El pozo

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Antes de proseguir -continuó mi némesis- quiero asegurarme de que no estropees mi momento, seguro que no te importa que te deje paralítico.
Empezó a moverse por las paredes a una gran velocidad, saltó hacia mi espalda y me agarró sin posibilidad de liberarme.
Antes de atacarme, me llevó hacia la ventana, mostrándome todo el "pozo".
Tú podrías haberlos salvado -me dijo agarrándome el cuello y pisándome la espalda- pero ahora, serán las primeras comidas de mis siervos, ahí no podrán hacer nada, pues no se dejará matar aquello que lleva soñando con cumplir su deseo durante tanto tiempo, y pensar que tú eras la esperanza del mundo, la de años que me estuve preparando para este momento, y no he tenido que hacer nada, como dije, serás el primero en ver venir el apocalipsis, verás en primer plano la cara de las personas, las lágrimas de los niños, forzados a ver a sus padres siendo devorados por los míos, el sufrimiento de los más viejos y débiles, siendo humillados en masa, aunque los bebés se llevarán la peor parte, todo esto se podría haber evitado gracias a ti, todos te odiarán al saber lo que podrías haber hecho, lo que podrías haber evitado, y lo que podrías haber sido, vas a desear que acabe con tu vida de inmediato.
Cuando creía que era mi fin, alguien se abalanzo sobre mi némesis, ahí estaba mi líder, forcejeando duramente contra él. Yo no me atreví a acercarme, pues podría entorpecer la pelea o que némesis me usara como escudo humano.
Poco después, mi líder tiró a némesis por la ventana, cayendo dentro del pozo.
-¿Está bien? -me preguntó acercándose hacia mí.
-Sí, casi no lo cuento, siento no haber ayudado.
-No pasa nada -dijo mirando hacia la ventana- hizo lo mejor, solo Dios sabe lo que podía haberle hecho.
-Ha caído dentro del pozo, ¿ahora qué hacemos?
-Tenemos que entrar en él, no se preocupe, el pozo le da patadas a las leyes de la física, aterrizaremos en un lugar distinto.
Con un poco de miedo, dejé que me llevara hacia el interior del pozo.
Aterrizamos en una zona plana, aunque la caída era muy alta, no nos hicimos nada de daño, ese era el primer "síntoma" del pozo. El cielo era muy distinto al de la otra dimensión; era una mezcla de negro, rojo, y morado oscuro, que iban formando una enorme espiral, entendía a la perfección por qué todas las almas errantes siempre miraban al suelo. Si mirabas durante mucho tiempo a la espiral, te daban dolores de cabeza, seguido por náuseas y alucinaciones. Después, tu cabeza era invadida por pensamientos suicidas, deseabas ponerle fin cuando antes, pero en un lugar donde estás condenado a estar eternamente bajo sufrimiento y sin posibilidad de escapar por tu cuenta, no te quedaba otra que cerrar los ojos e imaginar algo distinto, aunque, entonces, sufrirías otra crisis de ansiedad; porque cualquier sitio era mejor que ser prisionero del pozo, para rematar la faena, se te quedará grabado un recuerdo; tu error, la razón por la que fuistes enviado aquí, no me conozco una tortura peor.
No tuve los síntomas descritos anteriormente, bastaba acercase a un ghoul atrapado, su cara lo decía todo. Te da pena, y piensas que, después de esta experiencia, cambiará, pero los ghouls son malos por naturaleza, y nada los hará cambiar. Ante esta situación; lo mejor es ignorarlos y seguir tu camino, pues le gustaría estar en tu lugar, es mejor que crean que eres una alucinación.
Seguramente te preguntes quién creó el pozo, ante esto, solo te pido que no le preguntes esto a nadie, pues la respuesta jamás debe salir a la luz. Aunque, nadie parece saberla.
Nuestro objetivo era recuperar el control del pozo y cerrarlo; para ello, debíamos destruir el espíritu de guerra demoníaco, que era un enorme rayo de energía que iba hacia el cielo, creando una brecha para poder salir.
El espectáculo a describir no era muy variado, ghouls encerrados en jaulas, atados por todas partes con cadenas, colgados boca abajo... Las cadenas procedían del cielo, aunque, por lo que me contó mi jefe, nadie saben dónde y a qué están sujetas.
A medida que avanzábamos hacia el rayo que se divisaba en la lejanía, nos encontramos con más almas errantes, estaban como rezando, de su cabeza salía un aura negra que se dirigida hacia el rayo.
Le está dando al rayo su energía -me explicó el jefe- eso le da fuerza y se hace más grande y potente, cuando lleguemos, debemos destruirlo.
Conforme nos íbamos acercando al rayo, divisamos un enorme cráter, su tamaño era semejante al del palacio; estaba cubierto por una extraña cúpula, de un color parecido al de la espiral.
Prepárese -me dijo el jefe- una vez que atravieses la barrera, no podrás salir.
Con pies de plomo, me acerque cuidadosamente a la barrera, como si me fuera a hacer algo, aunque era inofensiva, sentí una extraña sensación al atravesarla.
Dentro de la cúpula se podía ver algo que era invisible afuera; una especie de templo, escuchamos varios disparos, lo que hizo que aceleráramos el paso.
Al acercarnos, me quité un gran peso de encima; eran Razvan y mi padre, estaban rodeados y peleaban contra un ejército se sombras, sus brazos eran iguales a los que lo arrastraron.
Tenía el mismo aspecto que un ghoul, pero podían morir, al hacerlo, desaparecían en un aura negra.
Nos acercamos a ayudarlos, cuando las sombras fueron derrotadas, nos acercamos a nuestros compañeros.
-Muchísimas gracias, tíos, casi nos cortan los huevos -dijo Razvan bajando al arma.
-Eternamente agradecidos -dijo mi padre- en cuando entramos al portal, caímos cerca de aquí, por lo visto, los guardianes del templo nos estaban esperando.
Pensé en preguntarles algo más acerca de estos seres, pero no era el momento y no teníamos tiempo; conforme nos íbamos acercando al centro, la brecha iba creciendo a una velocidad descomunal, cuando llegamos al centro, el portal se abrió.
Se escucharon una cantidad descomunal de gritos de alegría, la muchedumbre de pasos se dirigía hacia nosotros.
Decidimos apagar la máquina por la vía rápida; disparando contra ella, en lo más profundo de ella, descubrí dos espadas iguales, una blanca y otra negra, ambas con un diseño y forma alucinantes, mi padre me detectó la pregunta con solo mirarme la cara.
-Normalmente la batalla se finaliza con una pelea entre el héroe y el malo -dijo mientras disparaba- al principio, estaban colgadas en la sala principal, pero se acordó guardarlas en el centro para una pelea más justa.
El rayo comenzó a disminuir su potencia, aunque ya era demasiado tarde, los ghouls subían al cielo sin hacer nada, como por arte de magia.
-No se preocupen -dijo el líder- la victoria casi es nuestra, saldremos y acabaremos con ellos, solo necesito que alguien vigile a la máquina, ¿algún voluntario?
-A los tres no les quedaba mucha munición, así que me ofrecí.
Los tres salieron, aunque no volando, el jefe puso una flecha extraña en su ballesta, al dispararla, una cuerda salió de ella, se agarraron y fueron ascendidos.
Solo tenía que defender la posición y todo habrá acabado, ¿no será dificil, verdad?
Tras defenderla de varias hordas de ghouls, solo quedaban unos segundos para que me sacaran.
Recibí un mensaje por el audífono que tenía en la oreja, era Gheorghe.
-Nikolay, el radar detecta una forma de vida muy peligrosa, no sabemos cómo, ¡pero está abriendo el portal!
El suelo comenzó a temblar, las paredes se iban derrumbando y pude salir sin muchos problemas.
Aterrizo mi némesis, el pozo lo había mandado bien lejos, extendió el brazo y la espada negra se dirigió hacia él, probé lo mismo y vino la blanca.
-NO SE TE PUEDE CONTAR NADA, ¡NADA! ¡TENDRÍA QUE HABERTE MATADO! Pero no me arruinarás el momento, ¡llevo veinte años preparando esto! Tú crecistes rodeado de privilegios mientras me moría de hambre en la calle, yo nunca disfruté nada.
Íbamos moviéndonos en círculos, preparados para la batalla. La batalla final, de mí dependía todo.

VAMPIRO:1999Donde viven las historias. Descúbrelo ahora