Verdades Peligrosas(Zayn, Edward Styles y tu)

31. Te amo

Zayn

Traté de concentrarme en el trabajo lo más que pude, de dejar a un lado todo este embrollo. Y lo conseguí, hasta el almuerzo, donde Harry sacó el tema.

— ¿Qué vas a hacer ahora?

— ¿Con cuál de todos mis problemas?

—Con Karen y Carol.

—No lo sé, siento que estoy perdido en medio de un desierto. Carol me detesta y dudo que quiera volver a hablarme. Y Karen... —suspiré pesadamente— ella me llamó ayer pidiéndome que fuese a verla a prisión porque quería contarme cómo fueron las cosas realmente. Lo más probable es que le den pena de muerte, eso dijo ella ¿Tu irías?

—Sí, yo iría. Cuando Carol te echó de su casa aquél día, me contó sobre su hermana. Dijo que la chica estaba realmente loca, pero que sentía mucha pena por ella. Su verdadero padre mató a su madre y a su padrastro, nunca tuvo amor en su vida. También me dijo que si, ella jugó contigo, pero terminó enamorándose y creyó que si mataba a Carol, la elegirías a ella sin dudar.

—Me dijo que se arrepintió antes de que el FBI llegara, que no iba a matarla. Pero... ¿Cómo creerle después de tantas mentiras? —me froté la cabeza, exasperado.

—No te lo niego, la chica está completamente loca. Pero quizás, quiere redimirse antes de morir. Y si no la vas a ver, vivirás con la duda y la culpa por el resto de tus días.

— ¿Desde cuándo te has vuelto tan sabio? —solté una pequeña risita, a lo que él se encogió de hombros con una sonrisa de autosuficiencia.

Decidí que iría. Preferible eso antes que quedarme con la duda por el resto de mi vida, tal y como mi amigo me lo había dicho. Sin darme cuenta estaba por primera vez, frente a las larguísimas rejas de una cárcel.

Mientras caminaba por los pasillos me preguntaba cómo es que yo, Zayn Malik, había terminado entre presos yendo a visitar a una amante que había secuestrado a mi ex. Hice un breve resumen sobre mi vida en mi mente, y fue allí cuando noté lo mucho que había cambiado mi vida desde la aparición de Carol hace dos años. Sin duda la había amado muchísimo, y la seguí apreciando aunque me odiase, pero cuando me enamoré de Karen sentí algo muy diferente que con ella. Tal parece, que no la amaba lo suficiente, sino no me habría fijado en la pelirroja teñida de rubio.

Una fila de carceleros se encontraba detrás de un vidrio hablando por teléfono con otra fila de personas que se encontraba de mi lado. Hallé los acuosos ojos de Karen tras el vidrio, mirándome. Traía puesto ese traje naranja y un número en su pecho a la derecha, junto en el corazón.

Quise sentir asco por Karen cuando me senté frente a ella. Pero no pude, vi en sus ojitos perdidos y tristes a la misma chica de la universidad, la misma chica que visitaba a los niños en el orfanato.

Fui el primero en tomar el teléfono, pero ella fue la primera en decir hola. Un extraño silencio se formó, en el cual no sabíamos que hacer. Como si todas las palabras se hubiesen vuelto polvo y el viento las hubiese llevado muy lejos.

—Creí que no vendrías. Gracias —dijo ella con una sonrisa— Yo sé que debes tener muchas preguntas, así que las contestaré. Solo dime ¿o prefieres que te cuente toda la historia?

—Ya sé que eres hermana de Carol, y lo que pasó con tus padres. Supongo que quisiste desquitarte con él matándola a ella —asintió— Ya me dijiste que te arrepentiste, pero quisiera saber qué parte de la que vivimos fue real.

—En un principio me acerqué a ti para destruir a Carol. La envidiaba porque había tenido todo lo que yo no, y luego la mataría para vengarme de su padre. Pero a medida que fui conociéndote me enamoré de ti y todo lo que hicimos fue muy real para mí. Aunque me llamaras con otro nombre que no fuese el mío o que me consolaras porque mi inexistente novio me había dejado. Pero lo del orfanato fue real, yo siempre los he visitado. Solo que a ese tuve que empezar a ir como Emily porque si tu ibas, me dirían Karen.