Deserto » bieber [TERMINADA]

Capítulo treinta y cuatro: "Esto no está bien"

Kim's POV

Solté un suspiro exasperado al pasar por tercera vez el algodón húmedo por la herida sobre el pómulo derecho de Travis. No podía creer lo bruto que había sido Justin. Ni siquiera le pidió disculpas. Al instante viré los ojos mentalmente; ¿Justin? ¿Pedir disculpas? ¡Qué tontería!

Mis dedos estaban sucios de sangre seca y pequeñas pelusas de algodón se habían atorado entre mis uñas. Coloqué nuevamente el líquido transparente que desconocía (el envase estaba borroneado y no podía distinguir las palabras que rezaba. Aún así, estaba casi segura que no era alcohol ni tampoco agua oxigenada).

"Lo siento. Justin a veces puede ser un imbécil." Tiré el algodón en el inodoro y dejé caer mis manos sobre mi regazo.

Travis sacudió la mano con desdén. Sabía que él no iba a criticar a Justin en mi presencia. Y creo que en ninguna. Él no era como Justin. Él era muy diferente. Quiero decir, en el punto del autocontrol y el respeto. Mi madre en estos casos diría algo como "deberías ir al terapeuta" y un día, sin avisar, apareces frente a una puerta marrón desgastada con un letrero de metal dorado. Fui testigo y víctima.

"No es nada. Estoy bien, sólo fue un rasguño." Travis me quitó el algodón de la mano izquierda y se volteó unos centímetros para lanzarlo en el basurero frente a él.

Me tiré hacia atrás y flexioné las rodillas, que ahora que tenía puesto un short negro, podía notar los distintos moretones de diversos colores en ellas.Veo que tenía poco tiempo para darme cuenta de que me estaba haciendo daño. Después de todo lo que sucedió, supongo que lo menos importante era si me hacía moretones o no.

Pensé en Justin. Tenía la mirada encendida cuando lo vi por última vez, los nudillos machucados y la mandíbula más tensa que nunca. Nada cuadraba en él. Su imagen angelical y su carácter violento de a ratos. Su buen humor y ternura cuando está conmigo. Él era una caja de sorpresas. Una gran caja de sorpresas. Los pasos que él daría en un futuro eran indescifrables. Quizás se marchaba. O quizás se mantenía a mi lado. Quizás ninguno de los dos. Quizás ambos.

"Lo quieres, ¿verdad?" Travis dijo de repente, revisando su herida en el espejo. No podía descifrar qué transmitía su mirada, pero sabía que no le agradaba la idea de que sea tan terca con respecto a Justin y sus cambios de humor constantes.

"¿A qué viene esa pregunta?" Digo, bajando la mirada a mis muslos descubiertos.

Un nudo se forma en mi garganta y siento mi cabeza retumbar de pensamientos. Era una pregunta tan sencilla pero a la vez tan complicada. Justin y yo éramos complicados. Rasco la tela de los shorts buscando otro pasatiempo, pero Travis parece no tener intenciones de rendirse.

"¿Lo quieres?" Al verme, escuché como soltaba una carcajada " Es sencilla la pregunta, Kim. ¿Lo quieres o no?"

Me paré de mi sitio y lo encaré. Él se paró al instante también. Sentía el baño demasiado pequeño para los dos, pero a la vez sentía una calidez extraña. Mi cuerpo entero quería largarse, pero por alguna razón me mantuve quieta en el mismo lugar. Los ojos claros de Travis se clavaban en los míos con dureza, pero a la vez con ternura.

"Debo irme." Articulé con dificultad, dándome media vuelta para abrir la puerta de madera que lo separaba del salón principal.

"Porque yo sí te quiero. Y no dudo ni un segundo en confirmarlo." Lo oigo susurrar, y mi alrededor se congela. No me muevo. Me quedo allí, quieta, esperando que continúe "Y mataría a cualquier imbécil que deseara hacerte daño. Mataría por ver tus ojos cada vez que despierto, maldita sea. Te quiero. Y por eso entiendo a Justin."

Siento su mano colarse entre la palma de la mía, y sus dedos jugar con los míos. Su mano derecha se aferra a mi cintura y me da media vuelta. Estoy congelada, no logro siquiera pensar en algo que no sea en sus palabras espontáneas. De repente, su rostro se present+o frente al mío, invitándome a mirarlo en detalle. Sin embargo no lo hice.