✽ Sweet fragance.

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Sin importarle mojar su pijama se mantuvo por un largo rato debajo de la helada agua. Apoyó sus antebrazos y cabeza contra los azulejos dejando caer sobre su cuerpo toda el agua.

-Demonios, he quedado como un degenerado -se reprochó entreabriendo sus ojos que permanecían cerrados. Bajando la mirada dirigió su vista a su entrepierna que parecía no darle respuesta al agua fría- Estúpido sueño -bufó molesto quitándose sus pantalones al igual que la ropa interio. Tal vez un mejor contacto del agua con su piel solucionaría aquel problema. Esperó durante unos cuantos minutos, pero no paso nada. -Oh, genial. ¿Qué hago ahora?

Poniendo el tapón a la bañera se recostó en ella bajo la ducha y cerró los ojos.

Del otro lado de la puerta del baño un castaño aún mantenía aguardando la salida del pediatra. Justin observaba la alfombra de la habitación tratando de bajar el calor de sus mejillas. Había sido demasiado vergonzoso lo que había visto y aún más porque no supo cómo reaccionar y sólo se dedicó a tartamudear como el mocoso que era. La imagen de Mark con su cabello alborotado por levantarse de dormir, su torso marcado hasta el vientre y aquella zona que se escondía tras aquella tela levantada pasó por su mente haciéndolo sonrojar nuevamente pero a un nivel más elevado. Dando un brinco de la cama se sujetó de los cabellos reprochándose por tener aquellos pensamientos sucios.

Soltó un quejido tapándose la cara y tirándose a la cama de espaldas. Observó el desayuno que aún descansaba sobre el costado de la cama intacto, gracias a un milagro no había caído nada sobre la cama al haberse arrojado de esa manera sobre ella. Lo tomó entre sus manos y se puso de pie dispuesto a colocalo sobre el escritorio, a una distancia prudente de la computadora para no ocasionar ningún problema.
Sin embargo, en cuanto Justin planeaba volver a sentarse en la cama, el aparato le llamó la atención. Retiró la silla del escritorio, se sentó en ella, tomó la portátil y la abrió. Buscó el botón de encendido y lo apretó. Una vez que la pantalla se iluminó, observó una foto del rubio junto a Sparqui de cachorro lamiendo su mejilla que la usaba como protector de pantalla. En cuanto Justin cliqueó la pantalla, un pequeño anuncio se le apareció.

Mark Lend

Contraseña:

"¿Contraseña?" pensó para sus adentros.
Habían tantas opciones por donde elegir. Nombre de sus padres, año en que nació, año en que Sparqui llegó a sus brazos, nombre de su primera novia o novio, comida favorita, algún número o fecha en especial. Tantas opciones de donde elegir y él sin saber siquiera la mitad de ellas.

-Tal vez sea el nombre de Sparqui -murmuró tecleando el nombre, sin embargo la pantalla le marco error- No es, no creo que sea posible su nombre. Intentaré con la fecha de su cumpleaños -al colocar los dedos sobre el teclado, no se movieron.

"No sé cuando es su cumpleaños. Tampoco sé que le gusta comer, ni el nombre de sus padres...No sé nada sobre él" pensó mirando fijamente a la pantalla.

¿Qué había conocido de Mark hasta ahora? Tan sólo que era pediatra, que tenía treinta años, vivía junto a su perro de nombre Sparqui, quien le había robado su primer beso, y que al parecer era homosexual...aunque eso ya lo sospechaba desde el día en que comprendió porque su padre lo había citado en aquel hotel. Posando ambos antebrazos sobre el escritorio, recostó su cabeza sobre ellos y cerró los ojos intentado alejar aquellos pensamientos.

-¡Justin! -un gritó lo hizo sobresaltarse y caer de la silla- ¡Justin! -volvió a escuchar y reconoció la voz de Mark.

-¿Si? -preguntó con un grito, mientras se ponía de pie en dirección a la puerta del baño donde se encontraba el rubio- ¿Ha pasado algo?

El chico de la puerta de al lado. [LGTB] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora