Prólogo.

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"Siento que te voy a querer toda la vida." Avenida 749

***

Agosto 2016.

Sentada sobre el suelo de mi habitación, observo su foto de WhatsApp mientras siento mi corazón agrietarse otra vez más. No sé por qué soy así conmigo, hiriéndome viendo sus fotos y lamentándome al no haber sido correspondida.

Pego una calada a mi cigarro y bloqueo mi teléfono para limpiar una lágrima que se ha deslizado por mi mejilla mientras recuerdo la discusión de hace dos meses. Suspiro con resignación y me acerco a la ventana para abrirla y dejar que el humo se vaya.

Mi móvil vibra, lo tomo y desbloqueo para leer el mensaje.

Sandra: Hey, ¿quedamos?

Melissa: No estoy bien. Gracias.

Bloqueo de nuevo mi teléfono y cierro los ojos por unos instantes, en los cuales las lágrimas salen disparadas para deslizarse, de nuevo, sobre mis mejillas.

-Joder, Mel, no llores.

Apago el cigarrillo y perfumo mi cuarto con colonia de té verde para después cambiar mi ropa y limpiar mi boca. Cuando finalmente acabo, me tumbo sobre mi cama y enciendo el portátil.

En mi momento de paz, mi padre irrumpe en mi habitación con una gran sonrisa y un papel agitando en su mano. Extrañada, le miro con el ceño fruncido mientras viene hacia mí.

-Nena, no sabes lo orgulloso que estoy de ti.

-Papá, ¿qué pasa?

Mi padre suspira y pasa sus manos por su pelo rubio.

-Tu madre está comunicándolo a toda la familia.

-Papá, ¿qué pasa? -insisto.

-Mel, te han aceptado de intercambio en Londres.

Alzo las cejas sorprendida y una sonrisa abunda en mi rostro para abrazar a mi padre con efusividad.

Me han aceptado.

Mientras comparto este momento de alegría con él, algo se prende en mi interior y recuerdo que estaré más de nueve meses sin estar en España y no le veré.

“Supongo que es hora de cambiar de aires.”

Hugo, te quiero. [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora