"No necesito su ayuda"
Extendí el brazo para que las gotas de lluvia cayeran en la palma de mi mano. Deambulando por los infinitos pasillos del refugio, encontré un pequeño patio —que era un desolado cuadrado de concreto sin techo — bastante abandonado. Era el sitio perfecto para despejarme y librarme de la rabia que seguía acumulada en mi pecho.
Sabía que lo que había dicho estaba bien, tenía razón, él era un autoritario sin remedio. Y no me arrepiento, de ninguna manera. Aquellas palabras las tenía atragantadas hace tiempo, y supongo que era momento de dejarlas salir.
Me levanté del suelo tras un largo suspiro y limpié mi trasero con la manga del abrigo. Salí al pasillo, nadie pasaba por allí a esa hora. Todos debían estar reunidos en el salón de batalla entrenando o en el comedor central conversando. Así que, con tranquilidad, me dirigí a paso lento hacia la sala principal.
No me dí cuenta cuando choqué con una tonificada figura. Subí la mirada, que anteriormente se encontraba baja, y me encontré con los ojos mieles de Justin. Su mandíbula estaba apretada, al igual que su mano derecha en el casco de motocicleta negro que colgaba de ésta.
Sus prendas oscuras se encontraban mojadas y goteaban al igual que su rubia cabellera. Sin embargo, nuestro orgullo fue mayor y apartamos la mirada, para esquivarnos y seguir nuestro camino.
¿Había salido en motocicleta debajo de la lluvia? ¿No era que detestaba la lluvia? Según las películas que veíamos con mi madre cuando papá y Lin estaban fuera, eso significaba que necesitaba un tiempo para pensar y despejarse. ¿Le afectaba nuestra pelea? Claro que no, ¿entonces?
Una mano se posicionó en mi hombro y me volteó. El rostro de Travis fue lo primero que mis ojos captaron, y posteriormente su sonrisa deslumbrante.
—Al final eres un tiburón, fishie. Tienes agallas para enfrentarte a Justin, eh. —Travis proporcionó dos palmaditas en mi brazo junto a una carcajada.
Me encogí de hombros.
—Alguien debía decírselo en algún momento, ¿no?
—Realmente estás loca, Kim. —Sacudió la cabeza y colocó su mano en mi espalda baja, para caminar hacia el salón de batalla — Quizás golpear algunas bolsas te despeje, ¿qué te parece la idea?
Asentí.
Mientras caminábamos, noté la mirada de Justin que se encontraba recargado en una de las columnas de hormigón de uno de los pasillos. Nos miraba con el ceño fruncido y los brazos cruzados, aunque eso no era algo extraño en él.
Conectamos miradas. Pero pronto mis ojos se vieron interrumpidos por el material de concreto que formaba la pared. Sacudí la cabeza y devolví mi mirada al frente.
Despejé mi mente de pensamientos que tengan que ver con Justin y seguí a Travis hacia el salón de batalla.
El cielo se encontraba aún más nublado, y prometía seguir lloviendo por un largo tiempo. Paula colocaba sus manos en la cintura de una de las chicas para ajustar su posición de ataque. La chica soltó una patada lateral y Paula asintió con una sonrisa.
Ella volteó a mirarnos y se acercó a paso lento.
—Travis, tú ve con Max, están practicando pelea cuerpo a cuerpo. —Le informó Paula a Travis. Mi cerebro seguía girando en la pelea con Justin — ¿Me escuchas, Kim?
Paula me miraba con el ceño fruncido y los brazos en jarras.
—U-uh, sí.
—¡Qué bueno! ¡Realmente estaba buscando a alguien que quisiera lavar todos los uniformes sucios de los Rebeldes en el lago!
Abrí los ojos al máximo.
—Espera, ¿qué? —Paula comenzó a reír frenéticamente.
—¡Tendrías que haber visto tu cara! —rió más fuerte. Se limpió una lágrima y se calmó con un suspiro — Estaba diciéndote que vayas a las bolsas, Justin regresará para ayudarte con eso.
—No necesito su ayuda.
Paula sonrió y señaló las bolsas con una ceja alzada. Caminé lentamente hacia las bolsas y escogí una que estuviera alejada de los demás. Arremangué las mangas del sweter negro por encima de mis codos y observé la bolsa con el ceño fruncido.
Mi padre y yo solíamos practicar boxeo cuando yo cumplí los catorce años de edad. Me gustaba, realmente disfrutaba ir al entrenamiento con mi padre. Él se veía feliz allí, era como su segundo hogar, y eso me lo transmitía a mí.
Coloqué ambas manos cubriendo mi rostro y lancé un golpe rotando la muñeca, que impactó en la bolsa moviéndola unos centímetros. Solté un quejido. Unas cálidas manos se posicionaron en mi cadera, y no necesité voltear para saber que se trataba de Justin.
—Intenta imaginar que mi rostro se encuentra allí y golpea. —Justin susurró en mi oído, alejándose con una sonrisa en el rostro.
Apreté los dientes y volví a levantar mis puños. Golpeé la bolsa con tanta fuerza que se balanceó con impulso hacia ambos lados. Justin limpió una lágrima imaginaria e hizo un puchero.
¿Por qué se ve tierno así? ¡Él no tenía derecho de verse tierno de esa forma!
—Eso dolió, Kim. —Hizo sonar su nariz y yo mordí el interior de mi mejilla para no reírme.
Seguí golpeando la bolsa negra bajo su atenta mirada. Sus ojos volaban desde mis puños impactando la bolsa hasta mis piernas perfectamente alineadas hacia un costado. Dejé de golpear y le hice frente, sus ojos subieron a los míos.
En serio, ¿este chico es bipolar?
—¿Podrías dejar de mirarme de esa forma, por favor? —me crucé de brazos y apreté el sweter con mis dedos.
—¿Por qué?
—¡Porque no dejas que me concentre! —gesticulé con los brazos. Él soltó una carcajada.
—Vaya, ¿te desconcentro, Kim?
Su sonrisa pícara me revolvía el estómago. ¿Acaso le hacía gracia?
—¡Ya basta! —crucé nuevamente los brazos.
—¿Qué? —Justin se encogió de hombros y eso me hizo cabrear más.
—¡Deja de ser así!
—¿Así cómo?
—¡Así de estúpido!
Justin caminó los pasos restantes hacia mí y me sonrío.
—Aún así te desconcentro.
—Eres tan idiota —murmuré, frunciendo los labios.
—Que linda eres —se mofó —. Espero verte más tarde para las veinte vueltas. Eso sí, si no eres una niñata caprichosa. Oh espera, ¿harás rebelión nuevamente? ¡Creo que voy a llorar!
Golpeé sus pectorales con ambas palmas, sin embargo él no se movió un centímetro. Él comenzó a caminar en dirección contraria con una sonrisa en sus labios. No me dio tiempo a responder cuando ya se encontraba adentrándose al gran edificio.
—¡Ahí me tendrás, imbécil! —Justin giró sobre sus talones y soltó una carcajada.
Y aquí continúa la maratón. Realmente amo las peleas de Justin y Kim, es que son tan estúpidos los dos ahre JAJAJJAJAJAJJ
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—Cía
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Deserto » bieber [TERMINADA]
Fanfiction"Todo a tu alrededor es capaz de desmoronarse en un abrir y cerrar de ojos." Libro 1: Deserto. Libro 2: Alba © baldwinlaws.