Capítulo veintinueve: "Culpa"

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Ya había oscurecido, y aún me encontraba hecha una bola frente a la ventana con la mirada perdida en el bosque. Mis ojos tenían lágrimas atoradas que ya no podían circular con normalidad. Mis mejillas humedecidas por las lágrimas. Mis ojos ardían y me era imposible mantenerlos abiertos.

Había insistido en quedarme a solas conmigo misma toda la tarde y noche. No había salido ni para cenar. Justin de vez en cuando asomaba la cabeza por la puerta para vigilarme, arqueaba las cejas hacia abajo y se iba. Así había sido por horas y horas. 

El silencio me abrazaba, al igual que la oscuridad. Mi cuerpo temblaba con tan sólo recordar la palidez de su rostro. La imagen de sus ojos cerrados. Holland estaba muerta. Muerta por mi culpa. ¿Qué sería del refugio sin su alegría hasta por las mañanas? ¿Qué sería del refugio sin sus críticas constructivas hacia la insípida comida? 

Oí la puerta abrirse lentamente, pero no volteé, suponía que era Justin otra vez. Pero no fue así, ya que el rostro demacrado de Travis se presentó a mi lado. Sus ojos estaban rojos, y se notaba que había estado llorando por horas. Eso me hizo sentir aún más culpable.

Travis no era un chico que lloraba con facilidad. Varias veces lo vi golpearse el dedo pequeño del pie y no hacer ni mueca. Pero más allá de eso, Travis era una persona bloqueada. De esas que tienen una llave propia que abre las puertas a su verdadera personalidad. Debes ser demasiado importante para que esa persona te de una copia de la llave.

Ni siquiera volteó a mirarme, tan sólo se sumó a mi vista por la ventana y el bosque. Tenía la mandíbula apretada, y aunque quería hablar, no me creía capaz de lograr articular palabra.

—No ha sido tu culpa.—Fue lo primero que me dijo—Tú no mataste a Holland. Lo único que deseabas era salvarnos el pellejo a todos nosotros.

Sonreí y sacudí la cabeza.

—Mi plan la ha matado. —Comenzaba a sentir el nudo regenerarse en mi garganta.

—Ven aquí. —Travis tiró de mi brazo y me rodeó entre sus brazos. El perfume que solía usar me invadió apenas mi nariz hizo contacto con su camiseta — Te diré una sola cosa: Deja de tenerte miedo. No eres una asesina. En ese momento eras tú o ellos.

No quería seguir hablando del tema, así que hundí aún más mi cabeza en su hombro. A veces tan sólo deseaba despertar un día y que todo fuese una pesadilla. Una horrible pesadilla. Pero sabía que aunque desee con todas mis fuerzas que lo fuese, todo estaría exactamente igual.

La puerta se abrió de un sopetón, y cuando me incorporé vi el rostro serio de Justin. La mandíbula apretada de forma brutal. Estaba molesto.

—Entrenamiento en el patio en quince minutos. —Justin amagó irse, pero cambio de opinión y se giró nuevamente — Oh, y lamento haber interrumpido el momento.

Me lanzó una mirada de muerte antes de seguir su camino hacia el patio. Luego el silencio se volvió incontenible. Carraspeé la garganta.

—Oye, necesito ir a tomar un poco de aire. Ya sabes pensamientos profundos, mirar el amanecer mientras los pájaros cantan y todo eso. —Hice un ademán con la mano restándole importancia—¿Puedes informarle a Justin?

Travis soltó una carcajada en bajo tono. De esas que haces cuando quieres demostrarle a la otra persona que te ha hecho gracia el comentario, pero al mismo tiempo siendo precavido por lo destrozada que estaba hace rato.

—Claro, princesa. —Travis acarició mi mejilla muy lentamente. Bajé la mirada y su mano cayó — Lo siento.

Negué con la cabeza aún agachada.

Deserto » bieber [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora