"El amor no es solo un sentimiento. Es también un arte". Honorato de Balzac.
***
-¿Qué pasa? -pregunta Livia, al ver que me paro en medio de la calle.
-Me.... Me ha hablado Hugo.
Ria y Livia se miran por unos segundos y vienen hacia mí para leer el mensaje que me ha enviado y borrarlo.
-Ya está. ¿Estás mejor?
Las miro y asiento.
Poco después, nos adentramos al restaurante y pedimos cada una el plato que queremos. Cuando acabamos, nos dedicamos a dar una vuelta por Piccadilly Circus hasta sentarnos sobre las escaleras en las que se encuentra la pequeña estatua de Cupido.
-Estoy agotada -murmura Livia -. Oye, Melissa, ¿quieres que te haga una foto?
Frunzo el ceño y asiento, le entrego mi teléfono y sonrío para después Livia entregarme el móvil con la foto hecha.
-Farda de que estás aquí.
Sonrío.
-Eso haré.
Dos horas después, todas nos vamos hacia la residencia, pero Livia en vez de venir a nuestra habitación se va con Ria. Cuando yo entro a la mía, rápidamente me pongo a estudiar para los próximos exámenes pero un sonido proveniente de mi portátil me interrumpe.
Extrañada, pongo mi portátil frente a mí para después ver una petición de Skype enviada por Hugo. Nada más verlo, se hace un nudo en mi garganta y mis dedos se deslizan sobre el teclado.
Aceptar.
Su imagen, a los segundos, se hace presente en mi pantalla y yo trago con todas mis fuerzas intentando no desmoronarme.
-Hola - saludo, con frialdad.
-Melissa, ¿por qué has ignorado mi mensaje? -pregunta con preocupación - ¿Qué te pasa desde que estás en Londres?
Desvío mi mirada llorosa hacia otro lado mientras retengo mi labio inferior temblando bajo el superior.
-¿Qué quieres, Hugo?
Él suspira y veo, de reojo, como despeina su pelo con desesperación.
-Te echo de menos, Melissa - pero, como si se hubiese dado cuenta de lo que ha dicho, se retracta -. Digo... Todos te echamos de menos.
Las lágrimas se escurren por mis mejillas y los sollozos se hacen presentes. Rápidamente, aparto el portátil y limpio mis lágrimas con rapidez, intentando ocultar mi estado de ánimo.
-Melissa, ¿dónde estás?
-Aquí.
Tomo una buena bocanada de respiración y posiciono, como anteriormente, el portátil frente a mí y fuerzo una sonrisa. Hugo también sonríe, mostrándome la sonrisa que hace mi corazón latir.
-¿Qué ha pasado?
-Nada.
Asiente y veo como posa su mano sobre la pantalla del portátil.
-Seis meses y nos veremos.
-Siete -rectifico -. Y sí, nos veremos. Pero aún así, ¿qué quieres?
-Hablar, saber cómo estás...
-Estoy bien.
Mentira.
Asiente incómodo.
-¿Cómo te va con la de intercambio?
-Bien, bien - responde -. Estamos pasando un mal momento, pero por lo demás, perfecto.
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Hugo, te quiero. [Parte 2]
RomanceCuando te rompen el corazón o la realidad te agolpa en el momento que estás en éxtasis, sufres; sientes el mundo derrumbarse y todo ponerse en contra tuya, creyéndote que al final es tu culpa. Melissa no está bien, y todo esto es a causa de la discu...