Deserto » bieber [TERMINADA]

Capítulo treinta y tres: "Aléjate de ella"

Justin's POV

Abrí y cerré las manos con fuerza mientras me dirigía hacia el refugio. La fría brisa nocturna me envolvió al acercarme a la puerta de entrada. Pero no sentí nada nuevo, más que aún más rabia. Seguí caminando sin encontrar otro consuelo más que la soledad. O quizás un cigarro. Mis nudillos dolían, pero tampoco le tomé importancia. Fui bastante gentil con ese gilipollas en no molerle el rostro a golpes. 

Inhalé con fuerza y pasé el dorso de mi mano por debajo de mi nariz. Sacudí la mano para quitar todo rastro de sangre y apreté los puños. Sentí mi visión borrosa por la rabia, y caminé con más rapidez hacia el refugio. 

Divisé a los chicos recargados en sus motos frente al refugio. Noté una figura desconocida entre ellos. Travis. Al verme, fruncieron el ceño y sus carcajadas se detuvieron de un momento a otro. Apreté aún más la mandíbula y me recargué sobre mi motocicleta. Hurgué en los bolsillos de mi chaqueta y, una vez que tomé uno de los cigarros, lo encencí y lo llevé a mis labios. 

—¿Dónde estabas y qué jodidos te pasó? —Rompió el silencio Travis.

Todos esperan atentos mi reacción. Pero no les doy el gusto. Dejo salir el humo en un perfecto anillo, que acaba mezclándose con el aire. 

Lo miro sombrío, intentando que sepa que no es bienvenido aquí.

—¿Quién coño eres? ¿Mi madre?—gruñí, sorbiendo con fuerza el cigarro. Entrecerré los ojos cuando el viento me golpeó en el rostro — ¿Qué hace él aquí?

—Tranquilízate, hermano.—Frunció el ceño Spencer — Apareces luego de estar dos horas perdido en quién jodidos sabe dónde con la nariz sangrando. Estoy seguro de que es algo para preocuparnos. 

—No es el caso, ¿de acuerdo?

Dejé caer el cigarro a mis pies y lo pisé con fuerza. Los chicos me observan distantes. Observé a Travis con recelo. ¿En qué momento se le permitió estar aquí, con nosotros? 

—Gilipollas—Escuché murmurar a Travis.

Mi cabeza se volteó con rapidez hacia él. La gota que colmó el vaso. Apreté los puños y me abalancé hacia él sin importarme absolutamente nada. Tenía atragantado a este tipo desde hace bastante tiempo. Quizás el destino deseaba que le dé de una vez por todas unos cuantos coñazos. Y yo estaba honrado de hacerlo.

Spencer se interpuso y me tomó por los brazos. Sentí un cosquilleo familiar recorrerme. La rabia golpeando mi cuerpo, rogando que la deje salir.

—¿Cómo me llamaste, cabrón? ¡Quita tus jodidas manos, Spencer, por un infierno!

Empujé con fuerza a Spencer, que cayó al suelo. Sentí la vena de mi cuello comenzar a hincharse. Golpeé la mandíbula de Travis con toda la fuerza que tenía guardada. Lo tomé del cuello de la camiseta y lo estampé contra el tronco de un árbol cercano. Apreté los dientes y me acerqué a su rostro. Si quería jugar, jugaríamos. Pero a mi manera. 

—¿Sabes quién manda aquí, no? —gruñí. Golpeé su torso nuevamente contra el tronco al no recibir respuesta — ¿Acaso estás sordo? ¡Te hice una jodida pregunta!

—Suéltalo.—Mi expresión se relajó al oír una voz femenina a mis espaldas. Kim. Volteé a verla, encontrándome con sus ojos entrecerrados y sus brazos cruzados— ¡Que lo sueltes, por el amor de dios!

Sintiendo mi sangre hervir, dejé caer con brusquedad a Travis. Casi al instante tomó su mandíbula, siseando de dolor. Pedazo de marica.

Kim estaba roja de furia. Y aquello me hizo enfadar más aún. ¿Lo estaba defendiendo? Apreté los puños cuando ella me lanzó una mirada acusadora antes de acercarse a Travis y revisar su mandíbula con detenimiento.