Capítulo 5: Pensamientos

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Miraba el techo con desesperación pues ya es viernes y mañana es mi cita con Nico y estoy muy emocionada, tanto que no sé que ponerme, ni como arreglarme ¡nada!
Me levante de la cama y me fui a la nevera y busque agua me tome un basado para ver si me relajaba pero no.

Me puse un saco y mis zapatos para ir a caminar un rato afuera. Di un par de vueltas y luego me detuve en un parque cerca, me senté en una banca y comencé a mirar la gente pasar ya se estaba haciendo de noche y era agradable. Luego vi algo que me dejo un poco sorprendida. Era el chico del café y estaba ahí acariciando el perro que una chica paseaba, cualquiera que lo vea creerá que lo hace nada mas para llamar la atención de la chica y hablar con ella y esas cosas. Pero no, se veía que le gusta acariciarlo, y ahí me puedo dar cuenta que ama a los perros.

Cuando vi que la chica se fue, me acerque para molestarlo un poco, la verdad es que desde el día que le gaste el café no hemos vuelto a hablar. A veces me lo encontraba pero siempre me hace cara fea o me mira de una manera tan grosera entonces por eso no nos llevamos nadita.

-Veo que te gustan los perros-dije.

-¿Hem?-se voltea y al verme me mira con sorpresa.

-Hola, chico del café-dije. Mientras lo miraba con burla.

-Escandalosa eres tú-dijo. Haciendo una cara de burla mejor que la mía.

-Nunca pensé que un amargado como tú le gustasen los perros.

Se quedo callado mirándome y arqueo una ceja.

-Me viste he-se acerco-no te debe importar lo que a mí me guste ¿o si? Emily...-dijo mas cerca.

-¿Hem? ¿como sabes mi nombre?-pregunte.

-Pues por que lo escuche de tu amiga aquella vez-dijo.

-Oh, ya veo-lo mire seria.

-Emily...ese nombre-se quedo pensando-esos ojos-siguió pensando.

-¿Qué pasa con eso?-pregunte irritada.

-sh no es nada-me miro mal-ya me voy no me gusta perder el tiempo con escandalosas-dijo mientras se retiraba.

-¡Pues vete! Ni que quisiera hablar contigo-le grite, el se regreso y me miro de cerca.

-Yo puedo hacer que desees hablarme y mucho mas-dijo con una sonrisa morbosa.

-¿Qué dices?-lo mire con rabia-¡Eres un pervertido!-exclamé.

-¿A si?-me tomo del mentón.

-¿Qué haces?-pregunte.

-Quieres ver a un pervertido de verdad-dijo mientras se acercaba cada vez mas ya podía sentir su respiración.

-¿D-De que hablas?-dije. No sé por que pero me comencé a poner nerviosa.

-¿Emily?-escuche una voz que conocía perfectamente.

Era Nicolás, se acerco a el chico del café y lo aparto de un empujón de mi.

-¡No la toques!-grito.

El chico del café se levanto irritado

-Como sea-me miro-eres una molestia adiós-dijo y se retiro.

-¿Emily, ¿estás bien?-preguntó mirándome con preocupación.

-Si...no te preocupes-dije.

-Emily, ese chico ¿quien es y que quería?-preguntó de nuevo.

-Es el idiota al que le pague el café, y pues ahora solo me estaba molestando, pero ya entendí que no me tengo que volver a acercar a él-solte. Pues Nico tiene derecho a saber la verdad.

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