La chica rebelde [EN EDICION]

Capitulo 38 "Todo va a cambiar a partir de ahora"

Estamos en el campo de juego y cuando digo estamos, me refiero a literalemnte todos; el tal Young que en realidad se llama Charlie, no tuvo mejor idea que hacer pública su proxima paliza.
Jugaremos un partido en el cual los unicos que podremos anotar seremos nosotros.

-Y hablando de imbeciles -Farfullé viendo como Collins y Charlie se estrechaban las manos- tenian que ser amigos

-Intenta no romperle una pierna -Aconsejó Jess mientras me tiende una botella de agua.

-No puede prometerte que no lo haré -Mire mi vestimenta- Espero no arruinarla

-Yo te dije que -Comenzó a protestar Claire.

-¡Lena, es hora! -Gritó Jace desde el circulo central.

  Y aca estoy, con la mayor oportunidad para terminar de "coronarme" como la más popular de este espantoso instituto, en mis manos y sin intenciones de desaprovecharla.

-Intenten que Jane no arruine esto -Aseveré antes de salir corriendo en direccion a mi equipo.

***

Felicidad es lo que corre por mis venas ahora
¿Por qué? Ganamos, ¿Cuánto? 4-0
Jugamos de una manera fascinante, como si fueramos la selección dorada del instituto, bien exagero, pero de igual forma somos muy buenos.
  Oficialmente soy la más popular y nada me genera más satisfacción que eso en este momento, sin embargo a juzgar por la cara de Jane, quien me observa desde lejos, dudo que el día finalice como quiero pero eso no es lo importante en este momento, ya que me encuentro festejando con mis amigas mientras bailamos al ritmo de la banda que alienta los partidos de fútbol.
  Nuestra celebración terminó cuando me di cuenta de que la hora pasó fugazmente, por lo que recogí mis pertenencias y salí rumbo a mi casa.

-Lena, siéntate, por favor -Se escuchó la casi inaudible voz de mi padre al verme entrar por la puerta principal.

  Debí demorarme aun más, a lo mejor de esa forma evitaba estos encuentros.

-¿Que hice? -Cuestioné sentándome delante de ellos.

-Sabemos todo -Habló esta vez mi madre.

-No entiendo

-Sabemos que ayer estuviste en la oficina del director, que anoche no estabas con fiebre sino que te escapaste con un chico, hoy estuviste en una pelea con un chico y para terminar con el paquete, hoy jugaste al fútbol y por muy raro que parezca, con chicos

-No entiendo cuál es el dilema -Articulé confundida.

-Tu conducta es inaceptable, Lena, y ni siquiera te das cuenta de ello -Recitó cruzando los brazos en señal de enfado- Estás castigada, sin salidas y sin danza el viernes, agradece que no haya cancelado tu fiesta

No sabia que podían dictar mi forma de ser.

-Perdon, ¿¡Qué!? -Grité- Ese baile es mi vida y la única oportunidad de salir de aquí, por favor -Casi supliqué.

-Marine, estas yendo muy lejos -Advirtió esta vez Claude.

Gracias papa, gracias.

-No, es lo que se merece por ser tan zorra -Díganme por favor que no dijo eso.

-¿Que dijiste?

-Zorra

Me clavo un puñal en el corazón y lo arranco sin titubear, dejándolo en mil pedazos.

-¡Marine, ya basta! -Gritó papá.

-¿Quién te dijo todo? -Interrogué en un intento de simular que sus palabras no me hieren.