Capítulo veinte: "¿Podrías abrazarme?"

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¿Quién era Nora y porqué tenía un aspecto familiar?

Muchas preguntas, pocas respuestas. Como siempre.

Nora nos había guiado a un cuarto apartado donde estaban los líderes. Ella me miró y me hizo saber que no tenía el derecho de encontrarme allí. Con bastante rabia acumulada en mi pecho me fui hacia el patio lateral del enorme edificio.

Éste era más pequeño que el refugio anterior. Tenía una gran sala principal, pero pocos cuartos. No habían casi personas, unas pocas estaban sentadas en el suelo a pocos metros de distancia y me observaban expectantes. Como si fuera un alien o algo por el estilo.

Seguí caminando por los extensos y extrañamente oscuros pasillos del refugio, preguntándome el hecho de que no tenían velas por ningún sitio. Todo estaba hundido en la inmensa oscuridad. No sabía exactamente hacia donde ir. Todo era tan desconocido.

Una carcajada masculina me hizo voltear. Travis me observaba recargado en una de las paredes de hormigón a mi lado.

—Pareces aturdida. —Travis mantenía aquella diversión en su voz, a pesar de que nos habíamos besado.

Él actuaba como si jamás hubiese pasado. Las palabras se quedaban atascadas en mi garganta. Esto era más incómodo que cuando mis padres conocieron a mi primer novio.

—Solo intento ambientarme. —Pasé una mano por mi flequillo, intentando hacer algo que implique mover alguna extremidad.

Travis sonrió.

—...O te han echado de la privada reunión de líderes.

Pasé una mano por mi brazo. Era incómodo pensar que era la única que recordaba constantemente aquel beso. No había visto a Travis desde anoche, cuando ocurrió, y tenía en cuenta que me lo encontraría en cualquier momento.

—Oye... Sobre lo de anoche...

Travis sacudió la cabeza con una sonrisa plasmada en el rostro.

—¿Qué ha pasado anoche? —Primero fruncí el entrecejo en confusión, pero luego entendí lo que intentaba decir — Sé que no sientes nada por mí, Kim, y no hay problema con eso.

—Me alegra que lo entiendas.

Se cruzó de brazos y asintió. El silencio que anteriormente era cómodo, ahora era más incómodo que nunca. Y cuando Travis se acercó lentamente a mí, me tensé con anticipación.

Su mano se deslizó por mi mejilla. Intenté correrme hacia atrás, pero su brazo se enredó en mi cintura, sin permitirme escapar.

—Solo déjame besarte una última vez... —murmuró contra mi pómulo.

—Travis, no. —Coloqué mis manos en sus pectorales e intenté empujarlo lejos, sin embargo no lo logré.

Sus labios hicieron contacto con la piel de mi cuello. Me encogí, intentando sin éxito que se separara y me deje libre. Pero no funcionó. Su lengua comenzó a formar círculos en la piel bajo mi mandíbula.

—Ya basta, por favor. —Me sacudí.

Sin encontrar otra alternativa, observé la única carta que tenía sobre la mesa. Levanté mi rodilla y la impacté con su entrepierna. Se separó y cayó al suelo, agonizando del dolor. Comencé a caminar hacia el pasillo, me sentía mal, pero era lo que debía hacer.

—Iba a intervenir, pero sabía que lograrías hacerlo. —Justin me miraba recargado en la pared, con un cigarro en sus dedos y haciendo anillos de humo mientras exhalaba.

Que sensual...

—No tendrías que hacerlo, de todas formas. Sé defenderme.

Justin sonrió.

Deserto » bieber [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora