labios impactaron con los míos, pero no duró tanto. Él tomó mi mano y juntos bajamos por las escaleras. Todavía no parecía haber sonido alguno, como si estuvieran esperando algo. ¿Estaban esperando a que salgamos? ¿O tan sólo aguardaban el momento en el que estemos más débiles para atacar? Sea como sea, había que apurarnos.

—Espera, me he olvidado la bolsa. —Me solté con lentitud de su mano y él me dio una mirada antes de que yo me perdiera por las escaleras con rapidez.

Me paseé por el pasillo a oscuras hasta dar con el cuarto. La bolsa color crema bastante gastada por sacudirla y arrastrarla descansaba en un rincón de la habitación. Me agaché a controlar que las armas punzantes y los pequeños botiquines estén dentro. 

Tick, tack, tick, tack. Un sonido proveniente de algún sitio de la habitación me hizo incorporar. 

Tick, tack, tick, tack. Me encaminé hacia el cuarto de baño pequeño de la habitación y noté que el sonido se escuchaba más claro allí. Revolví el mueble debajo del lavabo. Nada. Me fijé dentro de la bañera. Nada.

Pero cuando volteé mi corazón paró por una milésima de segundo. Una bomba reposaba sobre el mueble. Le quedaba dos minutos, y si no nos íbamos antes, volaríamos por los aires. Todos.

O quizás no. 

Tomé la bomba entre mis manos sintiendo como un cosquilleo recorría mi brazo. Les daríamos una cucharada de su propia medicina.

Corrí escaleras abajo. Justin y los chicos estaban frente al cuerpo inconsciente de Finn, sus rostros serios y sus hombros caídos. Pero todos voltearon cuando escucharon mi respiración acelerada. Corrieron hacia mí al verme correr hacia la ventana con una bomba en mano.

—Malditos hijos de perra —Logan se mostró agresivo. En cambio Justin se acercó a mí temeroso.

Abrí la ventana y no me importó que me vieran. Tampoco me importó que estuviera expuesta a una herida de bala. En ese momento la única cosa que ocupaba mi mente era lanzarles la bomba e irnos de aquí lo antes posible. Cuando la bomba estuvo a treinta segundos, la lancé en el pasillo entre callejón y callejón donde ellos se escondían.

Deserto » bieber [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora