La mayor declaración de amor
es la que no se hace;
el hombre que siente mucho,
habla poco.Platón.
***
El timbre suena y rápidamente recojo
las cosas que se encuentran sobre mi pupitre para incorporarme después y salir del aula. Nada más pisar el pasillo, voy directa hacia mi habitación, pero una voz me llama.-¡Melissa, espera!
Me paro en seco en medio del pasillo y volteo parte de mi cuerpo para vislumbrar a Ria hacerse hueco entre el gentío y venir hacia mí.
Sonrío.
-Hola.
-Hola -me saluda para después sonreír y emprender ambas camino por el pasillo –. ¿Vas a tu habitación?
Asiento.
-Sí, ¿por qué?
-Tengo que contarte algo.
Intrigada, alzo las cejas incitándola a que me cuente qué es lo que le pasa, pero Ria me ignora y llegamos a la habitación. Nada más abrir la puerta y adentrarnos, dejo mis cosas sobre mi escritorio para girarme y hablar.
-¿Y bien?
-Pues... - tantea Rian–. Resulta que ayer vi a Caleb.
Frunzo el ceño.
-¿Caleb? - asiente - ¿Qué Caleb?
-El que tuvo "algo" con Livia.
Asiento recordando.
-¿Y?
Ria me observa como si estuviese pasando un mal trago, toma asiento en mi cama y rasca su nuca mientras yo me encuentro de pie y a unos metros de ella.
-Está casado y tiene dos gemelas.
Cuando Ria me confiesa eso, mi mandíbula inferior cae al suelo y los ojos se ensanchan a más no poder. Ella asiente intentando que salga de aquel shock en el que me he quedado y miles de insultos se crean en mi mente para decírselos si le veo.
-Pero... si Livia dijo que él no...
Asiente.
-Lo sé, pero resulta que es mentira - suspira -. ¿Qué hacemos?
-Ya nada - digo tomando asiento a su lado –. No están juntos.
Ella resopla.
-Los hombres son una mierda, Melissa.
Cuando Ria me dice eso, nada más haber pronunciado la palabra "hombres", la imagen de Hugo aparece en mi mente y, a continuación, recuerdos de las últimas conversaciones con él azotan mi mente.
-¿Estás bien? -me pregunta mi amiga, que se ha incorporado hasta estar enfrente de mí.
Al estar con la mirada perdida, reacciono con sus palabras y la miro para sonreír con seguridad.
-¿Y tú que tal con tu ex novio o novio?
-Pues... - murmura ella –. Ahí estamos.
La observó expectante.
-¿No salís?
-Es algo raro -me contesta Ria, nerviosa, tomando asiento a mi lado y colocando después un mechón de su pelo rizado tras su oreja –. Creo que tampoco llegaremos a nada...
-¿Por qué?
-El pasado vuelve, Melissa - me dice con una leve mueca –. Y no se puede cambiar.
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Hugo, te quiero. [Parte 2]
RomanceCuando te rompen el corazón o la realidad te agolpa en el momento que estás en éxtasis, sufres; sientes el mundo derrumbarse y todo ponerse en contra tuya, creyéndote que al final es tu culpa. Melissa no está bien, y todo esto es a causa de la discu...