Capítulo 38-Nuevos Descubrimientos- Parte II

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Sin embargo, Justin estaba empezando a ignorar esas cosas gracias a la ayuda de sus amigos. ¿Qué importaba lo que pensaba el resto de las personas? Ellos no lo conocían, ni él a ellos. Nadie puede juzgar a una persona por su portada hasta no conocer su interior. ¿Qué importaba lo que opinaran personas que no eran sus amigos?

Sabrina...David...Samuel...Cristian...e inclusive Nehuen, que tan solo lo conocía hacia poco tiempo, eran por lo únicos que debía preocuparse. Aprendería de los consejos de sus amigos, aunque tuviera que sufrir hasta llegar a su objetivo.

"Lo siento, Mark, hoy no podré salir contigo. Si no paso el día con Sam, me matara de seguro. Perdóname, ¿sí?
Pd: Yo...también tengo ganas de verte "

-¡Sandez!-la voz de su profesor lo hizo guardar el celular en acto reflejo en su bolsillo y mirar al hombre- ¿Cuántas veces debo llamarlo para que pase al frente? No sé en donde ha andado tu cabeza estos días, pero es mejor que abandones la nube en la que estas o tendrás problemas.

-Lo siento...-sus mejillas brillaban en un fuerte color carmesí y las risas de sus compañeros empeoraban su vergüenza. Tomó con rapidez su trabajo escrito para entregárselo al profesor, quien lo tomó soltando un simple "gracias", y se colocó en medio de la pizarra bajo las fijas miradas de sus compañeros.

¿Qué estaba pasando? Ninguno de ellos le había prestado atención a ninguna de las anteriores lecciones ¿Por qué tenían que prestarle atención a él? Mirara a donde mirara veía un par de ojos posados en su persona con suma atención. Se sentía igual que un pequeño ratón bajo la vista de cientos de científicos que esperaban que hiciera algo que los sorprendiera. Sus miradas de curiosidad y burla lo estaban poniendo cada vez más nervioso, si continuaban así no lograría decir una sola palabra sobre la revolución de Cuba o, aun peor, tartamudearía tanto que sería el hazme reír de todos...más de lo que ya lo era en esos momentos.

-Cuando quieras, Sandez-exclamó, el profesor, llamando su atención. Era un hecho de que no era el mejor día del hombre, su mal humor brotaba por cada uno de sus poros infectando todo el salón de clases.- Podemos esperar todo el día si quieres...

-Lo sie...

-Ya no te disculpes más-lo interrumpió- mejor comienza con tu explicación sobre la revolución de Cuba.

-Está bien-contestó desviando su mirada del hombre a sus compañeros.

Tras tomar una gran bocana de aire dio inició a su explicación. A pesar de que varias de sus palabras se habían enredado en su lengua a causa de los nervios, logró completar sus dos primeras oraciones. El malhumorado profesor lo escuchaba atento desde su escritorio mientras ojeaba su trabajo con el fin de seguir el recorrido de su narración. Con gran suerte había logrado calmar el rojizo color de su cara transportando todos sus nervios a sus manos que jugaban entre ellas detrás de su espalda apretándose, pero de igual manera sus ojos seguían moviéndose hacia todas direcciones por no saber a dónde mirar para no hacer contacto visual con ninguno de sus compañeros. Su boca seguía moviéndose por sí sola, era un alivió que su cerebro se hubiera aprendido todo de memoria y no tuviera que explicarlo con sus propias palabras, porque de seguro no llegaría ni a completar la primera parte. Desde su lugar podía observar como Sabrina y Samuel se pasaban pequeños papelitos, de seguro, manteniendo una conversación en silencio. Si el profesor llegaba a describirlos, aquella conversación sería leída para toda la clase y estarían en un gran problema si se trataba de algún secreto.

Prontamente su atención se desvió a otra persona que no dejaba de golpear la punta de su lapicera contra la madera del escritorio. Nehuen parecía estar marcando el ritmo de la canción que escuchaba con sus grandes auriculares, al parecer no le importaba que el profesor lo hubiera amenazado al comienzo de la hora con sacárselos y no devolvérselos hasta fin de año. El moreno sostenía su cabeza ladeada sobre la palma de su mano desocupada y, mientras mantenía sus ojos cerrados, movía sus labios sin soltar palabra alguna.
¿Cantará? Se preguntó mentalmente mientras sus labios seguían recitando la muerte de cientos de cubano que exigían sus derechos. El movimiento de los labios del adolescente era rápido, muy rápido para tratarse de una canción normal. De momento lo recordó, Nehuen sentía una gran pasión por el rap y el hip-hip. Él no sentía un gran interés en relación a ese género música, pero no podía negar que muchas de las canciones que el moreno le había hecho escuchar le habían gustado mucho. Sin embargo, él seguía prefiriendo la música electrónica ante todo. ¿Cómo haría para poder mover su boca tan rápido? El hecho de solo estarlo viendo le parecía imposible de imitar. ¿Se mordería su lengua en algún descuido? Tan concentrado estaba en seguir con su lección, debido a que estaba en la parte más importante de la misma, que no notó cuando el chico abrió sus ojos y centró su mirada en él, quien seguía observando sus labios como punto fijo sin importancia alguna. Su atención regresó por completó al moreno cuando el profesor lo interrumpió mencionando un "veo que realmente has estudiado, continua". Tras darse cuenta que aun seguía observando los labios de su amigo, lo miró a los ojos en acto reflejo. Nehuen lo miraba divertido desde su pose, aún la mantenía. Sus golpeteos contra la madera habían cesado, y ahora su mano se encontraba descansando sobre uno de sus libros. Sus ojos se achinaron al sonreír. ¿De qué se reía? No lo comprendió hasta que vio como Nehuen deslizó su lengua por su labio superior... ¡Se había dado cuenta!

El chico de la puerta de al lado. [LGTB] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora