Capítulo 25.

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"Ella dijo que se iría y se llevaría

todo lo que fuese de ella,

y en efecto, se fue, y se llevó todas

sus cosas, todo lo que era suyo.

Se llevó todo. Y no me llevó a mí.

Y yo era suyo."

J. Porcupine.

***

“Él no me quiere.

Él tiene novia.

Él nunca me querrá.

¿Por qué mierda tengo tan poca voluntad?”

-Idiota. Idiota. Idiota.

Mientras me insulto, aparece en la pantalla que Hugo se ha conectado y ha visto mis mensajes, segundos después, se encuentra escribiendo. Mosqueada conmigo misma, bloqueo mi teléfono y lo lanzo a la otra esquina de mi cama para centrarme de nuevo en los estudios, pero la tentación acaba ganando y tomo mi teléfono para leer su mensaje.

Hugo: Hola, pequeño monstruo.

Hugo: ¿Qué tal?

Livia irrumpe en la habitación con una sonrisa y yo bloqueo mi teléfono rápidamente para ponerme a estudiar.

-¿Arthur? – pregunta, dirigiéndose a su cama.

Con mi mirada posada en el libro, asiento y carraspeo.

-Quiere verme esta noche.

-Estáis en época de mucho sexo, ¿ no?

Ríe y yo trago fuertemente.

“¡Menuda imbécil he sido! Se supone que estoy mosqueada con él. ¿Pero por qué? Ah, sí. Dios, escúchame y haz que Hugo deje a su novia.”

***

3 meses después...

Livia, Mila, Ria y yo salimos de Forever 21 con nuestras manos completamente ocupadas a causa de la cantidad de ropa que hemos comprado. Las cuatro nos dirigimos riendo hacia Picadilly Circus, donde hemos quedado con algunos de clase.

-¿Y te lo puedes creer? Me dijo eso esperando que le dijese que sí – nos cuenta Ria sobre un chico –, y encima tenía novia. Qué asco de hombre.

Reímos.

-Y bueno, Melissa, ¿qué tal con Arthur?

Río, peino mi pelo rubio y por los hombros para sonreír.

-Pues... muy bien – sonrío, otra vez –. Me ha pedido que seamos novios.

Las tres abren bien los ojos y yo río a la vez que asiento sintiendo una gran felicidad. Tengo a unas tres amigas fantásticas, un novio guapísimo y súper buena persona y la vida me va genial, ¿qué más me hace falta? Nada.

-¡Qué monos! – exclama Livia - Ojalá Caleb se digne a ser pareja.

-Si solo tenéis sexo – comenta Mila -. Además, seguro que estará casado.

-Gilipollas – espeta Livia hacia la rubia –. Envidiosa.

-Oye, Mel – me llama Ria, alejándonos de las dos que se encuentran discutiendo —, todavía no consigo comprender el por qué te has teñido de rubia platino y te has cortado tu precioso pelo hasta los hombros.

-Para cambiar – confieso con una sonrisa –. Me siento una nueva persona.

Sus ojos me observan atentos para después sonreír y guiñarme un ojo.

-Entonces si tú estás bien, yo también.

Reímos y juntamos nuestros brazos para dirigirnos hacia Mila y Livia, las cuales se siguen peleando.

Una música, cuya no reconozco, suena en la planta baja de la casa donde celebré mi cumpleaños y me besé por primera vez con Arthur. Bailo con Ria haciendo las tontas y entre risas mientras la demás gente del lugar se divierte.

-¿Ha venido Arthur?

-Está de camino.

Ria asiente y las dos reímos sin motivo alguno a causa de la locura que se nos ha metido en estos tres meses. La música cambia y SexyBack – Justin Timberlake, Timbaland suena en la casa mientras nosotras alzamos las cejas al escuchar la canción.

-¡Me encanta! – exclama Ria – ¡Bailémosla!

Las dos reímos y empezamos a movernos como unas completas locas entre la gente del lugar, provocando que nos riamos y Livia junto Mila se unan. Segundos después, me encuentro de espaldas a Livia simulando que perreamos de una forma bastante rara y con mucha gracia.

-Oye, no os comáis a mi novia – interviene Arthur, causando que paremos de bailar.

-¡Cielo! – exclamo, lanzándome a sus brazos y besándole –. Bailemos.

-¿Has bebido? Estás muy feliz.

-Para nada – río –. Solo quiero bailar.

Me posiciono de espaldas a Arthur y empezamos a movernos al espectacular ritmo de la música que está sonando. Mis glúteos rozan varias veces la entrepierna de Arthur, provocando que el baile se vuelva más sensual y la temperatura suba.

-¡Dios, que subidón! – exclama Livia sin parar de reír – ¡Ria, hagamos twerking como unas locas!

Las dos se toman la mano para después empezar a hacer twerking de mala manera y entre risas. Arthur, Mila y yo reímos ante el espectáculo que nos están dando a ver mis dos amigas mientras la música cambia y Single Ladies- Beyoncé suena.

-¡No puede ser! – exclamo y observo sorprendida a Arthur-. Cariño, espérame aquí que voy a bailar esta con Livia.

Las cuatro nos unimos y empezamos a mover nuestros brazos y caderas sin sentido algunos ante la mirada graciosa de Arthur y alguna que otra persona, las cuales se ríen. Las cuatros hacemos un trenecito y empezamos a movernos como completas alocadas: agitando nuestro pelo sin censura, combinando twerking con salsa, sacudiendo nuestros cuerpos...

***

-¡Dios! – exclamo y recuesto mi espalda sobre el colchón –. Desde que eres mi novio follas mejor.

Arthur me mira ofendido a los ojos, provocando que yo estalle a carcajadas y rodee su torso con mis brazos.

-Serás...

-Te quiero, tonto.

Río y beso la punta de su nariz.

-Eres un caso perdido, Melissa.

Arthur, sin preámbulo alguno, se posiciona entre mis piernas y lleva sus manos a mis costillas, queriéndome hacer cosquillas; cosa que consigue. Estallo a carcajadas mientras él disfruta viéndome retorcer entre sus manos a la vez que le suplico que pare.

-¡Arthur, por favor! – exclamo riendo - ¡Por favor!

Él ríe.

-No, cariño – niega –. Ahora quiero reírme yo.

-¡Arthur!

Mi novio sigue haciéndome cosquillas mientras yo, como anteriormente, le suplico que pare de hacerlas, pero acaba haciéndome más.

Tras haber parado, los dos nos encontramos de lado en su cama mientras nos observamos a los ojos sin articular palabra alguna.

-¿Te has quitado el condón? – pregunto.

Arthur niega con la cabeza y se sienta en la cama.

-Ahora me lo quito –anuncia, dándome la espalda –. Melisa...

-¿Qué? – pregunto extrañada.

Gira parte de su cuerpo, me observa con sus ojos ensanchados y un atisbo de preocupación cruza su mirada.

-El condón se ha roto.

Hugo, te quiero. [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora