"Mi auto fue al taller, probablemente organizo todo mientras se encontraba fuera del set, pretendió ser solo una cena, no me dijo donde seria, lejos de la ciudad..." las piezas comenzaban a encajar con facilidad.
Todo estaba planeado desde el principio.
—¡Lo tenías todo fríamente calculado! —se volvió a verle. Él se limitaba a asentir con una ensanchada, creerlo con firmeza costaba, su mente lo procesaba lentamente.
Era mucho esfuerzo para que se dedujera ser de solo amigos, en donde el límite de amor se marcaba con facilidad y claro no había de excederse a menos que ambos desearan que así fuera. El planeaba rebasar los límites, asunto que era vislumbrado, sin embargo, la planificación en hacerlo le indicaba que fuera a pasos lentos, conquistándola con cada minucioso acto.
Marz chasqueo su lengua, decidida a tomarlo como una simple ofrenda amistosa por el simple hecho de que aún no podía dejar la imagen de él besando a otra chica como si para respirar la necesitase.
Dejando todo eso a un lado, la sorpresa era maravillosa. Lo consideraba especial porque no era común, la naturaleza le embriagaba, la arena se colaba por sus dedos a cada paso que daba, entonces, el agua le alcanzo, arrastrando los pequeños gramos consigo hacia la gran concentración que pintaba de azul, con ligeros tonos claros gracias a los rayos del ocaso. Sintió como Robert camino hasta ella, su brazo rozo ligeramente el suyo, y, su mirada iniciaba a continuación la tarea de concentrarse en ella.
Lentamente ella se volvió a mirarle. La Marz que con anterioridad nunca había conocido a Robert jamás se la imaginaria en tal situación, las mejillas se tiñeron involuntariamente.
—Mirarme se te ha vuelto una costumbre —imito su acción, ahora encontrándose con el frente a frente. Robert le sonrió.
—¿Eso es bueno o malo? —inquirió coqueto. Aquello la obligo a bajar la mirada, a la vez que incrementaba en calor en sus mejillas, el pulgar de Robert le levanto la barbilla suavemente.
—No tienes por qué avergonzarte —Marz relamió sus labios con cautela—. Luces hermosa sonrojada.
—¿Cómo evitar sonrojarme si siempre eres así conmigo?
—¿Cómo evitar hacerlo si es totalmente inevitable? ―repuso encogiéndose de hombros.
—¿Por qué no eres valiente y respondes mis preguntas en lugar de hacerlo con otras? —ladeo su cabeza retándole suavemente, la pregunta divertía e invito a Robert a sonreír de lado. Sus ojos picaban, atisbaban curiosidad. El tomo el dobladillo de su camisa y comenzó a alzarla hasta retirarla, su pecho desnudo visible para la chica, la cual única acción que hizo fue tratar de evitar mirarle. Reinada por el nerviosismo y la timidez, enfoco su vista en otras cosas, estacionando sus ojos en el agua o simplemente en el suelo.
—¿Qué... que estás haciendo? —balbució. Robert tomo la cremallera de sus pantalones comenzando a desprender esta prenda a lo que ella abrió los ojos como platos maldijo por lo bajo, para su alivio, traía puesto un bañador.
"Es listo" pensó.
—¿Para qué venir a una hermosa playa si no disfrutaras de ella?
Fueron los segundos suficientes para que Marz pudiera verlo, revisándole con mirada rápida desde arriba hacia abajo, desde su fuerte abdomen hasta sus pies notando como el bañador era totalmente negro. Pensamientos lujuriosos y pervertidos escapaban de sus manos.
—Oh, contrólate —murmuro para sí, casi inaudible. Robert frunció el ceño.
—¿Disculpa?
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Wildest Dreams
Fanfiction////// EN EDICIÓN ////// ―Nadie tiene que enterarse de que hacemos ―murmuro ella, agitada. Una sonrisa fue apareciendo lentamente en sus rosados y suaves labios, volvió a tomar el rostro de ella entre sus manos. Ajuntando sus narices, un acto de du...