―Sigo pensando que la palabra "enamorada" es muy fuerte ―le comento su amigo de la nada.
Ella se volvió hacia él y frunció el ceño al verlo. Vestía de traje y corbata, aunque la última prenda para ella lucia...
"Muy torcida"
Como un cuadro inclinado, arruinado una hogareña y cálida sala de estar. Y eso que era una corbata muy linda. Si se presentaba así, restaría puntos en cualquier entrevista de trabajo. No pudo contener su deseo de llevar la prenda a su orden correcto. Solía suceder casi siempre, cualquier cosa que estuviese fuera de lugar, tenía que ser ubicada, reorganizada, llevándola a la perfección. Bryce suspiro resignado con una sonrisa de vencido y es que si las miradas dicen más que mil palabras.
La de Marz decía muchas cosas.
La chica llego hasta a él y llevo su manos hacia la prenda, jalo hacía de esta hacia la derecha para enderezarla y dejarla recta. En definitiva estaba mejor.
―No solo es la corbata. Sé que también quieres evitar el tema, corazón.
"Maldición" ahora ya sabía sus otros planes. Últimamente, las charlas de su nueva confesión se habían vuelto algo... inquietantes y evitarlas pasó a ser su nueva costumbre.
―Quizás ―murmuro respondiendo al tema, aliso la corbata con rapidez― Es que... no tengo otra palabra para describir mi remolino de emociones.
―Bueno... ¿Has hablado con él?
Eso tampoco había sucedido. Ella dio media vuelta y camino hasta la mesa central, sentándose en una de las sillas le hizo un ademan al chico para que hiciera lo mismo, sabía que esta charla sería más larga, sin Ariana las pausas eran nulas y las discusiones eternas. El pensó que si no le conociera, creería que se había hecho de oídos sordos y boca cerrada. Sin embargo le dio la clave para una clásica charla y decente.
Ella sabía la respuesta a su pregunta, pero necesitaba ser procesada... No habían hablado, no desde haber pisado los suelos californianos.
―No ―respondió.
Le regalo una pequeña mueca y le miro encogiéndose de hombros...
Vaya ¿Cómo podría describir esa mirada? Los ojos verdes del chico se volvieron temerosos, le recordó a su amigo, Theo, en el día de la fiesta de despedida en África. Era como si cada uno de los miedos se encontrasen atrapados en las famosas ventanas del alma. Si ganara dinero por cada vez que la miraban así, sería más millonaria de lo que ya es. Lo peor de todo, es que cada vez que le miraban así, era al mencionar al hombre de su vida.
"Quiere decirme algo... lo sé" igualmente se dio el tiempo para analizar más la situación.
―¿Crees que deberías confiar en él? ―dijo Bryce finalmente, sentándose a su lado en la mesa.
―¿Tú lo harías?
Él sonrió.
―¿Sinceramente? No lo sé... quizás no... Quizás sí.
―Pues, yo lo haría. En realidad, lo hago ―dijo ella al cabo de un minuto―. O al menos creo hacerlo.
―Como sea. Igual voy a partirle el rostro si te hace algo ―determino sin preocupaciones. Marz río.
No le preocupaba el hecho de que eso ocurriera, sabía que no pasaría. Se sentía bien que a alguien le importaras, tanto al punto de que sería capaz de defenderte de tus más grandes enemigos, alejar a quien te hace daño, que tuvieran el corazón de decir "Si te hace algo malo, es hombre muerto" traducido a un entrañable "Temo por ti, eres muy importante en mi vida y no quiero que nada malo te suceda"
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Wildest Dreams
Fanfiction////// EN EDICIÓN ////// ―Nadie tiene que enterarse de que hacemos ―murmuro ella, agitada. Una sonrisa fue apareciendo lentamente en sus rosados y suaves labios, volvió a tomar el rostro de ella entre sus manos. Ajuntando sus narices, un acto de du...