N/A: Creo que no hace falta decir quien este sexy pelirojo 7u7.
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Quienes pasaban por la vereda y las calles de aquella movida zona escolar, se quedaban mirando con extrañez la escena que se presenciaba frente a la puerta de rejas negras del gran instituto de Puertas del Sol. Algunos de ellos ignoraban todo el alboroto que se escuchaba, siguiendo con sus propias rutas de destino, mientras que otros miraban de reojo el espectáculo y reían con disimulación.
Si alguien estuviera observando desde el piso más alto de un edificio, podría describir desde la gran altura al paisaje como si se tratase de un gran hormiguero del cual huían hormigas a toda velocidad. Sin embargo, no se trataba de un gran hormiguero, sino simplemente de la escuela la cual había dado por finalizada su jornada de clases para dar comienzo al fin de semana, y quienes eran las hormigas, tan solo era la gran número de alumnos que salían con desesperación de aquel lugar. ¿Quién no desearía irse rápido a casa un viernes finalizada las clases?
-¡Pero me lo prometiste!-chilló, tironeando de su mochila y ocasionando que el chico se tambaleara- ¡Dijiste que irías conmigo!
-Lo....lo siento, yo...-balbuceaba, Justin- No puedo....Hoy no...Necesito ir a un lugar.
Las mejillas de Sam se inflaron como si fuera una ardilla y se abrazó al brazo de Justin, el cual estaba al borde de entrar en desesperación. Hacía más de veinte minutos que intentaba disculparse con el pelirrojo por no poderlo acompañar en sus compras, pero Samuel no parecía querer aceptarlo. ¿Cómo lograría convencerlo sin explicarle la verdadera razón de su impedimento a ir?
-¡Era una promesa!-volvió a chillar- Fue una promesa de amigos, no puedes decirme ahora que no iras. ¿Qué haré? Necesito esa ropa y, además, pensaba pasar un bonito momento junto a ti. ¡Mira!- tomó su celular, y tras teclear su pantalla unas cuantas cosas, se lo enseño. En la pantalla luminosa, Justin podía ver, lo que parecía ser, una lista de... ¿Cosas para hacer? Una debajo de la otra, estaban anotadas las actividades, que al parecer, deseaba hacer el bajista con él. Sin embargo, hubo otra cosa que más le llamó la atención al castaño, y se trataba del color del celular. Extrañamente, la carcasa que rodeaba el aparato era de un color rosa llegando a ser rojo claro.- ¿¡Ves!? ¿Ahora qué haré? Tenía todo el día planeado.
Antes de que el castaño pudiera volver a disculparse, por quien sabe cuánta vez consecutiva, un gran bocinazo tapó su voz.
-¡Vámonos, niño!- gritó una voz masculina desde un coche negro- ¡Llegamos tarde!-nuevamente, un fuerte bocinazo sonó, llamando la atención de muchas de las personas allí.
El rostro del castaño se iluminó en sus mejillas, y hundió su cabeza en su bufanda. Lentamente giró su rostro, y asintió con su cabeza a aquel hombre de ojos pardos que estaba perdiendo la paciencia. En cualquier momento saldría del auto y lo metería en la parte trasera del mismo, si Marcos no lo estuviera sujetando de su brazo para calmarlo. No, a Gabriel no le gustaba perder el tiempo en, absolutamente, nada.
-Sam...lo siento, pero tengo que irme....-retrocedió unos cuantos pasos, liberándose del agarre del chico, pero al momento en que quiso caminar hacia el auto, notó los ojos brillosos del pelirrojo.- Sam...no, perdón, pero no puedo ir...-su voz temblaba de nervios. No deseaba hacerlo llorar.
-No le hagas caso, está actuando.- exclamó, David, desde lejos.
Hacía rato que él y Sabrina se habían aburrido de escuchar de los reclamos del pelirrojo con Justin, por lo que se habían alejado un poco para entretenerse entre ellos. En ese mismo instante, Sabrina se encontraba rodeaba por los brazos del rubio, mientras que este intentaba sacar una foto en donde salieran ambos, pero la ojiverde parecía no querer hacerlo, por lo que el chico estaba tomándole toda clase de fotografías mientras ella se quejaba de que arruinaría su cámara.
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El chico de la puerta de al lado. [LGTB]
RomanceA sus 25 años nuevamente Mark se encontraba en una habitación esperando a su cliente. No era nada nuevo para él, era una realidad que habría preferido no elegir para sobrevivir en el mundo. Desde que había ingresado a aquel sucio mundo se podía deci...