40. Un nuevo comienzo

68 2 0
                                    

CAPÍTULO FINAL

Edward

Había sido una larga noche en vela. Primero permanecí a su lago por un largo rato, intentando conciliar el sueño, pero me había resultado imposible, los pensamientos simplemente me carcomían la existencia. Me levantaba con sigilo para no despertarla, me asomaba a la ventana para ver la luna, las estrellas y la ciudad. Pero ni siquiera el paisaje lograba distraerme de mi mismo. Luego volvía a la cama a su lado por un rato y después volvía a levantarme. Así fue durante toda la noche una y otra, y otra vez.

Cuando la aurora se asomó por la ventana, nuevamente me levanté para hacernos el desayuno. De camino a la cocina, encendí la televisión con la intención de distraerme con las voces de dicho aparato. No tenía hambre, pero sabía que debía comer, y ella también. No solo no tenía hambre, sino que tampoco tenía sueño, ni me sentía agotado. En absoluto, tenía demasiada energía dentro de mi ser dispuesta a salir con un solo propósito, el de matar a Payne. Nada me haría sentir mejor en este momento.

Mientras preparaba los waffles, no podía sino repetir en mi mente, al igual que lo he estado haciendo durante toda la noche, los sucesos de la noche anterior. Yo había llegado a Nueva York ayer por la noche y me había hospedado en casa de Adam. Quería avisarle a Carrie que yo estaba aquí, pero decidí que sería mejor vigilarla sin su consentimiento. Como ella confía en Amanda, decidí pedirle que me avisara por si algo salía mal. Hecho del que me arrepentí infinitamente horas más tarde.

Mi primera opción había sido vigilarla de cerca yo mismo, pero ella me ha reprochado tantas veces que la cuido como si yo fuese un guardaespaldas, que decidí soltarla un poco. Además, pensé, estará segura al cuidado de la CIA. Me equivoqué, y por ello ahora me siento tan culpable. Podría haberle evitado tanto dolor, tanto...

—Reiteramos la información que nos llegó al canal por la madrugada. La mujer que había secuestrado a una joven hace algunas semanas, escapó de prisión. Las autoridades de la cárcel no nos han aportado... —oí la voz de la reportera desde la cocina.

Inmediatamente corrí hacia el televisor, y efectivamente, era ella. La foto en pantalla lo confirmaba. Karen había escapado de prisión.

¡Maldición Carrie! ¿Alguna vez que pasará algo que no sea trágico? La desgracia persigue a la pobre.

Tan solo espero que no sea un intento de volver a secuestrar a Carol.

Volví a la cocina para terminar de preparar los waffles y servirlos en una bandeja, donde también pondría dos tazas de café. Dejé la bandeja sobre la pequeña mesita junto a la cama para recostarme al lado de ella. Recorrí con mi mano, suavemente, desde su hombro hasta sus muslos. Comencé nuevamente con el recorrido y acerqué mis labios para besarla, pero ella se despertó sobresaltada y me empujó lejos de ella. Aún podía ver el miedo en sus ojos. Maldito Liam. No volverá a ser la misma hasta dentro de un tiempo.

—Soy yo Carrie, tranquila —volví a rodearla con mis brazos.

—Lo siento —su voz se había quebrado nuevamente.

—No llores mi amor. Yo estoy aquí, y mientras sea así, te prometo que nada malo te ocurrirá jamás —dije a la vez que acariciaba sus cabellos.

—Lo sé, es solo que aún estoy shockeada.

—Siéntate, te he traído el desayuno. Ello te hará sentir mejor.

Decidí que esperaría a que terminase de comer para darle la noticia de Karen. Eran demasiadas cosas para ella en este momento. Sería bueno que por lo menos el destino la dejase tener un rico desayuno en paz.

Verdades Peligrosas(Zayn, Edward Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora