Capítulo 17.

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"El amor es el significado último de todo lo que nos rodea. No es un simple sentimiento, es la verdad, es la alegría que está en el origen de toda creación". Rabindranath Tagore.

***

-¿Te vienes?

Livia sale del baño con su pelo húmedo recogido en una toalla, alzo la vista y la observo para después negar con la cabeza. Ella asiente, se calza sus zapatillas después de haberse peinado y secado el pelo, y se acerca a darme un beso en la mejilla para después coger sus llaves.

-Adiós, nena.

-Chao.

Cuando la puerta suena indicando que mi compañera se ha marchado, bajo de la cama y saco de debajo de ella una lata de bebida energética y tomo mis apuntes. La abro y bebo de un trago más de la mitad del contenido para después empezar a memorizar la teoría que tengo que estudiar.

Compruebo la hora en el reloj y veo que son las doce; Livia estará a punto de llegar. Recojo mis cosas y las meto en la mochila para después tomar otra lata de bebida energética y dirigirme hacia la biblioteca. Cuando llego, cojo asiento en el puesto más alejado y me pongo los auriculares para escuchar música mientras estudio de nuevo.

Pego otro trago a lo que queda de la primera lata para después sentir como me quitan el auricular del oído izquierdo. Algo molesta, miro a la persona que me ha interrumpido con mosqueo para después ensanchar mis ojos y entreabrir mi boca.

-¿Te piensas beber la otra? – pregunta, sin dejar de mirarme - Porque si lo haces puedes acabar en urgencias por taquicardia.

-¿Y a ti que más te da? Tengo que estudiar.

John toma asiento frente a mí y coge la lata de bebida energética para contemplarla y después rodar los ojos. Como hizo en su despacho, apoya su cabeza entre sus manos y los codos sobre la madera oscura de la mesa del lugar.

-¿Cuánto hace que estudias?

-No lo sé – respondo cortante -. Y repito, ¿a ti que más te da?

-Son la una de la madrugada, deberías estar durmiendo.

-Pues como tú.

Puedo ver que, tras decir eso, John sonríe de lado y rueda los ojos.

-¿Cuánto llevas estudiando?

-Te lo repito para que lo entiendas: no lo sé.

Asiente.

-Vete a dormir.

-Tú también.

Rueda los ojos y se pone de pie.

-Es una orden, Melissa.

Ruedo esta vez los ojos yo y recojo mis cosas para ponerme de nuevo el auricular que John me ha quitado. Camino con mis cosas hacia el pasillo mientras él viene tras mí, yéndome yo hacia mi habitación y él hacia la suya. Cuando entro, me encuentro a Livia durmiendo placenteramente en la cama y yo resoplo; esta noche va a ser muy larga.

[...]

-¿No has dormido?

Con cansancio, poso mi mirada en Ria y niego con la cabeza para después bostezar y beber algo de café. Livia junto las otras dos desvían su mirada hacia un lugar, provocando así que yo también las siga.

-¿El que te gusta, Livia?

-Sí – suspira embelesada -.  Ayer me lo encontré.

-¿Y qué pasó? – pregunta con interés Mila - ¿Te dio su teléfono o algo?

Hugo, te quiero. [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora