Capitulo 6 "¿Noticia inesperada?"

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— Estábamos ideando una forma de acercarnos a la nueva 

— Y se me ha ocurrido la maravillosa idea de espiarla —aplaudió emocionada. 

— Por mi bien —le dió un mordisco a su hamburguesa.

— ¿¡Puedes parar!? —rezongué fastidiada.

Sus ojos se abrieron como platos a causa del susto, — Lo siento

— Es que me das hambre —expliqué— ¿Alguien me acompaña por una manzana?

— Voy —se incorporó Jaz.

  Ya nos encontramos frente a la caja para presentar nuestras tarjetas escolares en forma de pago, cuando una escena llamativa en un extremo oculto de la cafetería cautivó nuestra atención.

— ¿Qué haces ahí parada? Ven —me jaló del brazo— Muévete, vamos —tiró de mi hasta ocultarnos detrás de una columna.

— Créeme que si, todo está bajo control —repuso Tatiana.

— Es muy impredecible, ten cuidado —advirtió Caroline.

— ¿Con que hay que tener cuidado? —susurró mi acompañante.

— Shh —me lleve el dedo a los labios en señal de silencio— Escucha

— Lena no sospechará de nada

— ¿Debería sospechar de algo? —pregunté saliendo de mi escondite.

— Nada que te importe, Parker

— Todo lo que esté relacionado conmigo tengo derecho a saberlo, mi querida no tan querida Caroline

— Estábamos hablando de lo perra que eres, ¿Sabes?

— ¿Si yo sabia que tu eres una perra? Si, lo tengo más que asumido

— Te odio

— Tendré que aprender a convivir con ese dolor —ironicé llevando una mano a mi corazón.

— Anda, Lena, no pierdas el tiempo con ella —espetó Jazmín jalando de mi brazo a la fila.

— La mataré —farfullé tomando la tan esperada manzana— Juro que lo haré

— No debería de importarte —se encogió de hombros— Más de lo mismo

  Ambas nos sentamos nuevamente en nuestra mesa donde mis amigas nos miran extrañadas.
  Y ahora qué

— ¿Ha pasado algo?

— ¿Cómo puedes preguntar eso, Jaz?

— Solo fue un cruce de palabras, Jess

— Desde aquí se veía mucho más que eso

— Dejemos el tema de lado, le estamos dando demasiada importancia y no lo vale —justo en el blanco Jaz.

— ¿Hicieron la tarea de álgebra?

— Eso no se pregunta, Claire, claro que no

— Había que intentarlo

  El timbre resonó en toda la cafetería indicando que nuestro tiempo feliz, o mejor llamado receso, ha llegado a su fin. Timbre cruel.
  Caminamos lentamente hacía el salon haciendo que el camino se prolongue para perder más tiempo de clase y el plan funcionó, ya que al llegar al aula donde se dicta álgebra todos se encuentran sentados en sus respectivos lugares.
  Claire tocó la puerta y la profesora se asomó por ella.

— Profesora Bronson —exclamó mi amiga con una clara sonrisa falsa en su rostro— Tuvimos un pequeño retraso

— ¿De quince minutos? Les he dejado muy en claro que un "pequeño" —hizo comillas— retraso más es motivo suficiente para no dejarlas pasar a mi clase

— Ni queria pasar igual —refunfuñe.

— ¿Algo que acotar, Parker?

— No teniamos necesidad de entrar a su aburrida clase, permiso —espeté y me alejé.

— Parker, ven aquí —gritó a mis espaldas.

— Tengo sol que tomar, disfrute de su clase sin mi —respondí.

  Cuando mis amigas lograron alcanzarme, sin pensarlo, nos adentramos en las tribunas a un lado del campo de fútbol que los días de partido desbordan de fanáticos enloquecidos por el equipo local, pero esta vez no íbamos a ver un partido ni mucho menos un entrenamiento, simplemente a tomar sol aunque el plan, que en mi cabeza sonaba perfecto, no se llevó tan bien acabo debido a que hoy había practica y lo he olvidado por completo cuando hace apenas una hora y media estuve allí.
  ¿Dónde tienes la cabeza, Lena?

— ¿No falta el bombon de Collins? —chismeó dubitativa Claire.

— Ese bombon, como tú dices, es un inepto créeme —rodeé los ojos recordando mi encuentro matutino.

— No quita lo lindo

  Nuestra charla sobre el capitán del equipo concluyó cuando mi móvil vibró en mi bolsillo, lo tomé y un largo mensaje de mi madre se extiende en la pantalla.

"Len, hija, cuando salgas del instituto ven directamente a casa, hay algo que debo decirte. Adios"

  Lo devolvi a mi bolsillo y me incorporé.

— ¿Pasó algo?

— Debo ir a casa

— Te acompañamos

  El camino resultó ser mucho más corto que de costumbre, la ansiedad que corría por mis venas aceleró mis pasos.
  Coloco la llave en la cerradura y cuando la abro, mi boca roza el piso.
  ¿Esta es la noticia inesperada?

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Editado: 13 de junio del 2020.

La chica rebelde [EN EDICION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora