Ninguno se atrevía a dar el primer movimiento, aunque mi némesis estallaba en deseos de pillarme desprevenido.
Por dentro estaba muy aterrado, yo no llevaba ni un año en esto y él le había dedicado toda su vida, sin quitar la mirada en mi objetivo, buscaba distintos puntos donde atacarle, no éramos prisioneros del pozo, por lo que podíamos morir.
Iba moviendo los brazos de izquierda a derecha para que no me viera venir, mi némesis comenzó el combate dando un espadazo a mi cabeza, que pude bloquear con un bloqueo alto.
Durante los primeros minutos me los pasé bloqueando sus ataques, trataba de buscar un patrón o un punto que dejara al descubierto.
Era difícil contraatacar, pues hacía una cadena de golpes a la que tenías que dedicar toda tu atención.
Arriesgué mi vida a un movimiento, me tiré al suelo y conseguí hacerle un corte cerca de la rodilla, me incorporé de nuevo a la batalla de un salto prolongado.
A mi némesis no le hacía gracia que fuera el primero en hacer un corte, había cometido un error de principiantes; se había centrado mucho en mi parte superior, dejando olvidada la inferior, podría haberle dado una patada en las partes de propina, pero me parecía juego sucio.
El corte no le hizo daño, logró perforar la armadura, sin llegar a la piel, parecía sorprendido del poder de las espadas, pues parecía que ese blindaje era más duro que un Nokia antiguo.
Pronto descubrí que el truco residía en saber esquivar acompañándolo de un movimiento.
Así conseguí hacerle un generoso corte en horizontal cerca de los riñones, estaba el corte había destruido toda la zona de la armadura, aunque sin llegar a la piel.
Notaba en su mirada algo más que odio en su forma más pura, el hecho de saber que le estaba ganando un mortal, alguien de, según su filosofía; una raza inferior.
La filosofía vampírica es parecida a la nazi; los judíos son una plaga y deben ser exterminados, y no dejar rastro de su existencia.
Continuando el combate, trató de buscarme los puntos débiles y analizarme tal y como yo lo hacía a él.
Me estuvo engañando de varias formas posibles, aunque solo me lleve varios cortes en mi brazo izquierdo, podía manejarlo como antes.
Varios ghouls entraron en la batalla, atraídos por el rayo, que buscaban libertad, venían cansados, por lo que debían de haber estado encarcelados muy lejos.
Nos ignoraron y se dirigieron al portal, aunque el némesis pego un grito sin sentido, mientras los miraba de reojo, los ghouls se miraron entre sí y accedieron a regañadientes al combate, ahora lo tenía bien crudo, pues no podía pelear contra algo poderoso y contra algo que no podía morir.
En el primer tajo a un ghoul, su cabeza rodó, cayendo al suelo muerto, las espadas parecían desobedecer las leyes del pozo, lo que provocó pánico entre ellos, y sorpresa para mi némesis.
Sus caras de espanto fueron sustituidas por unas serias, aunque el espanto trataba de recobrar su posición.
Cuando solo quedaba uno, lo agarre y lo empujé contra mi némesis, que lo mató en un acto reflejo, aproveché la situación y le hice un gran corte en su pierna izquierda, esta vez con sangre.
Podía ver en lo más profundo de sus ojos el miedo, casi inexistente, las primeras gotas de sangre definían el descuido mismo o la ventaja del oponente. Al llamar a los ghouls, había hecho trampa de una forma discreta, aunque en la guerra todo vale; hay cosas que son mejores dejarlas purificadas.
Mientras hacía un combo y mi rival bloqueaba, asesté el último golpe con todas mis fuerzas, su espada dejó una notable "cicatriz", había conseguido dañar su arma, teniendo en cuenta que las dos son de igual resistencia, yo debía de tener más fuerza.
¿Tienes idea de lo que costó forjar esta espada? ¡Viene del mismísimo infierno y lleva durante eternidades intacta! -me dijo mi némesis como si hubiera hecho algo malo.
-Exacto, y tú has destruido parte de su leyenda -dijo una voz fantasmal que parecía venir de todas partes.
-No eres digno de portar esa espada -dijo otra voz parecida- eres inferior en todos los aspectos.
-No eres digno, no eres digno -repetían sin cesar miles de voces a la vez.
No sabían qué eran esas voces que actuaban como árbitro, quizás almas errantes atrapadas para la eternidad, o el pozo hecho espíritu, pues no parecía estar a favor de ninguno.
Una lluvia de sombras con forma de cadenas atrapaban a mi némesis,mientras que otras trataban de llevarse la espada, fue arrastrado a gran velocidad hasta el horizonte.
Se hizo el silencio.
¿Había ganado?
Un rayo de luz ilumino mi cara y fui ascendido hacia la brecha, aunque subí lentamente, acabe aterrizando en el tejado debido a un impulso.
La brecha casi estaba cerrada.
Cuando estaba a punto de desaparecer, se paró en seco, la brecha se abrió forzosamente obligada por... Mi némesis, llevaba restos de sombras colgando, y, por su expresión, estaba usando toda su fuerza.
-¡MI EXISTENCIA NO SE BASARÁ EN SER UN ALMA ATRAPADA! ¡SOY EL NUEVO LÍDER DEL NUEVO MUNDO!
Con la espada en la mano, saltó hacia mi tejado, tenía varios cortes por todo el cuerpo producidas durante su fuga.
Elevó su espada al cielo, la miró fijamente y empezó a hablar:
-Tú y yo luchamos por un mismo motivo, entrégame tu poder y déjame traer la victoria, no más derrotas, todo lo que siempre deseamos será nuestro.
La espada comenzó a convertirse en una extraña sombra que iba envolviendo todo su cuerpo, se había teñido todo de negro, exceptuando los ojos, del mismo rojo intenso.
Decidí hacer lo mismo, pues tenía las de perder, elevé la espada y dije algo parecido:
-Juntos compartimos un mismo sueño, liberar al mundo del mal que se ha personificado delante nuestro, préstame tu poder y déjame traer la victoria, como siempre hicistes, no perderemos y jamás lo haremos.
Mientras pronunciaba estas palabras, me sentía como un idiota, pues creía que no podría hacer lo mismo.
Para sorpresa mía y para bien, recibí el poder que esperaba.
Mi némesis convirtió sus brazos en dos largas espadas afiladas, empezó a perseguirme por todo el tejado, empecé a pensar desesperadamente cómo contraatacar, mientras pensaba en algún tipo de arma, mis brazos iban cambiando de forma, me fui al otro lado del palacio, y me concentre en crear algo potente, como veía que iba directo hacia mí, pensé en dos látigos. Aunque la sensación era rara e incómoda, le pille a la primera el truco.
Lo enredé de los brazos y lo traje hacia mí, antes de chocar, cambie mi brazo en un enorme puño, con el que lo envíe del guantazo a la cúpula.
Tras levantarse de los escombros, convirtió sus brazos en gigantescas garras, traté de probar la misma técnica, pero en vano, me devolvió el tortazo pero mandádome a una de las paredes que hacían de defensas.
Se fue rápidamente al tejado y comenzó a atacarme en forma de ametralladora.
Conbertí mis brazos en escudos y me dirigí hacia él en zig zag.
Cuando llegué hacia él, cambiamos a las garras y nos liamos a golpes. Ya no era estrategia, era quién caía antes.
Íbamos destrozándolo todo, puertas, paredes... Ya nos habíamos olvidado de la minúscula brecha del pozo, que hace poco era enorme.
Sin saber cómo, volvimos al tejado, solo que esta vez estábamos en un extremo cada uno.
Nos lanzamos al ataque sin armas, iba a hacer mi truco final, algo que no iba a ver venir.
Cuando parecía que nos íbamos a golpear, frené en seco y le propiné una patada giratoria en la cara.
Mientras caía, salte hacia él con intención de seguir, pero la espada tenía otro plan.
Perdí mi poder y volví con la espada en la mano, quería que acabara con él en ese momento.
A la vez que se estampaba contra el suelo, le atravesé el torso con ella, había querido hacerlo en la cabeza, pero no era un momento muy tranquilo y preciso.
Se levantó y consiguió lanzarme un par de metros, había perdido su poder, a su lado, la espada estaba hecha añicos.
Se le notaba un poco cojo y sangraba por todos lados.
-¿Crees que has ganado? -me preguntó- no me importa matarte con mis propias manos...
No pudo dar ni un paso, y ya se había caído, no estaba en condiciones para pelear.
El portal se abrió de nuevo, las sombras volvieron a aparecer.
-Has destruido la espada, no pudistes controlar su poder, no eres digno, mereces ser castigado -dijeron millones de voces a la vez.
-No pienso quedarme atrapado ahí para siempre- respondió mi némesis tratando de levantarse.
-No eres digno, mereces ser castigado, no eres digno, mereces ser castigado - repetian las voces.
Las sombras empezaron a anclarse a su cuerpo, que lo arrastraban hacia dentro.
La nueva espada será forjada con tu carne -añadieron las voces.
-¡VOLVERÉ HERMANO! ¡SABES QUE LO HARÉ! -me dijo antes de ser totalmente encadenado.
Pasó de ser odio puro a terror puro. Gritaba desesperado, sin poder hacer nada, una vez dentro, el portal se cerró.
La noche cesó, estaba... ¿amaneciendo?
Me quedé sentando en el suelo, sin articular palabra, me levanté y salí a buscar a mis compañeros.
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VAMPIRO:1999
VampireNikolay Bunin, un periodista rumano, descubre en una caja las cartas que escribió su abuelo, en ella, cuenta que un sucesor de Drácula destruirá el mundo este mismo año, junto a sus amigos Razvan y Gheorghe, tendrán que destruir al vampiro, pero no...