13. Terremoto

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Zayn

De camino a la universidad, iba dándole concejos a Harry sobre cómo reconciliarse con Alison. Por lo que me contaba, la situación era difícil. Ella no pensaba perdonarlo a menos que esté segura de que él no volverá a cometer los mismos estúpidos errores.

La única forma de convencer a Alison era que él realmente cambiase y le pidiera perdón. Solo así podrían empezar de nuevo.

Se notaba que mi amigo no estaba bien, le hacía mucha falta su novia. La ama muchísimo, puedo asegurarlo. Jamás vi a ningún hombre tan enamorado de una mujer como él. Quisiera poder ayudarlo más.

La clase fue muy larga, creo que la más larga de todo el año. Pero logré sobrevivir. Ahora podía volver a mi casa y dormir todo el día. No tenía sueño, pero amaba dormir y no tenía otra cosa que hacer.

Hazza me informó que se iba con un amigo, por lo que no tendría que llevarlo hasta su casa.

Encendí el auto al entrar y mientras salía del estacionamiento mis labios comenzaron a tararear una canción muy conocida. Al pasar por la parada de autobús, divisé una muy conocida cabellera rubia. Emily cargaba con dos enormes bolsas negras mientras esperaba a que el transporte público llegara. No la había visto dentro del establecimiento con el par de bolsas, ya que cuando entré me senté en la primera fila y ella estaba en una de las últimas.

Me detuve frente a la parada, lo cual no se puede hacer, pero solo estaría allí por un momento. Le grité que subiese. Ella me dijo que no era necesario, pero insistí y acabó aceptando.

- ¿A dónde vas con ese par de bolsas? - pregunté curioso.

- Al orfanato. Cada tanto les llevo juguetes a los niños. Algunos son de mis sobrinos y otros los recolecto casa por casa.

- ¿De veras? ¿Vas casa por casa pidiendo juguetes? - asintió con una enorme sonrisa en su rostro.

- Encuentro fascinante tu entusiasmo por ayudar a los otros.

- No es la gran cosa. Hago lo que puedo - se encogió de hombros y luego me dijo la dirección a la que debía llevarla.

- ¿Crees que pueda entrar y ayudarte en el orfanato?

- Por supuesto que si.

El orfanato parecía ser una antigua casa a medio remodelar. En algunas partes estaba de color blanco impecable y en otras gris, desgastada y rota. Emily me dijo que las remodelaciones que se habían hecho eran gracias a las donaciones.

Em le dió las bolsas a una mujer que estaba en la entada y luego ingresamos.

Cuando entré vi una multitud de niños bajar por las escaleras a saludar a mi amiga. La apretujaron y besaron, sin duda la apreciaban mucho. Fue una escena muy conmovedora, perfecta a decir verdad. Ver cómo esos niños le daban un amor incondicional a alguien con quién no comparten ningún vínculo sanguíneo fue hermoso.

Cuando los chicos por fin la soltaron y se fueron directo a lo que según Em es el "salón de clases", le dije lo hermoso que era que los niños la quieran de esa forma.

- Me encanta estar con ellos. Siento como si fuese su hermana, madre o tía, a pesar de que no lo soy. Además, me recuerdan a mi. Cuando tenía apenas seis años, mis padres murieron y quedé a cargo de mi tío, pero él trabajaba mucho y no podía pasar tanto tiempo conmigo como lo hacían mis padres. Sé lo que es la soledad, y si paso tiempo con ellos, podré ahorrarles al menos un poco de la soledad que yo sentí - me contó mientras nos dirigíamos a la cocina.

- Jamás habría imaginado que hubieses vivido algo como eso. Lo lamento tanto - acaricié su espalda tratando de reconfortarla. El recuerdo no le había hecho bien, su rostro no era el mismo que al entrar.

Verdades Peligrosas(Zayn, Edward Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora