La oveja negra

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No podíamos creer lo que estábamos viendo, era como mi alter ego, mi mayor Némesis, era mi "hermano".
-Tú... Tu eres igual que yo -le dije aún sorprendido de lo hechos.
Razvan no cambiaba la cara, parecía el hombre de " El grito".
El menos sorprendido de los hechos era mi padre, que actuaba como si lo supiera de toda la vida.
-Expadre -dijo mi némesis volviendo a su sillón- creo que les debes una explicación.
Mi padre miraba al suelo con la mirada perdida, parecía que quería morir antes que contarnos la verdad.
-Supongo que todo esto es culpa mía -dijo en un tono triste, casi quería echarse a llorar.
A Razvan se le iban a salir los ojos de las órbitas, además, parecía que se le hubiera parado el corazón.
-Recuerdo aquel día... Cuando nacistes... Siempre lo recuerdo, pero no le daba importancia, pero nunca, nunca pensé que esto se haría realidad.
El 8 de Enero vinistes al mundo, junto con tu hermano, tú nacistes en perfectas condiciones, un bebé fuerte y sano, aunque no pude decir lo mismo de tu hermano.
Mientras, mi némesis estaba sentado en su sillón, con las piernas apoyadas en la mesa, serio, escuchando la historia.
Mi padre continuó el relato:
Tu hermano nació con lo peor del mundo, vino al mundo con cáncer y parálisis cerebral.
Cuando el doctor os recogió, salió de la sala rápidamente, le dijo a vuestra madre que se lo traerían enseguida, que iban a hacerle un reconocimiento médico.
Me avisaron y me reuní con el doctor, me explicó la situación; dijo que llevaba trabajando treinta años en el campo de la medicina y que nunca había visto nada igual. Dijo que el bebé no duraría mucho en esas condiciones, que no había nada que hacer, y que lo mejor era anestesiarlo y dejar que muriera en paz, sin dolor.
Acepté con lágrimas en los ojos, salí contigo en mis brazos y me reuní con tu madre, cambiando la tristeza por la sonrisa.
Le dije que todo había salido bien, que había un error en la ecografía y no eran gemelos, ella nunca pudo veros juntos, pues con el dolor del parto tenía la mirada clavada en el techo.
Yo no deseaba matarte, no merecías haber nacido así, yo hice lo mejor para ti, no quería que sufrieras.
-¿Eso es todo? -respondió decepcionado- ni siquiera le contastes la verdad a mi exmadre HIJOPUTA.
Mi némesis pateó el escritorio hacia nosotros, aunque pudimos esquivarlo fácilmente.
-Lo que no entiendo es cómo sigues vivo -le pregunté.
-Hubo un robo en el hospital -contestó- unos ghouls planeaban secuestrar a varios bebés, ya sea como alimento o para "cambiarlos de bando", pero claro, con tu padre cerca, no se atrevieron a hacer algo grande, y me llevaron a mí. Supongo que les dio pena matarme, o estaba asqueroso, es vez de eso, me convirtieron y me estuvieron suministrando extraños brebajes, ya sabes que un ghoul tiene las defensas más fuertes que las de un humano normal, y, por increíble que parezca, me curé.
El tiempo pasó y sabía perfectamente de dónde era y lo que debía de haber sido, ¿por qué no podía Nikolay haber tenido mis problemas? ¿Por qué yo?
Mientras los humanos pelean por obtener cosas que solo usarán una vez en la vida; los ghouls se juntan en manada y tratan de sobrevivir, en una comunidad autosuficiente, otros, tratan de ampliar su territorio, pero sin renunciar a sus orígenes.
Pero la razón por la que hago esto no es para crear un nuevo orden mundial, es por ti, hermano, si no hubieras nacido, nada de esto habría pasado. El vampiro original era una personificación de todos los odios que había en los ghouls hacia los humanos.
Pffffff... Menuda gilipollez, yo les di una razón para luchar, para no rendirse, tendí una trampa al vampiro y pude quedarme con su poder. CONSTRUÍ ESTA FORTALEZA DESDE LOS CIMIENTOS, HICE LO QUE NINGUNO JAMÁS IMAGINÓ, SOY UN DIOS PARA ELLOS, ¿Y TÚ CREES QUE PUEDES QUITÁRMELO?
Mi némesis tiró de la rabia su sillón por la ventana de una patada, aunque su cabreo no duró mucho.
El pozo... Está abierto -dijo emocionado.
No sabía qué era el pozo y por qué tenía tanto interés en él.
Por la mirada que tenía mi padre, era algo muy malo.
-Todos los ghouls y vampiros que no pudieron ser derrotados fueron encerrados en el pozo, una prisión eterna de la que no se puede escapar a menos que alguien lo abra, es imposible morir allí, muchos han perdido la cordura, otros, tenían esperanza en que volverían a ser libres.
-Es hora de acabar con esto, he de completar lo que le da sentido a mi vida, reclamar el lugar que me pertenece como líder de la raza superior, y tú, hermano, serás el último en ver desaparecer el mundo tal y como lo recordabas.
La habitación comenzó a ponerse oscura, y varias sombras aparecieron en forma de brazos.
Los brazos agarraron a Razvan y a mi padre y lo arrastraron hacia el pozo, yo no pude hacer nada.
-Tu y yo solos, hermano. ¡ES HORA DE TRAER EL INFIERNO A LA TIERRA!

VAMPIRO:1999Donde viven las historias. Descúbrelo ahora