Mis codos funcionaron como soporte para amortiguar el impacto de la caída, al mismo tiempo en que levanté la mirada para encontrarme con el culpable del accidente.
El director.— Señorita Parker, tanto tiempo
— Si...el viernes pasado —me incorporé limpiando la parte trasera de mi short— No hace tanto
— ¿Qué la trae por aquí?
— La profesora de francés
— Ya es rutina discutir con ella, ¿No es así?
— ¿Me puedo ir?
— Vaya, espero no verla por aquí hasta por lo menos terminada la semana
Me alejé corriendo por los angostos pasillos rumbo a la cafetería para esperar allí a mis amigas. Mis párpados están a punto de caer así que decido ir por un café para evadir el sueño y hacer que el tiempo pase más rápido, aunque no se como ayudaría un café en eso pero en fin, al menos mi atención se centraría en una deliciosa bebida caliente.
Cuando lo tuve entre mis manos, fui a sentarme a nuestra mesa de siempre donde al cabo de un par de minutos una joven, completamente desconocida para mi, se posiciona del otro lado de la mesa.— Hola —habló animadamente.
— ¿Hola?
— Me llamo Tatiana —estiró su mano y yo la acepté— Puedes decirme Tat
— Pues yo soy...
— La chica rebelde —soltó una risita.
Acomodé mi cuerpo un poco más en el asiento para observar mejor su rostro y atuendo, —Lena Parker —corregí desconfiada— Lo otro es solo un apodo. Nunca te vi por aquí, ¿Eres nueva?
— Me trasladaron desde Holanda
— Que bien —rodé los ojos y mire a un punto cualquiera mientras le daba un sorbo a mi café.
— ¿Cómo andas?
Situé el envase entre mis manos y luego de otro largo sorbo, solté, — Mira, escúchame, no soy una persona que se caracterice por ser amistosa con desconocidos, por lo que si tu objetivo es ser mi amiga, tendrás que trabajar mucho para lograrlo —colgué el bolso de mi brazo— Suerte y por cierto, acabas de interrumpir el único momento de paz que tenía en el día
A paso lento me alejo de la cafetería, no sin antes dar un puñetazo a la puerta de salida demostrando mi enfado, y me encamino a las canchas donde los equipos deportivos del instituto entrenan. No me malinterpreten, no soy el tipo de chica que mira jugadores de fútbol transpirados porque, a diferencia del resto de la comunidad femenina, a mi solo me dan asco. Por otro lado, también me gustaría aclarar que solo soy antipática con las personas que me traen mala espina, no con todo el mundo, entiéndanme, soy una de las más populares del instituto y necesito conservar esa reputación.
Narra Tatiana:
Lo admito si, nada esta saliendo como lo tenía planeado, juro que estaba preparada psicológicamente para esto, ella ya me había dicho que no era fácil entrar en su vida, pero de igual forma no esperaba que fuera tan distante con personas que no pertenezcan a su circulo amistoso habitual.
Estaba dispuesta a hacer lo imposible porque de lo contrario Caroline me mataría, créanme que lo hará.
No estoy segura de seguir con esto.
Seguí sus pasos cautelosamente.Narra Lena:
Ya me encuentro en las gradas para ver el "famoso" entrenamiento del que tanto hablan en los pasillos, aunque solo veo personas corriendo una pelota sin una idea de juego y si, se jugar al fútbol. Mi papel de directora técnica oculta fue interrumpido por una sombra que se deslizó en los árboles al otro lado del campus y un escalofrio junto con una sensación de ser observada hizo que me sienta extraña. Por lo que antes de seguir soportando aquella desconocida mirada, prefiero pararme e irme a otro lugar. Por segunda vez.
Parece que hoy el día no está alineado a mi favor, no puedo relajarme en un lugar que ya...— Mira bien por donde caminas, imbecil —dije recuperando la compostura al recibir un gran impacto.
— ¿Qué yo mire bien? Tu fuiste la que cruzó corriendo —se defendió.
— Discúlpame —lo miré de arriba a abajo- Como quieras que te llames, tengo cosas más importantes que hacer que discutir contigo
— Julian Collins —estiró su mano.
— Como si alguien te lo hubiera preguntado —hice una mueca de disgusto— Adiós
Aunque bueno, siendo sincera, ¿Cómo no conocerlo? Es él más popular gracias a su noviazgo con Caroline Ross.
Está demás aclarar, que debia simular no conocerlo porque tengo una muy grande reputación, como dije antes, que cuidar y no la puedo tirar por la borda y menos aun por su culpa, nunca en sus malditos sueños haré eso.
Volví a mi punto de origen, la cafetería, donde minutos mas tarde me reuní con mis compañeras de aventuras. Nos acomodamos en nuestra mesa de siempre, ubicada a un lado de los jugadores de fútbol, que por paquete, también incluye a sus damas de compañía.— ¿Cómo fue tu hora fuera de clase? —rió Claire.
— Extraña
— ¿Extraña? ¿En qué sentido?
— Una chica se acercó a hablar conmigo
— ¿Qué es lo extraño?
— Saben perfectamente que nadie se acerca a hablar conmigo
— ¿Nombre? —preguntó Jess.
— Tatiana —tecleó en su móvil.
— No aparece nada
— No todas las personas tienen redes sociales como tú, Jess
— Lo sé, pero había que intentarlo, ¿Qué te dijo el director?
— Me dejó ir, creo que se acostumbró por fin a mis visitas diarias
— Ese hombre se merece un oscar, créanme que si —acotó Claire.
Tres sombras se dieron a conocer delante nuestro indicándonos que tenemos visitas, sinceramente no deseada por ninguna de nosotras tres.
Casi todo la cafetería giró en nuestra dirección para ver la escena, — Parker, que gusto encontrarte hoy
— No puedo decir lo mismo, Ross —me posicioné delante de ella.
— Anda, Parker, no seas tan susceptible, es solo un poco de sarcasmo para alivianar el ambiente
— No seria necesario alivianarlo sino estuvieras merodeando por aquí
— Solo quería advertirte que tengas cuidado
— Te perdí el miedo hace mucho —señalé su mesa— Te invito a retirarte, invades nuestro espacio
Dicho eso, giró con su clan de rubias con cerebro seco y se fue dejando su horroroso perfume como señal de su partida.
— Cada día es un poco más intolerable
— Ultimamente me fastidia mas de lo habitual
— Tiene un secreto —agregó.
— ¿Qué dices?
- ¿Dealer?
Todas giramos hacia ella.
— ¿En serio, Jaz? ¿Drogas? Son demasiadas películas
— No sabemos las cosas turbias que pueden pasar por su mente, ademas todavía no sabemos de qué trabajan sus padres
— ¿Saben que pienso yo?
— ¿Qué, Jess?
— Que muero de hambre, quiero una hamburguesa —fue trotando hacia la fila.
— No la entiendo y a la vez la envidio, come y no engorda —protestó Jaz.
— Podemos ser detectives considerando que soy fanática de Sherlock Holmes
— ¿Cómo?
— Pasar tiempo con ella y ver que pasa
Al fin las neuronas de Claire están funcionando de una manera adecuada para idear un plan genial.
— ¿De qué me perdí? —volvió la hambrienta Jess.
— De todo amiga, de todo
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Editado: 6 de junio del 2020.
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La chica rebelde [EN EDICION]
Novela JuvenilArrogante, vanidosa, fuerte, orgullosa y sobre cualquier adjetivo posible, rebelde. Lena Parker, una joven de dieciséis años con el corazón roto, que adoptó una nueva forma de ser, para no salir nuevamente herida. Sus amigas son su vida y su fam...