"El amor no prospera en corazones que se amedrentan de las sombras". William Shakespeare.
***
Los ojos de Mila me observan atentamente mientras yo dirijo mi mirada a cualquier punto del gimnasio menos a ella.
-¿Melissa?
Poso mi mirada en sus ojos azules y alzo ambas de mis cejas.
-¿Qué?
-No me has respondido -me dice – ¿Qué ha pasado con Hugo?
Cuando mi amiga pronuncia su nombre, un escalofrío recorre mi espina dorsal; causando que la piel se me ponga de gallina y una sensación de vacío se cree en mi pecho.
-Ya no hablamos - respondo mientras sigo moviéndome en la máquina intentando aparentar tranquilidad.
-¿Y por qué? Ninguna sabemos nada.
-Simplemente me cansé - comento con una sonrisa falsa –. Me tenía que haber dado cuenta de que él no es para mí.
Observo, de reojo, como Mila asiente ante lo que yo le he respondido y sigue haciendo ejercicio en esa máquina a la vez que noto como me cuesta respirar y el pecho se me oprime más.
“Hugo.”
Su nombre no lo había vuelto a escuchar desde lo que sucedió hace cuatro meses. Cuando mi mente, como en estos instantes, se dedica a recordar momentos con él. Siento que todo se cae encima de mí.
-Melissa, ¿estás bien? - me pregunta Mila, bajada de la máquina.
Parpadeo varias veces y asiento con una sonrisa.
-Sí, ¿por qué?
-Te has quedado como en tu mundo - me relata mientras nos dirigimos hacia otras maquinas - ¿Pensabas en él?
Río con falsedad mientras coloco mi toalla sobre mi hombro izquierdo y me siento en la máquina para fortalecer abductores.
-Tonterías - murmuro –. Tú sabes que no.
Mila me dedica una mirada intentando darme a entender que no se ha creído nada de lo que he respondido y yo, sin dejar de pensar en lo que sucedió, empiezo a hacer ejercicio.
***
-¿Tienes los apuntes de matemáticas? – me pregunta Livia desde su escritorio.
Con la vista posada en mis apuntes de historia del mundo contemporáneo, asiento con la cabeza y le entrego una carpeta con lo que necesita para después alzar la vista y dedicarle una sonrisa torcida.
-¿Cómo lo llevas? – me pregunta, referente a lo que estudio.
Ruedo los ojos, estiro mis brazos y resoplo para a continuación posar mis ojos en los suyos azules, los cuales están detrás de sus gafas de ver.
-Es pesado.
-Por eso me cogí yo literatura universal.
Río y niego con la cabeza mientras poso, de nuevo, mi mirada en los apuntes.
-Como si eso fuese fácil...
Escucho como ella ríe.
-Más que historia, sí.
[...]
-¿Te vienes a la fiesta de hoy? – me pregunta Livia, subiendo sus shorts negros deshilados.
Niego con la cabeza y mordisqueo el tapón negro de mi bolígrafo.
-Tengo que estudiarme dos páginas que me quedan todavía.
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Hugo, te quiero. [Parte 2]
RomanceCuando te rompen el corazón o la realidad te agolpa en el momento que estás en éxtasis, sufres; sientes el mundo derrumbarse y todo ponerse en contra tuya, creyéndote que al final es tu culpa. Melissa no está bien, y todo esto es a causa de la discu...