Salvado

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Fui a abrir la puerta, cuando la abrí, no había nadie. Pensé que había sido una broma, pero al mirar al suelo, me quedé impresionado; ahí estaba la caja, una bolsa que tenía los libros que me dejó Gheorghe y el maletín.
No me lo podía creer, los daba ya por perdidos, que aquí había acabado mi caza.
Tampoco podía creerme que, al intentar rescatar mis cosas, se hubieran olvidado los libros.
No podía dejar ningún objeto a la vista de Razvan, sobretodo la caja, sería capaz de venderla sin que yo lo supiese.
Me inventé una excusa y me fui corriendo a la casa de Gheorghe.
Por el camino, no paraba de preguntarme quién podría haberme traído la caja, pero estaba claro que conocía mi secreto.
Al llegar a casa de Gheorghe, le pregunté si había sido él quien me había traído la caja y las otras cosas, pero me dijo que no.
Le confié las cosas, quedándome solo con un par de cuadernillos.
Cuando volví a los apartamentos, llamé al timbre, Razvan no contestó.
-Anda Razvan, ábreme de una vez -dije mientras llamaba.
Nadie contestó.
¿Razvan? -dije preocupado.
-¡Un momento!
Me esperaba que me fuera a abrir la puerta, pero no, estaba subiendo las escaleras.
-¿No estabas arriba? -le pregunté extrañado.
-No, mientras leías, bajé a hacer un recado, estabas tan concentrado que ni te distes cuenta.
Mientras abría, mi cabeza ni paraba de preguntarse quién podía haber sido, Gheorghe no me mentiría en esos asuntos, mi madre, imposible, mi padre estaba en el trabajo y Razvan, nunca se sabe, el vampiro, imposible, lo habría destruído.
Al entrar, quería leer los cuadernillos, pero Razvan quería enseñarme unos vídeos.
Me ha costado lo suyo -me dijo mientras preparaba el reproductor de VHS- pero ya los tengo, una recopilación de recuerdos cuando estábamos en el instituto.
El primero era cuando teníamos 14 años, me invitó con su familia a una barbacoa, desgraciadamente, se les olvidó el aceite para avivar el fuego.
Como estábamos en una zona de acampada, dijeron que irían a la tienda y que tardarían media hora.
Pero Razvan tenía hambre, así que en vez de esperarse, decidió cocinar las hamburguesas CON GASOLINA.
Se lo habría impedido, pero estaba en los servicios, en cuando volví, las llamas tenían casi un metro de altura, las hamburguesas se transformaron en cenizas y se quemó parte del pelo, sin ninguna quemadura en la piel.
Podíamos haber seguido viendo más vídeos, pero hubo un fallo eléctrico que dejó a todo el edificio sin luz.
Eran ya casi las nueve de la tarde, decidimos ir a cenar al Tokyo Ninja, el local del que me habló antes, además, dijo que me invitaba, un detalle muy amable por su parte, ya que es un poco rácano.
Allí, después de zamparnos unos arroces tres delicias, probamos las galletas de la fortuna, la mía me preocupó bastante:
"VAS A PASAR UN MAL RATO"
La de Razvan, decía:
"UN AMIGO MUY CERCANO TE VA A ODIAR"
No le hicimos mucho caso, a la hora de pagar, Razvan se quedó congelado.
Tío, tenemos un problema -me dijo asustado.
-¿Qué pasa? -pregunté contagiándome de su pánico.
-Se me ha olvidado la cartera.

VAMPIRO:1999Donde viven las historias. Descúbrelo ahora