Razvan al volante

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Si algo aprendí de ese viaje, es no dejar nunca más conducir a Razvan cuando nos busca la poli, que añadí a mi lista mental, compuesta de casi una treintena de cosas que no tengo que dejarle hacer a Razvan.
Como nos buscaba todo el país, le dije que si nos descubrían, que podía sacarlos de la carretera o cualquier otra cosa, pero que no los matara, cosa que ya sabía desde el principio, afortunadamente.
Lo primero que hizo fue poner la radio, sintonizó una cadena de música, estaba emitiendo "Eye of the tiger"
Le subió el volumen, aceleró y empezó a cantar.
Estaba aterrorizado por la forma en la que conducía, no había nadie en la carretera y de vez en cuando, cambiaba de carril, e íbamos por una carretera de dos vías, y riéndome por la forma en la que cantaba.
Cuando la canción acabó, le pregunté si tenía carnet de conducir, pensé que me iba a decir que se lo había olvidado, pero no, me dio un trozo de cartón con su nombre y un dibujo suyo.
-¿Qué coño es esto? -le pregunté extrañado.
-Me lo retiraron hace una semana -contestó- fue con el camión de basura, les dije que podía hacer con él un caballito, la cosa no salió bien y terminó boca abajo, el jefe se enteró, hizo algo y me quitaron el carnet, y solo me deja ir de acompañante.
-¿Cómo es tu jefe? -pregunté con intriga.
-Es un capullo, nos trata como esclavos y lo único que hace es fumar en su despacho, ese muere fijo de cáncer de pulmón, y encima, soy el único al que siempre está vigilando.
-¿Por qué?
-No se lo digas a nadie, pero su hija viene de vez en cuando a ayudarle, y piensa que quiero algo con ella.
-¿Le has dicho algo?
-Que va, solo le pregunté que quién era.
Más tarde, nos cruzamos con
una moto de policía, nos miró al pasar y, aunque no le vimos la cara, seguramente se quedó muy sorprendido, giró y comenzó a perseguirnos.
No sabía que iba a hacer Razvan, cogió la pistola de la guantera y le disparó a la rueda delantera, el policía salió disparado y se estampó con un árbol.
A "tomá" por culo -dijo despué de hacer el trabajo.
-¡¿Estás mal de la cabeza?! ¡Tirastes a ojo! ¡Podías haberle matado!
-Me lo dice el que mata cientos de ghouls a sangre fría, y varios de ellos lo hizo con un motor de cortacésped.
Me pilló de lleno, pensé que lo más correcto era callarse.
El poli que Razvan estampó debió informa de nuestra presencia, porque mandaron varias unidades a por nosotros.
Definitivamente, estaba segurísimo de que Razvan me iba a pedir ayuda, pero no, se desvió de la carretera campo a través.
Íbamos bajando una cuesta, no quitaba el pié del acelerador mientras daba volantazos para esquivar a los árboles, se lo pasaba muy bien, más yo no paraba de darme golpes contra el techo y la puerta.
Finalmente, la bajada terminó, cayendo desde una gran altura. Yo estaba a punto de gritar, aterrizamos de pié sobre un tren en marcha.
Me gustan los amortiguadores de este coche -dijo Razvan.
El tren se aproximaba hacia un túnel, Razvan aceleró "bajándose" de él.
Bajamos por una pequeña cuesta, llegando a una granja, el problema es que pasamos por encima de los cultivos, al granjero no le hizo mucha gracia.
-¡HIJOS DE PUTA! -nos gritó.
Tenía cerca la escopeta y no dudó en dispararnos, ahora teníamos impactos de balas en la chapa y en el interior también, yo ya estaba rezando.
Después de esa tragedia, llegamos a una especie de paso de peaje, la policía lo había ocupado para más seguridad.
Para pasar, Razvan hizo algo que casi nunca hacía, peinarse, se hizo una línea falsa y se quitó la sudadera, así estaba irreconocible.
-Ponte atrás, ¡rápido! -me dijo.
Se acercó un guardia, era increíble de que no lo reconociera. Estuvieron charlando un minuto sobre varios temas, como no había coches, no tuvieron prisa.
Bueno, ¿cuánto es? -preguntó.
-Lo de siempre -respondió volviendo al puesto.
Cuando Razvan estaba pagando, le levantaron la barra, cuando pasamos, pude escuchar al guardia.
-¡SERÁ CABRÓN! ¡EN VEZ DE METER MONEDAS, HA METIDO BOTONES!
Razvan se estaba desternillando.
Ya veíamos nuestro destino, podíamos ver la ciudad acorralada por el bosque, el resto del viaje transcurrió sin más locuras, exceptuando cuando se equivocó de carril y estuvimos diez minutos esquivando camiones que venían de frente.
Cuando llegamos, buscamos algún lugar donde tomar algo, mientras buscábamos aparcamiento, no nos dimos cuenta de que pasábamos por encima de un camión de esos llevaban rampa, aterrizamos en una plaza de aparcamiento desocupada.
Había al lado nuestro un sedán que iba a ponerse ahí.
-¡DOS PUTAS HORAS BUSCANDO APARCAMIENTO Y ME LO QUITA ESTE GILIPOLLAS! -dijo el conductor.
Salió del aparcamiento saltándose un semáforo.
-Hay gente a la que deberían prohibirles conducir -dijo Razvan.

VAMPIRO:1999Donde viven las historias. Descúbrelo ahora