Las manos de Robert esta vez tomaron el rostro de Marz con suavidad profundizando un poco el beso, pero mientras lo hacía, a pesar de ser dulcemente encantador, la mente de Marz comenzaba a llenarse de dudas y por más que la chica tratara de sacarlas de su mente para disfrutar con claridad el beso que tanto había ansiado, se le hacía inevitable pensar en el porqué, las respuestas le comían viva.
―No me beses... ―las palabras de Marz no podían ser más sinceras en ese momento. Sin embargo, justo lo que ella pidió no hiciera era justo lo que él hizo. Le volvió a besar con dulzura y era algo a lo que ella no podía negarse, ya lo sabía. En un acto valiente ella se separó de él jadeante, tratando de regular su respiración. Suspiro―. ¿Porque me besas? ¿Por qué me besaste?
El rostro de Robert se suavizo sonriendo, como si estuviese apenado por lo que diría a continuación, pero tenía que hacerlo, la respuesta para ella era necesaria de lo contrario moriría Eran sentimientos de los cuales Robert no sabría, de eso ella estaba segura, o al menos creía estarlo.
―¿Quieres acostarte? ―Marz alzo una ceja ante la propuesta por lo que él le sonrió recriminándole, se sorprendió de sus atrevidos pensamientos―. No así, ven...
Robert se levantó de la banca y como si se tratara de su propia casa con confianza se recostó del lado izquierdo de la cama. La chica algo temblorosa comenzó a caminar hacia él y se abrigo más con su túnica. Sus pasos eran indecisos pero con destino seguro, se recostó junto a él mirando un solo punto; el techo de madera, esperando las respuestas de Robert que no habían llegado aún, resoplo frustrada. Entonces las luces se apagaron y fue Robert quien lo hizo, quitar la luz dejando solo el claro de la luna a través de la ventana, quizás para mayor comodidad.
―¿Y bien...?
―¿Si?
―No respondiste mi pregunta...
Robert se volvió para mirarle, entrecerró sus ojos, curioso, tratando de mirar a través de esos profundos ojos azules que no le miraban, ella se volvió a mirarle después de unos segundos, encontrándose con su mirada seductora. Le recordó a un cazador tratando de atrapar a su presa, su piel se erizo con rapidez y por instinto se abrazó más a sí misma.
―¿Cuál era? ―Marz se mordió su labio inferior, nerviosa.
―No me hagas repetirlo... ―ella se sonrojo levemente y rezo para que no lo hiciera mas. Ya había tomado la valentía suficiente para intentarlo dos veces, una tercera ya era mucho. Robert rio, un poco suave y su mano fue directo hacia los cabellos oscuros de Marz, en un acto amable tomo su mechón y lo paso por detrás de su oreja.
―¿Recuerdas que te dije...que te necesitaba?
"Como olvidarlo..." aun así sus pensamientos no la detuvieron en asentir a su pregunta.
―Bien... era cierto. No sé qué me has hecho, pero necesito más de ti. Más de tu risa, más de tus charlas, más tiempo contigo, más de tus sonrojos... más de tus labios ―acaricio el labio inferior de ella con cuidado, como si fuese una obra de arte. Las palabras de Robert solo conseguían colocarla Marz mas roja de lo que ya estaba, pero aun así le encantaba escuchar esas palabras, pronunciadas por sus labios era un simple deleite para ella. Los segundos en silencio fueron placenteros debido a las tiernas caricias que el procedió a hacer en su cabello
―¿Por qué no bajaste a cenar?
―No tenía mucha hambre...―susurro ella apenas audible. Robert solo negó lentamente.
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Wildest Dreams
Fanfiction////// EN EDICIÓN ////// ―Nadie tiene que enterarse de que hacemos ―murmuro ella, agitada. Una sonrisa fue apareciendo lentamente en sus rosados y suaves labios, volvió a tomar el rostro de ella entre sus manos. Ajuntando sus narices, un acto de du...