37. Hogar

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Edward

Aquella noche había sido inolvidable para mí. Tanto tiempo lo había soñado, tanto lo había deseado que apenas si pude dormir, atosigado por una duermevela. Dormía dos horas, una o media. Despertaba y admiraba cómo la luz de la luna atravesaba la ventana y revestía su cuerpo de blanco, cual ángel caído del cielo. Ángel que por obra del destino había parado en mi cama. Una que había sido silencioso testigo de mis penas, de mis tantas penas durante mucho tiempo. Pero también lo era de mi irrevocable deseo de volver a verla, aunque fuera desde lejos, rozar mi mano con la suya sin que supiera quién era realmente y sentir sus labios, aunque usase el nombre de mi hermano.

—¡Hey! —Harry chasqueó sus dedos justo sobre mi nariz.

De repente me encontré sentado en el asiento del avión y no supe cómo había pasado de estar admirando a mi amada, al avión que me devolvería a mi hogar. Allí donde estaba mi familia que no me esperaba, pero que me extrañaba.

—¿Qué? —sacudí la cabeza, tratando de recuperar la conciencia.

—A ti te pasa algo... —entrecerró los ojos a la vez que me miraba con atención.

—Estoy perfectamente.

—Eso lo he notado. Sonríes desde que te pasé a buscar por tu casa. Algo te pasó. No me has dicho nada ofensivo, pierdes la mirada en el horizonte, no escuchas cuando te hablo.

—Solo estoy nervioso porque me reencontraré con mamá y papá.

—No, tu tuviste sexo. Estoy más que seguro. Con Carol ¿No es cierto?

Inmediatamente mis mejillas se tiñeron de rosa por la pregunta, algo que no esperé. Intenté adjudicarlo al hecho de que me daba vergüenza porque alguien podía oír la conversación, en especial la niña que estaba sentada junto a Harry.

—No creo que sea lugar para hablar esto, Harry.... —señalé disimuladamente a la niña, quién ya tenía los ojos abiertos de par en par y miraba atónita a mi hermano.

—Bah. En algún momento se tendrá que enterar —agitó la mano, como restándole importancia— Te has puesto colorado —se burló— ¿Cómo fue? ¿Te hizo sexo oral? ¿Tomó ella la iniciativa o no se lo permitiste? Siempre imaginé que en la cama serías de esos posesivos que quieren que la mujer se quede quietecita. —me tapé la cara con las manos mientras me preguntaba por qué mierda mi hermano imaginaba esas cosas— ¿Lo hicieron en la cama o en otro lado? ¿Sabes qué lugar es perfecto de tu casa para tener sexo? La cocina porque... —le tapé la boca antes de que me avergonzase más frente a todos los pasajeros, si es que eso era posible. Y también antes de que le arruinara más la infancia a esa pobre nena.

—Si no quieres que abra la puerta y te lance al vacío sin paracaídas, mejor calla —amenacé entre dientes. Asintió, y solo por eso le permití volver a respirar.

—De acuerdo, pero luego quiero los detalles.

—Mami, ¿qué es sexo oral? —oímos la voz de la niña. La madre inmediatamente dirigió su mirada asesina hacia Harry, quién se disculpó con una falsa sonrisa.

Caroline

Iba caminando junto a Liam, con nuestras manos entrelazadas sin poder evitar evocar cada recuerdo de la noche anterior en mi mente. No recordaba haberla pasado mejor con Zayn, quien había sido mi único novio.

—Estás radiante hoy —comentó Liam a la vez que depositaba un beso en mi mejilla.

—Gracias —volví la vista hacia las hermosísimas vidrieras de Nueva York, con una prenda más bella y cara que la anterior.

Verdades Peligrosas(Zayn, Edward Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora