Capítulo 10.

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"El amor nunca tiene razones, y la falta del amor tampoco. Todo son milagros". Eugene O' Neill

***

Respondo a todos los mensajes menos a los enviados por Hugo. Cuando accedo a nuestro chat, un suspiro se escapa de mis labios y presiono la pantalla para ver su foto de perfil. En la imagen él se ve contento; alegre. Una sonrisa abarca en su cara mientras su brazo rodea el de Darío mientras ambos están sentando en un banco de Alcázar de los Reyes Cristianos*.

-¿Qué te pasa? – pregunta mi compañera, tras verme y dirigirse a coger ropa interior.

-Hugo me ha hablado — informo con mi mirada fija en la lista de chats, observando el suyo sin abrir —, y no sé si actuar como las demás veces.

-Hazlo – opina Livia —. Quizá él no sepa el por qué estás así, pero eso no impide que dejes de hablarle. Ya se dará cuenta, los hombres tardan en saber las cosas que les suceden a las mujeres.

Suspiro.

-Entonces... ¿Lo borro?

Asiente, ajusta su toalla alrededor de su cuerpo húmedo y se dirige de nuevo al baño.

Un mensaje aparece en mi bandeja de entrada de WhatsApp y lo leo rápidamente. Es Emma.

Emma: Hola, Mel. ¿Cómo estás? ¿Qué tal por Londres?

Emma: Bueno, supongo que bien. Jajajaja.

Emma: Quería preguntarte qué es lo que ha sucedido con Hugo, ya que él está muy preocupado porque ignoras sus mensajes. Si no quieres contármelo, lo entenderé.

-¿Ahora lo sabe todo el mundo, o qué? Ni que fuera una noticia de la prensa rosa...

Tecleo la respuesta.

Melissa: Hola, Emma. Estoy bien, ¿y tú? Gracias por preguntar.

Melissa: Supones bien. Jajajajaja. ¿Cómo va todo por España?

Melissa: No sucede nada, simplemente desencuentros con él.

-No se lo creerá ni loca — susurro para mí.

Emma se conecta y veo rápidamente como los ticks se vuelven de color azul y pasa de estar "en línea" a "escribiendo...". Pocos segundos después, su respuesta aparece en el chat y mis ojos se dirigen ansiosos a leerla.

Emma: Oh, me alegro. Aquí todo va bien.

Emma: Ah, de acuerdo. Gracias por responder.

-Ni de coña se lo ha tragado – aseguro mientras bloqueo el teléfono.

[...]

-¿Hace cuanto que no lo haces? – pregunta Mila mientras come bangers and mash*.

Observo a todas mirarme y yo, confundida, me señalo con el dedo índice.

-¿Yo?

La rubia de ojos azules asiente.

-Tú no eres virgen, ¿no?

Niego con la cabeza.

-Pues no lo sé... – respondo recordando -. Desde que lo dejé con mi último novio.

-¿Y hace cuánto? – pregunta Ria tras pegar un bocado de su comida, pies and cornish pasties*.

Frunzo el ceño al no recordar exactamente cuánto tiempo ha pasado.

Hugo, te quiero. [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora