Los días no tardaron mucho en pasar, y cuando menos se lo esperaban ya se encontraban disfrutando su quinto día de vacaciones invernales. Días que eran deseados por todos los niños y adolescentes, no tanto como los días de vacaciones de verano, pero a pesar de que en algunos días el frío era insoportable aún así estaban felices por el sólo hecho de no tener que asistir a clases durante dos semanas.
Mientras que los demás chicos de las otras escuelas paseaban en sus días libres, iban al cine, a reunirse con amigos, a bailar a clubes o tan solo a perder el tiempo en un parque soportando el frió, los alumnos de Puertas del Sol se habían dedicado exclusivamente, durante esos cinco días, a comenzar a organizar los proyectos para su puesto el día del festival-baile de invierno. Gracias a la idea de Owen, representante de los chicos, de organizarse el último día de clases para saber de qué cosas debían hacen cada uno y no tener problemas a último momento.
El salón de Justin se encontraba separado en pequeños grupos que se encargaban de realizar diferentes cosas. Hasta el momento, habían decidido que aquellos chicos que sabían sobre cosas de carpintería se encargarían de realizar todos los fondos u escenas que serían los fondos para las fotografías con ayuda de algunas chicas que tenían más imaginación e intuición femenina para esas cosas. Otro grupo compuesto por chicas se encargarían de buscar el mecanismo necesario para la impresión de las fotografías que venderían en cuadros creados por ellas mismas contando con la ayuda de los chicos que más sabían utilizar las computadoras para verificar que las fotografías estuvieran bien. Los alumnos restantes debían encargarse de realizar sus disfraces con los cuales se fotografiarían junto a las personas de acuerdo a los escenarios fotográficos que habían elegido. La última persona, y la más importante para aquel trabajo, era Sabrina, quien sólo debía encargarse de que su cámara se encontrara en perfectas condiciones y con el espacio suficiente para utilizar. Además de, por supuesto, encargarse junto con Owen de que controlar que todo saliera perfecto.
Aunque la mayoría tenían mucha flojera de realizar las cosas, reunirse en casa y salir a comprar los materiales, no podían negar que se divertían mucho cuando estaban juntos. Sobre todo cuando David los hacía reír o utilizaba la pintura que ocupaban para realizar los diferentes escenarios y pintaba en el rostro de sus amigos figuras extrañas o bigotes. También, más de una chica había terminado involucrada en sus juegos y con bigotes de gatos en su rostro. Las mismas chicas se enojaron con el chico, pero luego terminaron jugando con él. Pero aquellas travesuras fueron reprendidas por Sabrina, quien se veía muy molesta y el rubio debió disculparse al igual que las chicas. Aunque ellas fueron perdonadas, el enojo de Sabrina con el ojiverde no pasó hasta luego de unos días en donde el chico la abrazó y le pidió disculpas por su irresponsabilidad y torpeza. Sin más que pensar, Sabrina decidió perdonarlo, aunque no fuera ese el problema por el que se había molestado con él.
Además de reunirse para trabajar en las cosas, los adolescentes aprovechaban los momentos para estar con sus grupos de amigos y hablar sobre diferentes cosas, entre ellas, el baile. Aquel evento, sería el primero que ocurriese en Puertas del sol, por ende la mayoría de los chicos estaban muy impacientes porque llegara aquella fecha para saber cómo seria. Según se comentaba, uno de los chicos de último año sería el Dj de la fiesta, acompañados por otros que la animarían ¿Qué mejor que chicos mayores acostumbrados a salir a bailar para animar el baile? No había duda de que sería algo genial. Además de eso, también se rumoreaba de la existencia de una banda aquel día, algo que los animaba aun más. Por ese lado, los chicos estaban súper ansioso de que ya llegara el día, mientras que las chicas estaban ansiosas por otras. Vestidos, zapatos, maquillaje, peinados y bolsos era lo único de lo que se las podía escuchar hablar. Mientras que los chicos estaban más curiosos por el tema de la buena música y la comida, las chicas estaban más concentradas en como lucirían. Muchas de ellas ya se habían mandado a elaborar costosos atuendos, comprado zapatos de diseñadores o los más costosos que podían pagar, miraban muchas revistas para encontrar algún peinado que les fuera bien además de ver catálogos de maquillajes. Era de esperarse que estuvieran así de alteradas por el baile, después de todo, irían con algún chico que las invitaran.
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El chico de la puerta de al lado. [LGTB]
RomanceA sus 25 años nuevamente Mark se encontraba en una habitación esperando a su cliente. No era nada nuevo para él, era una realidad que habría preferido no elegir para sobrevivir en el mundo. Desde que había ingresado a aquel sucio mundo se podía deci...