33. Puñal en el corazón

74 6 2
                                    

Caroline

Le había dicho a Liam que ya me sentía lista para continuar con el plan del nuevo robo. Él y el resto de los muchachos se habían estado reuniendo para planificarlo, y yo no había asistido porque Liam me ofreció tomarme unos días para mí sola después del secuestro. Ahora me encontraba en su casa porque me había dicho que hoy se reunirían, pero Ethan y Frank aún no habían llegado.

-Los muchachos no vendrán hasta dentro de dos horas. Te cité antes porque quería hablarte de algo importante -asentí en señal de que prosiguiera- Realmente me asusté mucho cuando desapareciste. Tú me importas muchísimo y no quisiera que eso volviera a ocurrir.

-No volverá a suceder. La que me secuestró ya está presa.

-Pero seguramente fue enviada por alguien. Temo que si sigues en este tipo de actividades por fuera de la ley te ocurra algo mucho peor.

- ¿Quieres que me aparte del robo? -pregunté indignada. A través del micrófono, los agentes me ordenaban que lo convenza de que me quedase.

-Si -dijo algo apenado- Es por tu seguridad.

-Entiendo que quieras protegerme, -lo tomé de la mano- pero es mi vida y yo decido seguir como estoy. Nada volverá a ocurrirme, puesto que ella era mi única enemiga y ahora está tras las rejas.

- ¿La conocías? -asentí- ¿Por qué no me lo dijiste?

-No eres el único que tiene secretos.

Si tanto quería saber sobre mis asuntos, tendría que empezar a soltar un poco de información que me sirviese para la investigación.

Justo en ese instante, sonó su celular. Él atendió de inmediato. Su conversación había resultado un poco extraña. Decía cosas como ya está resuelto, es imposible que me descubran. Supuse que se trataba de algún otro robo. Detestaba que fuese tan reservado.

Finalizó la llamada con un "en seguida voy"

- ¿Quién era? -pregunté cuando terminó de hablar.

-Un trabajo que tuve que hacer ayer.

- ¿Por qué nunca me cuentas nada? -traté de sonar como una novia agobiada y triste.

-Porque no son cosas agradables. Cuando estoy contigo quiero disfrutar, no recordar del mundo oscuro del que soy parte -tenía sus manos a cada lado de mi rostro, acariciando mis mejillas.

-Resulta que yo también soy parte de ese mundo oscuro.

-Precisamente. Nos liberamos de él cuando estamos juntos.

- ¡Qué difícil es hacer que este tipo confiese algo! - comentó uno de los agentes, como si pudiese leerme el pensamiento.

-Este hombre que acaba de llamarme necesita que vaya con urgencia a verlo -hice mala cara, fingiendo molestia- Volveré en cuanto pueda, nena. Si los chicos llegan antes que yo, solo ábreles.

-Nunca podemos estar solos -lo regañé.

-Esta noche bebé, esta noche podré -dijo antes de abrir la puerta y marcharse.

Subí las escaleras y comencé a revisar todo, como la última vez. Solo que esta vez, luego de esa conversación telefónica, presentía que algo iba a encontrar. Y así fue.

Encontré un fondo falso en su armario. Allí había un arma. Los agentes, al ver a través de mis lentes de contacto el arma, me dijeron que la tomase. Saqué un par de guantes de látex que siempre traía, junto con otras cosas entre mi cuerpo y mi ropa, y agarré el arma. En un principio me pareció que no había nada raro en ella, hasta que en un rincón de la empuñadura vi una pequeña manchita de sangre. Tomé una muestra de la misma y la guardé en una bolsita de plástico. Hoy la llevaría a la agencia.

Verdades Peligrosas(Zayn, Edward Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora