12. Adam

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Caroline

Mientras Becky me enseñaba algunas prendas apropiadas que podía usar en mi "cita" o lo que fuese con Liam yo solo podía pensar en cuánto deseaba volver a Langley con mi novio y mis amigos. Amo mi trabajo, pero esto ya se está pareciendo a otra cosa muy diferente.

- No me importa lo que digas, este vestido azul con lentejuelas es magnífico y te lo probarás - me lanzó la prenda, la cual terminó sobre mi cabeza.

- Es lindo - hice presente mi desinterés por Liam.

- Quita esa cara niña. No te están crucificando, solo debes coquetear con un chico guapo. La verdad, no sé por qué te molesta tanto hacerlo. Si yo fuese tú ya me habría tirado a Payne.

- Debieron elegirte a ti como la agente de encubierto - dije sin quitar mi nefasta expresión.

- ¿A caso no te parece guapo Liam? - me fulminó con la mirada - Es inteligente, te trata de maravilla y es sumamente sexy. Tienes la perfecta excusa para divertirte con él y no la aprovechas ¿Por qué?

- Porque amo a mi novio.

- Oh, había olvidado esa parte en tu expediente. Ni se te ocurra decírselo - me ordenó.

- No lo haré. Pero toda esta situación me hace sentir como la peor bazofia del mundo.

- Sé que es difícil. Pero este tipo de misiones ocurren todo el tiempo y no hay forma de que puedas evitarlo. Tendrás que olvidar que tienes novio durante estos días y al volver olvidar todo lo que viviste aquí. Así es la vida de un espía: mientes, finges, lastimas y empiezas de nuevo - dijo Becky - Ahora entra a ese probador y ponte el vestido.

Algunas prendas eran demasiado pequeñas, por lo que me negué rotundamente a comprarlas. Terminé optando por el vestido azul.

Luego Becky me llevó a conocer algunos lugares de Nueva York. La mejor parte fue ir en barco hasta la estatua de la libertad.

Aunque el paseo haya sido divertido y me haya podido olvidar por un rato de todos mis problemas actuales. Había tenido la extraña sensación durante todo ese tiempo de alguien siguiéndome, observándome. Lo cual me provocaba un espeluznante escalofrío.

Becky no me advirtió de ningún sujeto y por más que miré alrededor una y otra vez no logré ubicar a nadie más que simples turistas. La repentina sensación podía ser causada por todas las tensiones que estaba teniendo provocándome una ligera paranoia en la que alguien me sigue y sabe todo lo que oculto.

Edward

Seguí y observé a Carol y a su amiga recorrer La gran Manzana . Primero fueron al Empire State, más tarde al Central Park, luego en barco hasta la Estatua de la Libertad y por último al increíblemente iluminado Times Square.

A lo largo del paseo, noté como Caroline se volteó reiteradas veces como si estuviese buscando a alguien. Existía la probabilidad de que estuviese sintiendo mi mirada, lo cual es completamente normal. La mayoría de las personas podemos sentir cuando se nos está mirando.

Tuve que tomar precauciones, como cambiar mi atuendo de cuando en cuando y ocuparme más en fingir ser un turista que un mirón malicioso.

Detesto el hecho de tener que ocultarme detrás de un tonto disfraz ¿Podré aguantar esta situación hasta al final? Por el bien de todos, espero que si. Quisiera aunque sea poder saludarla, llamar por teléfono a mis padres y poder decirles que estoy sano y salvo, gritarle al tonto de mi hermano que lo extraño. Aunque sea eso, pero es imposible. Me vetaron cualquier posibilidad de ser feliz. Nunca supe agradecer lo buena que era mi anterior vida hasta ahora. Vivo una triste realidad que solo permite transiciones del gris al negro y viceversa. Aunque de vez en cuando existen pequeños lapsos en los que puedo reír por cualquier cosa y olvidar por un momento que vivo una vida que no es la mía.

Verdades Peligrosas(Zayn, Edward Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora