El chico de la puerta de al lado. [LGTB]

Capitulo 34- ¿Afrontar los problemas?

N/A: Aqui les traigo el nuevo capítulo con una de imagen de como es Sabrina en mi mente.
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-¿Tampoco hoy?- la chica frente a él, soltó su bolso sobre su escritorio y negó en silencio- El próximo lunes se cumplirán tres semana... ¿Qué haremos, Sabri?-preguntó, el pelirrojo.

-No lo sé, Sam...no lo sé...-su voz se oía entrecortada, y un suspiró escapó de sus labios. Apoyó sus brazos sobre su escritorio y se echó sobre él.

No quería saber nada de nadie, ni siquiera quería estar allí. Pero su madre ya le había permitido dos días libres para faltar a clases, los cuales resultaron en vano, y estaba obligada a asistir a clases.

-Sabri, tienes que darle su tiempo, no le es tan fácil superarlo. Para ninguno lo seria, compréndelo.- le dijo David, caminando en hacia ella. Importándole un comino el resto de las demás personas, se arrodilló al lado del banco de Sabrina y posó una mano sobre su cabello para acariciarla.- Ayer he ido con Sam, pero tampoco quiso abrirnos. Hoy vayamos todos ¿Si? Tal vez consigamos que al menos nos arroje algo desde su ventana, como no sé...un balde de agua y luego nos grite: ¡Dejen de molestar!- intentó hacer reír a la rubia, pero esta ni siquiera levantó su cabeza. Estaba devastada, y tanto él como Sam lo sabían.

Ya habían pasado casi quince días desde la desaparición de Justin en la escuela. Desde aquel lunes, en donde su peor pesadilla se volvió real y arrasó con él al igual que lo hace una tormenta con las hojas de los arboles, el castaño no había dado presencia en la escuela ni en ningún otro lado. Y era desde aquel día, que Sabrina no lo veía ni lograba hablar con él. Aquello le había parecido totalmente egoísta a la ojiverde. Sabía que su amigo la necesitaba más que nunca, pero prefirió encerrarse en sí mismo que compartir su dolor con ella. Quería estar a su lado, llenarlo de abrazos y de besos reconfortantes. Decirle que haría todo lo posible por encontrar al culpable y buscarle el mejor castigo con la directora, sin contar el hecho de que David tenía planeado darle una fuerte correctivo que pondría en peligro su estado físico. Para ser más específicos, el rubio había sentenciado que molería a golpes al culpable. Y no solo por el hecho de humillar al castaño, o por faltarle el respecto a los homosexuales, sino también por el dolor que le había causado a su novia.

En aquellos días, Sabrina era una chica completamente distinta a lo que él conocía. Desde hacía días, la rubia llegaba a la escuela sin una pisca de maquillaje, con grandes y negras ojeras bajo sus verdosos ojos, los cuales habían perdido todo su brillo y vida. Su ropa simple y sin combinación llamaba la atención de muchos de los estudiantes, sobre todo de las chicas quienes acostumbraban a darles cumplidos por sus atuendos modernos e incluso pedirle algún que otro consejo sobre moda. Su largo cabello que acostumbraba a estar liso y sobre su espalda, ahora se veía amarrado en una simple coleta, de la cual incluso escapaban unos cuantos mechones desprolijamente. Ni siquiera arreglaba sus uñas que tanto adoraba.

Sin embargo, no solo su apariencia física había cambiado, sino también su personalidad se había visto afectada. En cuestión de días había dejado de ser una de las preferidas alumnas de los profesores, a una de las más regañadas.

Por desvelarse en las noches, solía dormirse en medio de las clases. Entregaba sus exámenes en blanco por no haber estudiado o por no haber prestado atención a lo que los profesores habían explicado. Aquellos días en los que acostumbraba a correr con desesperación para no llegar tarde a clases, habían quedado en el pasado. Hacía días que Sabrina llegaba a tarde a las clases, y entraba como si nada a ellas. Tan solo decía "Me quede dormida" si los profesores le preguntaban a que se debía su tardanza. Luego de eso, se sentaba en su asiento, sacaba sus auriculares y se disponía a pasar el resto de la clase mascando chicle mirando un punto fijo en el lugar esperando que el profesor presente no la notara.