Verdades Peligrosas(Zayn, Edward Styles y tu)

28. Detrás de las paredes

Edward

-Si la agente Carter se encuentra en este dichoso edificio, propongo que entremos por la puerta de atrás, y en el preciso momento en que lleguemos a la habitación donde ambas se encuentran, le advirtamos nuestra presencia, como solemos hacer -propuso Foster.

-No estoy de acuerdo-dijimos yo y el jefe de la sede de la CIA.

- ¿Por qué no? -Jeanmaire se dirigió a mí.

-A esa mujer no le interesa si va o no presa, si muere o permanece con vida. Tan solo quiere asesinarla.

-Pienso exactamente igual -dijo Jeanmaire con el semblante serio-. Debemos entrar por la fuerza, sin previo aviso.

-Como ordene -concluyó Foster-Vayan a colocarse el equipo de protección del FBI y luego diríjanse lo antes posible hacia la salida número tres, la del túnel.

Aunque costó, logramos convencer a los agentes de la CIA de utilizar nuestros trajes. Las razones eran completamente válidas. Se suponía que Carol era una persona común para todo Estados Unidos, y la CIA nunca es reconocida por los trabajos que realiza, ya que todos son secretos. La noticia de la desaparición de Caroline se había extendido por todo el país con el fin de encontrarla lo más rápido posible. Por lo que si la CIA era vista por algún medio de comunicación, se generaría un gran problema. Teóricamente, era asunto de dicha agencia, pero al haberse hecho público el caso, pasó a ser de nuestra jurisdicción.

El traje cubría toda mi cara, excepto los ojos, los cuales estaban protegidos por unas gafas de plástico. Esto era una ventaja, ya que si el traje fuera diferente, Caroline me reconocería.

Quizás fui el más rápido en vestirme y en dirigirme a una de las tantas salidas que este centro perteneciente a la otra agencia.

Al ver, Foster, que yo había sido el primero en llegar, me sonrió. Pero era una sonrisa que jamás me había dado un superior, era una de afecto, incluso me arriesgaría a decir que demostraba ternura.

- ¿Desea decirme algo señor? -pregunté de la forma más cortés posible. Detesto que se me queden viendo.

-No sé si te apasiona tu trabajo o estás enamorado de la agente Carter.

-Amo mi trabajo -contesté cortante.

-No hay por qué salir a la defensiva. Está bien que te guste esa muchacha, creí que tu secreto era otro.

-Supongo que me ha descubierto -contesté condescendiente. Que él pensara eso me ayudaba, ya que no me investigaría para develar mi secreto.

Por suerte, llegó el resto y esa incómoda charla acabó al fin.

Nos dirigimos al supuesto edificio en tres vehículos. El grupo de inteligencia permanecería en una de ellas, informándonos. Subimos las escaleras del edificio abandonado lo más sigilosamente posible y continuamos caminando en la dirección que nos iban indicando. El edificio prácticamente se estaba cayendo a pedazos, los hongos y la humedad eran los únicos capaces de convivir aquí.

Con cada paso que daba, más ansioso, nervioso y preocupado me sentía. No había ni un solo ruido. Esto podía ser debido a dos cosas, o Karen ya había matado a Carol y se había marchado, o nunca estuvieron aquí.

Nos colocamos en nuestras respectivas posiciones antes de abrir la puerta a la que supuestamente daba con la habitación donde ellas se encontraban. Una vez girado el picaporte, entramos, pero para nuestra desgracia, no había nada allí dentro. Solo una habitación más, empolvada, rota y lo más importante de todo: vacía.

Mi impotencia era tan grande, y mis ganas de hallarlas eran tan obstinadas que comencé a revisar debajo de la cama, dentro del armario e incluso hasta en las tablas flojas del suelo.