N/A: Aquí el chico que representa a nuestro adorable Samuel. Aunque ya saben, nuestro Samy no tiene nada de esos pircings en sus labios.
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--------¡Hey, sabemos que estas en casa!- volvió a gritar, el rubio, sacándolo de sus pensamientos- ¡Ábrenos!
Confundido por la inoportuna visita del chico a su casa, el castaño continúo oyendo sus gritos sin moverse de su cama. Dio un pequeño salto de la misma cuando recordó oír al chico hablar en plural. "¿Ábrenos?" Tendría que haber dicho "ábreme"... ¿Quién más estaba fuera de su casa?
Desconfiado, se levantó de su cama y con sigilo se acercó hasta su ventana para observar por ella, tan solo, dejando ver sus dos ojos sobre el alféizar, la parte baja de la ventana de madera. Un pequeño sonido de sorpresa escapó de sus labios cuando descubrió a cuatro personas sonriéndole con picardía desde abajo.
-No tienes escapatoria, Ukecito. Ya te hemos visto.- le sonrió, Sabrina, haciéndole un gesto con su dedo índice como si lo estuviera invitando a acercarse.- ¿Prefieres abrirnos o quieres que trepemos el árbol hasta tu ventana?
-¿Qué? No pienso hacer eso- se quejó, Samuel.
-¿Cuál es el problema? ¿Jamás has subido a un árbol?- le preguntó, David riendo, preparado para continuar con la frase "No has tenido infancia", pero al recordar la situación del pelirrojo prefirió morderse la lengua.
-Lo he hecho- aclaró- Pero no lo haré con estos zapatos.-bufó señalándose sus zapatillas azules de cordones blancos- Son nuevas, no las arruinare.
-Que delicadito.- el menor chasqueó su lengua ante el comentario del rubio.
-No soy delicadito, solo no quiero romper mis zapatillas.- infló sus mejillas y se cruzó de brazos, dejándole en claro al ojiverde que lo había ofendido- ¿Verdad, Cris? -en silencio, el azabache asintió.
-Que sumiso...-al darse cuenta de su comentario, el rubio tapó su boca y miró de reojo a su amigo quien lo estaba fulminando con su mirada desde su gran altura- Yo...yo...yo creo que me callare. Estaré por aquí, no molestare.- agregó, dando unos cuantos pasos hacia atrás, colocándose detrás de su novia quien reía divertida por la situación.
-¿Qué significa sumiso?- preguntó. el pelirrojo, tironeando de la camiseta del alto, quien solo le hizo un ademán para que lo olvidara.- ¡Pero quiero saberlo! Ahora me quedaré con la duda.
-Solo olvídalo, Sam- le dijo, Sabrina.- Si alguna vez averiguas su significado, créeme, que Cristian no tiene nada de eso.
-Eso lo dices tú, yo lo veo como un perro obediente y fiel... ¡Mmgh!- gimió de dolor, el rubio, al sentir un codazo en su estómago por parte de su novia- Do-dolió...
-¡Te lo mereces por idiota!- lo regañó- Cristian no es nada de eso. Que ame tanto a su chico como para consentirlo no significa que sea un perro fiel. Es más, es muy dulce que actué así. Agradece que no te pisé con mis zapatos. -una mueca de dolor apareció en el rostro del rubio al ver el tamaño del tacón del zapato de la chica.
Sí, eso definitivamente le hubiera dolido mucho.
-Entonces... ¿Quieres que actué como él?- posó su mentón sobre el hombro de ella- Lo haré sí eso quieres.
-Descuida, me gusta hacer las cosas por mí misma. No debes preocuparte por eso.- le sonrió, provocándole un fuerte latido a David, quien se vió tentado a besarla pero ella no parecía percatarse de la mirada hambrienta del rubio sobre sus labios.
-Ni se te ocurra- pronunció, Cristian, en un tono amenazador- Si yo no lo puedo hacer, tú tampoco.
Ruidosamente, David chasqueó su lengua.
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El chico de la puerta de al lado. [LGTB]
RomanceA sus 25 años nuevamente Mark se encontraba en una habitación esperando a su cliente. No era nada nuevo para él, era una realidad que habría preferido no elegir para sobrevivir en el mundo. Desde que había ingresado a aquel sucio mundo se podía deci...