-¿Podrías arreglar las mías después?- preguntaba una chica ilusionada mientras observaba los diferentes tipos de esmaltes que tenia su amiga dentro de un pequeño bolso de mano- ¡Mira esas uñas, se ven tan sanas! Realmente te envidio, mis uñas son muy frágiles y casi siempre se andan rompiendo.
-Este color resalta con tu tono de piel .
-¡Eres tan adorable!- exclamaba otra, jugando con su cabello, mientras discretamente creaba una fina trenza que colgaba de uno de sus costados y la cual finalizó con una pequeña hebilla.- Extrañábamos que vinieras a nosotras para que arregláramos tus uñas y cabello, aunque de esto último se ve que tu te encargas muy bien.
-Si, últimamente no he tenido tiempo de pasar tiempo con ustedes- suspiró soplando sus uñas ya pintadas para que se secaran- Saben que nunca me olvidaré de ustedes, pero mis amigos no quieren compartirme mucho.
-Yo creo que solo uno de ellos no quiere compartirte- rio una castaña pícaramente- Aunque lo entiendo, yo tampoco te compartiría.
-De seguro-afirmó otra a sus palabras- Tu de seguro lo tendrías encerrado en un pequeño cuarto y lo tratarías como una muñeca a la cual arreglarías las veinticuatro horas del santo día...¡Auch!-gritó al recibir un pequeño tirón de su pelo- ¡Sabes que digo la verdad!
-¡Terminé!
-Gracias, Charlotte, quedaron geniales- miraba sus uñas con alegría mientras intentaba no hacer un mal movimiento para arruinar lo pintado.
-Recuerda que por esto nos debes un paseo por el centro ¿De acuerdo?- exclamó la chica cogiendo la mano de su amiga, quien no demoró ni un instante en ponerse frente a ella para que le hiciera un bonito arreglo a sus uñas.- ¿Las quieres otra vez rosa?
-¡De seguro!
*
-
Esto se vuelve aburrido cuando Cristian esta en el otro equipo.- jadeó agotado un moreno, apoyando sus manos en sus piernas intentado recuperar el aire perdido.- ¿Quién diablos nos dividió así? ¡Es imposible detenerlo con este equipo!
-Que histérico eres, si no comienzas a practicar más, jamás lograras pararlos. -golpeó su hombro un rubio, mientras le entregaba una toalla para que limpiara su sudor.- Así que deja de quejarte como señorita en sus días.
-¡Yo no...!
-Oigan, señoritas, ¿me dejan recoger mi botella o también van a quejarse de que bebo agua?- interrumpió el azabache la conversación de ambos amigos, ocasionando que ambos se corrieran dándole paso al alto.- Y no se de que tanto se quejan, solo es un estúpido partido amistoso, estamos todos en un mismo equipo, lo recuerdan ¿Verdad, par de idiotas?
-¡Tu...!- el moreno lo miraba con una furia inmensa en sus oscuros ojos mientras apretaba sus puños, pero cuando menos se lo esperó Cristian, esté terminó colgándose de su cuello mientras fingía sollozar en su hombro- ¡Dime como lo haces! ¿Acaso eres un robot o qué? Eres imparable. Dime como lo haces, Cris, no seas egoísta. Eres el segundo mejor del equipo, y solo lo eres porque Javier mide casi dos metros.
-Ni que fuera un estúpido árbol- rodeó sus ojos el mencionado, quitandole al moreno su botella de las manos y dandole un largo sorbo.
-Cállate, Javier.- refunfuño, quitándole su botella- Pero aún así, Cristian es el más aclamado en los partidos. También quisiera que el grupo de porristas gritaran mi nombre -suspiró angustiado- Tienes a casi todas las chicas del instituto detrás de tu cuerpo. ¡Y ni siquiera las miras!
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El chico de la puerta de al lado. [LGTB]
RomanceA sus 25 años nuevamente Mark se encontraba en una habitación esperando a su cliente. No era nada nuevo para él, era una realidad que habría preferido no elegir para sobrevivir en el mundo. Desde que había ingresado a aquel sucio mundo se podía deci...