9. Aprendiendo a jugar

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Zayn

No pude decirle a Emily sobre Josh en la universidad. Estaba tan feliz porque el muy malnacido le había regalado flores cuando la pasó a buscar. Resolví decírselo cuando fuera a mi casa por la tarde a hacer el trabajo.

Claramente ella estaba muy enamorada. No será sencillo decirle, ni que lo entienda. Mientras pensaba en cómo debía empezar la conversación, el timbre sonó.

Emily entró y la invité a que se sentara en el sofá. Le dije que debía hablarle de algo muy importante. Ella pareció confundida, pero se mantuvo en silencio esperando a que hablara.

- Verás – suspiré - Fuimos a bailar con Harry y otro amigo. Cuando fui a buscar un trago lo vi a Josh –asintió - Y bueno - titubeé nervioso - estaba con otra chica, se estaban besando - concluí.

- ¿Estás diciendo que lo viste engañándome? - abrió los ojos por la sorpresa.

- Si - confirmé.

- No puede ser. Debió ser alguien parecido a él - negó.

- Sé que es difícil creerme. Pero te digo que lo vi. Te estaba engañando.

- No. No te creo. Él me ama. No puede hacerme eso - se puso de pie - ¿Por qué me mientes?

- No te estoy mintiendo. Allá tú sino quieres creerme - salté a la defensiva. Yo no era ningún mentiroso.

- ¿Tienes pruebas? - preguntó.

- Mi palabra es la única prueba que tengo.

- Entonces no te creo - se dio media vuelta y se fue de la casa.

Tarde o temprano la mentira saldrá a la luz y ella volverá de rodillas a pedirme disculpas. Solo debo darle tiempo al tiempo.

Caroline

- Ya estoy cansada de él - refunfuñó Alison en mi teléfono.

- Calma. Estoy segura de que lo siente mucho - di un bocado al bistec que había cocinado.

- Ese es el problema Carol. Harry siempre se disculpa pero vuelve a cometer las mismas estupideces todo el tiempo - bufó.

- Tienes dos opciones amiga. O le das una nueva oportunidad o lo dejas.

- Imposible. Él es lo suficientemente idiota como para desperdiciar su trigésima oportunidad y yo lo amo demasiado como para dejarlo – lloriqueó - ¿Qué voy a hacer?

- Pues estás en un gran dilema. Debes hacer lo que dicte tu corazón - propuse.

- No sé qué quiere mi corazón - revoleé los ojos.

- Pues entonces tómense un tiempo hasta que estés segura de qué debes hacer.

- Es una buena opción - un fuerte golpe en mi puerta interrumpió mi conversación.

- Debo irme. Suerte con Hazza.

- Besos - corté la llamada y fui directo a abrir la puerta, donde estaba la reina de la felicidad.

- Vístete, debemos irnos - dijo Becky, sin siquiera saludarme.

- Hola, buenos días ¿Cómo estás? Muy bien ¿y tu? Muy bien, que linda al preguntar - fingí la conversación que cualquier persona normal hace cuando se encuentra con otra.

- No hay tiempo para idioteces - entró a mi departamento sin que le dejara hacerlo.

- Pasa cuando quieras - dije sarcástica - ¿Qué quieres? Creí que hoy no trabajaba.

- Creíste mal. Tenemos que encontrarnos con la pandilla de ladronzuelos. Más bien tu debes. Yo estaré un rato y luego me iré.

- ¿Y a dónde iremos? - dije luego de entrar a mi habitación para cambiarme.

Verdades Peligrosas(Zayn, Edward Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora