"El amor es la mayor frescura de la vida." Pablo Picasso.
***
Melissa: ¿Para qué?
Livia sale del baño rodeando su cuerpo con una toalla, al igual que su pelo húmedo. Ella, tras avisarme que puedo ducharme, tomo mis cosas y me ducho con rapidez para después cambiarme y revisar el teléfono móvil.
John: Melissa, quiero hablar sobre tu examen. En mi despacho a las siete y media.
Observo el reloj y resoplo; son las siete y veinticinco. Me seco el pelo con rapidez, al igual que me maquillo rápidamente para después coger mi bolso y dirigirme hacia la puerta.
-¿Dónde vas? – me pregunta Livia, observándome con sus ojos azules, que se encuentran detrás de sus gafas.
-John quiere hablar conmigo.
Livia alza una ceja divertida y yo ruedo los ojos.
-Anda, calla y habla con Caleb.
Ella suelta una risita.
-¿Hablar o comerle la boca?
Cuando ella dice eso, yo me encuentro abriendo la puerta, pero me paro en seco y la observo.
-¿Os besasteis?
Ríe avergonzada y asiente.
-Y no solo una vez.
-¿Y cómo besa?
Ella me dedica una media sonrisa para después sonreír por fin y aplaudir.
-No mejor que yo, pero bien.
Río y niego con la cabeza.
-Te dejo, que llego tarde.
-¡Usad condón!
-Idiota – ruedo los ojos.
Tras salir de la habitación, voy corriendo hacia donde está su despacho y, cuando llego, me recuesto sobre la pared del pasillo esperándole. A los pocos minutos, él aparece para posicionarse enfrente de mí y alzar las cejas.
-¿Pasas o estás muy cansada?
Frunzo el ceño.
-¿Qué?
-He salido del Tesco* y os he visto.
Asiento, escuchándolo.
-¿Pasamos?
John asiente y va a abrirme la puerta, pero ya lo hago yo por él y me adentro en el despacho para ir directa hacia la silla que se encuentra frente al escritorio. Él, tras cerrarla, se sienta enfrente de mí.
-Bueno, ¿de qué querías hablar?
-Tus notas – aclara y yo asiento –, han bajado.
-Ya lo comentamos antes – le recuerdo –. Estos tres últimos temas son difíciles.
-¿Y por qué no vas a repaso?
-No lo necesito – aseguro –. Sé hacer todo, solo que tú los haces difíciles.
John ríe y se recuesta sobre el respaldo de su silla mientras yo me cruzo de brazos esperando una respuesta. Sus ojos marrones hundidos me observan durante unos segundos y luego vuelve a sentarse en una compostura adecuada.
-Difíciles creo que no son, ya que la mayoría ha sacado una nota bastante elevada – me informa –. Hay dos cosas: o no estudias, o no apruebas porque no quieres.
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Hugo, te quiero. [Parte 2]
RomanceCuando te rompen el corazón o la realidad te agolpa en el momento que estás en éxtasis, sufres; sientes el mundo derrumbarse y todo ponerse en contra tuya, creyéndote que al final es tu culpa. Melissa no está bien, y todo esto es a causa de la discu...