Capítulo 26: "Usada"

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"No puedo dormirme"

Estar terriblemente cansada no implica dormir, para ella ahora no. Sus parpados no pudieron evitar estar cerrados y por un momento perdió un poco la noción de tiempo sin consentimiento, el cansancio pudo con ella y no le dio tiempo para pronunciar a tiempo alguna palabra. Para cuando fueron abiertos de nuevo, el tiempo pasó un poco rápido, se dio cuenta de que solo durmió unos minutos. La luz del atardecer era tenue, terminaba, la noche se acercaba y ella estaba envuelta junto a Robert entre sabanas calurosas. Su mano acariciaba su cabello con ternura, suavemente y Marz se preguntó si el sentía algo de culpabilidad. Se había enterado de su virginidad de la manera más íntima posible.

Calor. Había calor, mucha, eso fue lo que le recordó en qué posición se encontraba; sin alguna prenda que evitara dejar su desnudez al visto, se sonrojo y la Marz tímida volvió a la tierra. Se incorporó con lentitud y se cubrió con las sabanas al estar sentada.

"¿Qué acaba de pasar?"

Respiro profundamente, recuerdos vagos volvían a ella. En su interior había un vacío y ahora se sentía un poco adolorida, le hacían recordar mucho lo que paso. Este era el pequeño precio que pagaría a cambio de algo mejor. Ahora, ella le había dado todo. No había palabras para describir las sensaciones distintas que vivió junto a Robert hace unos minutos. Pero solo vio y vivió tres cosas; dolor, placer y lujuria.

—¿Estas bien? —pregunto Robert, Marz se había tomado unos segundos para meditar, asintió levemente. Robert también se incorporó, se acercó a ella y deposito un suave beso en su hombro, haciendo un camino hasta su cuello. Un suspiro cansado fue suelto por él y su frente se colocó en el hombro de Marz, sus cabellos cosquilleaban su cuello—. Marz... ¿Por qué no me dijiste que eras virgen?

Ella trago saliva.

—¿Eso...importa? —susurro algo indiferente, solo porque hablar del tema no le gustaba mucho.

Robert se separó de su cuello de inmediato. Le hizo mirarle a los ojos, sus manos tomaron su mentón y la giraron para que le viera solo a él. La mitad de su cuerpo estaba cubierto por las sabanas mientras que sus abdominales estaban ligeramente flexionados, Marz mordió su labio inferior, no estaba segura si era por ello o por lo que Robert le diría.

—Claro que importa, yo no quería lastimarte, yo...

—Calla...—susurro interrumpiéndole. Aunque verle balbuceando por primera vez era algo divertido y tierno, no quería que siguiera hablando. Robert silencio sus palabras cuando Marz le acaricio mejilla, su pulgar realizaba suaves caricias de arriba hacia abajo. Suspiro fuerte para tomar la valentía necesaria para decirle la verdad—. Quería que pasara... —admitió explicando pausadamente—... Yo... solo...

Esta vez fue Robert quien la callo y con el método más suave y exquisito posible. Sus labios se movían tiernos, tranquilos, ella se sorprendió un poco pero lo acepto con gusto, moviendo sus labios junto a los de él, con precaución; Una de sus manos estaba en su rostro profundizando el beso y con la otra en su pecho, se aseguraba de que la sabana no se quitara de su lugar.

—¿Qué me estás haciendo Marz? —pregunto el entre besos. ¿Por qué siempre cuando pronunciaba algo le derretía?

Marz jadeo y esbozo una sonrisa al separarse de él.

—Podría hacerte la misma pregunta... —junto con una de las sabanas se levantó de la cama. No queria que él tuviera el poder de desnudarla de nuevo con un solo jalón de las mantas que la cubrían, busco sus bragas y si pijama para colocárselas, se sentiría más segura.

—¿Por qué te escondes? —la voz de Robert era divertida, coqueta. Marz ladeo la cabeza y camino hasta su vestidor, miro la puerta de este y suspiro profundamente, sentía la necesidad de ser honesta con él.

—Me da vergüenza —su voz era apenas un susurro. Un hombre jamás la había visto desnuda, hasta que llego el. Desde allí, todo cambio.

—Ya no hay nada que no haya visto de ti, Marz. Cada parte... hasta ese pequeño lunar que tienes en tu cintura.

Robert no podía verla, pero ella sonrió. Sus mejillas comenzaron a quemarle y comenzó a vestirse para no perder más tiempo. Él había visto cada mínimo detalle de su cuerpo, no solo eso, su alma.

—No... —Marz termino de salir del vestidor en pijama negra puesta y con su túnica entre sus manos roja. Para su sorpresa Robert ya traía puesto sus pantalones—. No es lo mismo.

Robert se levantó de la cama y camino hasta llegar al frente de Marz, Sus nervios comenzaron a renacer y él amaba el efecto que comenzaba a hacer en ella. Los ojos de Marz paraban dos direcciones; sus ojos, sus labios. Ella sintió como una de las manos de Robert llego hasta su espalda y la acaricio. Su cierre no estaba cerrado por lo que con sumo cuidado como si se tratara de un cristal, comenzó a subirlo lentamente.

—Te tardas demasiado —dijo Ella. Sus comisuras se llevaron un poco creando una simple y pequeña sonrisa.

—Quiero disfrutar del momento...

Ella no discutió mas, sus ojos eran lo que más le llamaban la atención en ese momento y Robert subía con lentitud su cierre. Aunque tenía planes de quitar la prenda de nuevo, la dejaría descansar, había sido mucho para ella en una tarde, tomo la túnica roja de Marz y se la coloco con la misma suavidad.

—Listo —murmuro Robert.

Marz asintió como pequeña y camino hasta su cama para dormir esta vez. Aun se sentía cansada y adolorida, se acostó dándole la espalda a Robert y esperando que él se hiciera un espacio junto a ella y a su lado se mantuviera. El peso de Robert se sintió en la cama y entonces deposito un beso en su hombro. Una de sus manos acaricio el mismo lugar hasta desconectar el tacto y levantarse de la cama nuevamente, Robert tomo sus cosas y salió de la tienda.

Marz al percatarse de ello pensó sentir su corazón quebrarse, una sensación de decepción la invadió. Él se había ido. Un pinchazo en sus ojos le avisaba que pronto llegarían unas que otras lágrimas, pero se negaba a llorar. Él no lo sabe, pero eso solo la había hecho sentir usada, algo humillada y como solo un objeto que utilizar por el momento. Ella no era eso, ella no era una mujerzuela cualquiera, le había dado todo, pero así se sintió.

Se sintió usada.

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Hola <3

Primero, espero que les haya gustado el capítulo y sobre todo espero que no se hayan incomodado del capítulo anterior. Lamento que sea corto (como siempre no quiero unir dos sucesos en uno) y también lamento no haber publicado en días, estudios, estudios, por todos lados y ninguno de ellos me deja respirar. Pero siempre cuando tenga un tiempo libre, empezare a escribir.

Les quiere, Parker.

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