Capítulo 15.

1.7K 130 7
                                    

"El amor no es solo un sentimiento. Es también un arte". Honorato de Balzac.

***

-¿Qué pasa? -pregunta Livia, al ver que me paro en medio de la calle.

-Me.... Me ha hablado Hugo.

Ria y Livia se miran por unos segundos y vienen hacia mí para leer el mensaje que me ha enviado y borrarlo.

-Ya está. ¿Estás mejor?

Las miro y asiento.

Poco después, nos adentramos al restaurante y pedimos cada una el plato que queremos. Cuando acabamos, nos dedicamos a dar una vuelta por Piccadilly Circus hasta sentarnos sobre las escaleras en las que se encuentra la pequeña estatua de Cupido.

-Estoy agotada -murmura Livia -. Oye, Melissa, ¿quieres que te haga una foto?

Frunzo el ceño y asiento, le entrego mi teléfono y sonrío para después Livia entregarme el móvil con la foto hecha.

-Farda de que estás aquí.

Sonrío.

-Eso haré.

Dos horas después, todas nos vamos hacia la residencia, pero Livia en vez de venir a nuestra habitación se va con Ria. Cuando yo entro a la mía, rápidamente me pongo a estudiar para los próximos exámenes pero un sonido proveniente de mi portátil me interrumpe.

Extrañada, pongo mi portátil frente a mí para después ver una petición de Skype enviada por Hugo. Nada más verlo, se hace un nudo en mi garganta y mis dedos se deslizan sobre el teclado.

Aceptar.

Su imagen, a los segundos, se hace presente en mi pantalla y yo trago con todas mis fuerzas intentando no desmoronarme.

-Hola - saludo, con frialdad.

-Melissa, ¿por qué has ignorado mi mensaje? -pregunta con preocupación - ¿Qué te pasa desde que estás en Londres?

Desvío mi mirada llorosa hacia otro lado mientras retengo mi labio inferior temblando bajo el superior.

-¿Qué quieres, Hugo?

Él suspira y veo, de reojo, como despeina su pelo con desesperación.

-Te echo de menos, Melissa - pero, como si se hubiese dado cuenta de lo que ha dicho, se retracta -. Digo... Todos te echamos de menos.

Las lágrimas se escurren por mis mejillas y los sollozos se hacen presentes. Rápidamente, aparto el portátil y limpio mis lágrimas con rapidez, intentando ocultar mi estado de ánimo.

-Melissa, ¿dónde estás?

-Aquí.

Tomo una buena bocanada de respiración y posiciono, como anteriormente, el portátil frente a mí y fuerzo una sonrisa. Hugo también sonríe, mostrándome la sonrisa que hace mi corazón latir.

-¿Qué ha pasado?

-Nada.

Asiente y veo como posa su mano sobre la pantalla del portátil.

-Seis meses y nos veremos.

-Siete -rectifico -. Y sí, nos veremos. Pero aún así, ¿qué quieres?

-Hablar, saber cómo estás...

-Estoy bien.

Mentira.

Asiente incómodo.

-¿Cómo te va con la de intercambio?

-Bien, bien - responde -. Estamos pasando un mal momento, pero por lo demás, perfecto.

Hugo, te quiero. [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora