"¿El beso? Un truco encantado para dejar de hablar cuando las palabras se tornan superfluas". Ingrid Bergman.
***
-¿Y cómo fue?
Los ojos de Mila se posan sobre mí, incitando que mis mejillas se tornen rojas y baje la mirada avergonzada mientras recuerdos de ayer por la noche con Arthur azotan mi mente. Escucho la risa de la rubia y observo su estilo seductor a la hora de vestir para después posar mi mirada en sus ojos.
-Muy bien.
Mila alza una ceja a la vez que sonríe cómplice para después desviar su mirada a Livia, la cual está observando un punto fijo.
-¿Qué haces? – le pregunto.
Ella sonríe y nos mira por unos segundos para después posar la mirada de nuevo en el mismo lugar.
-Está ahí – suspira -. Es guapo, ¿verdad?
Mila, Ria y yo desviamos la mirada para encontrarnos al hombre que vimos el día anterior y yo asiento con la cabeza, concordando con mi compañera.
-Es más que eso...- murmura Ria.
-Ya lo creo.
Río ante el comentario de Mila y veo como Arthur entra por la puerta principal del comedor para ir a desayunar, pero antes de eso, se acerca hacia mí y me besa con efusividad.
-Vaya – rezonga Livia –. La pasión se ha avivado.
Las otras dos ríen.
-¿Quedamos esta noche?
Arthur me guiña uno de sus ojos azules y mi mente procesa su pregunta para percatarme que él y yo tan solo somos sexo y nada más.
“Y yo que pensaba que, a lo mejor, podríamos llegar a algo más.”
Sonrío y asiento.
-Nos vemos.
El de los ojos azules me vuelve a besar para después marcharse y vemos como John se une a hablar con el hombre que tiene encandilada a Livia.
-¿Cómo te va con John?
Frunzo el ceño y observo los ojos de Ria, los cuales me observan con atención y yo me encojo de hombros.
-¿Cómo tendría que ir?
-Pues que si te lo follarás – comenta Mila.
-No – niego rotundamente.
-Me está mirando – anuncia Livia –. No miréis.
-Acércate a hablarle – sugiere Ria.
-¿Qué? No. Qué vergüenza.
[...]
El timbre suena, anunciando el final del día de clase y Livia y yo nos incorporamos al igual que los demás tras acabar la clase de matemáticas.
-Melissa – me nombra John –, quédate unos segundos.
Mis ojos, rápidamente, se posan sobre los azules de Livia y ella, con la cabeza, me indica que me esperará al otro lado de la puerta. Asiento con una media sonrisa y me dirijo hacia el lugar en el que se ubica John, que está recogiendo sus cosas.
-No me has mandado ningún mensaje.
-He estado ocupada – miento -. ¿Por qué?
Sus ojos se posan sobre mí y me dedica una media sonrisa.
-He hablado con la junta y quieren saber ya los métodos.
-Bueno... – arrullo-. ¿Te parece bien a las 6?
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Hugo, te quiero. [Parte 2]
RomanceCuando te rompen el corazón o la realidad te agolpa en el momento que estás en éxtasis, sufres; sientes el mundo derrumbarse y todo ponerse en contra tuya, creyéndote que al final es tu culpa. Melissa no está bien, y todo esto es a causa de la discu...