Mi primer pensamiento para conseguir un arma fue Gheorghe, pero a estas horas estaría trabajando, sé que mi padre tiene armas, pero las tiene bajo llave.
Al no tener otra idea, seguí leyendo el cuadernillo, a media lectura, me acordé del objeto religioso, en mi cuarto no tenía ninguno, tenía en el salón una biblia, pero era de esas que tienen el tamaño de una enciclopedia.
Así que entré en la habitación de mi madre, no tardé en encontrar una cruz del tamaño de mi mano, la metí en mi bolsillo y seguí con la lectura, en la parte que leí, hablaba de las defensas contra los poseídos, tienen más fuerza que un humano normal, pero tampoco tenía la suficiente para partirte en dos. Su agilidad también aumentaba, como si fuera un corredor de los juegos olímpicos.
Mi madre llegó.
-¿Cómo ha ido? -le pregunté.
-No ha ido de perlas, pero podría haber sido peor, ¿has desayunado?
-Sí, ¿qué tenía? -pregunté un poco preocupado.
-Tiene muy mal las piernas, el médico dice que tardarán en arreglarse más de dos meses, además, a su nieto le noto más alto.
-¿No hay clase hoy? -le pregunté extrañado.
-Este lunes no hay clase, es fiesta, ¿ya no te acuerdas de los puentes? Cuando eras pequeño, te encantaban.
-Bueno, con el trabajo y otras cosas... Ahora que me acuerdo, tengo que comprar una cosa -dije saliendo.
Me guarde el cuadernillo en un bolsillo y salí corriendo a la casa de Gheorghe, algo me recomendaría, además, él tiene un montón de ballestas, aunque no creía que me fuera a dejar una.
Cuando llegué y toqué el timbre, Gheorghe me abrió y le conté la situación, me invitó a entrar.
Fuimos de nuevo al salón, esta vez estaba corrigiendo exámenes.
-Por cierto, ¿has visto el periódico de hoy? -le pregunté mientras me sentaba.
-Por supuesto, ya sabes que no va en broma, sobre el arma, levántate, tengo justamente lo que necesitas.
Me llevó al sótano, me miró y me preguntó:
¿Qué crees que te voy a dar?
-Una ballesta no creo, tendría que ser algo potente y discreto, pero no una ristra de ajos -dije con un poco de guasa.
-Muy frío -me contestó.
Se dirigió hacia un pequeño armario y empezó a empujarlo, iba a ayudarlo, pero me dijo que podía solo.
Reveló una parte en la pared hueca, sacó de ahí un maletín y lo colocó en una mesa, antes de abrirlo, me dijo:
-Nikolay, es cierto que los tiempos cambian, pero a los vampiros se les combate con lo de siempre, ellos aprenden a camuflarse en este mundo, dejan los castillos por apartamentos, pero si tuvieran que elegir, se quedarían con los castillos, porque los simbolizan, se buscan en castillos, no en apartamentos, y en su forma verdadera, llevan las ropas de esas época, no sé si te lo habrás leído esa parte pero en fin, hay que seguir con la forma tradicional, no te voy a dar una pistola, eso no le haría ni cosquillas, si fuera uno normal, servirían las pistolas, pero es de la realeza, te voy a dar lo que hay en el maletín, seguramente no sepas usarlo, no te preocupes, yo te enseñaré a usarla.
Abrió el maletín.
Dentro había una ballesta.
-Es como otras que tienes colgadas, esa es más moderna, ¿que diferencia hay?
-Espera a que la montemos, presta atención -me dijo.
Iba memorizando la forma de montarla, una vez hecho, me enseñó a desmontarla.
-Ahora tú -me dijo dándomela.
Los primeros pasos los hice sin problemas, aunque en una ocasión me atasqué, pero dijo que lo había hecho bien.
Era una ballesta totalmente negra, tenía pinta de ser lo último del mercado.
-Esta es la más potente que existe hasta ahora, esto lo va a sentir, y le va a doler.
-Hablando de este tema, ¿y la de mi abuelo? ¿Usó alguna?
-Ya me gustaría tenerla, cuando murió, nadie la encontró, hay quien dice que se la llevó al cielo con ella, volviendo al tema, ¿qué opinas?
-Es increíble, ¿podemos probarla?
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VAMPIRO:1999
VampireNikolay Bunin, un periodista rumano, descubre en una caja las cartas que escribió su abuelo, en ella, cuenta que un sucesor de Drácula destruirá el mundo este mismo año, junto a sus amigos Razvan y Gheorghe, tendrán que destruir al vampiro, pero no...