Capítulo 19.

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"Cuando se habla de estar enamorado como un loco se exagera; en general, se está enamorado como un tonto". Noel Clarasó.

***

Cuando leo el mensaje, algo cálido se instala en mi interior al percatarme de que realmente le importo a Hugo, a pesar de todo. Sigo releyendo el mensaje mientras una de las esquinas de mis labios se curvan hacia arriba.

Melissa: Te echo de menos.

Descanso mis labios sobre la pantalla y espero pacientemente su respuesta mientras mi corazón late con rapidez ante el mensaje que me tiene que enviar. Cuando él se conecta, mi corazón se desboca, y cuando me sale que me está respondiendo, una sonrisa se dibuja en mi rostro.

Hugo: Y yo, Mel.

-¿Con quién hablas?

Alzo la vista y observo a las tres chicas mirarme con curiosidad para después yo largar un suspiro mientras intento calmar los latidos de mi corazón.

-Hugo me echa de menos.

Livia y Mila alzan las cejas sorprendidas mientras Ria me dedica una sonrisa, a la que yo correspondo. La chica rubia me tiende una botella de alcohol que yo tomo para beber de un trago y reír mientras recuerdo todos estos años junto a él.

-¿Y Arthur?

-¿Qué pasa?

-Sois pareja - me indica Livia -. Entonces, ¿qué pasará con él?

-Arthur y yo solo tenemos sexo, Livia - aclaro -, y no pasará nada con él porque Hugo solo me ha dicho que me echa de menos, no que me quiere.

-Pero tienes esperanzas - me dice Ria con una sonrisa.

-¿Y quién no tendría?

Sonrío y echo una ojeada a mis mensajes para ver uno de Hugo, que me causa volver a la realidad de un golpe.

Hugo: ¿Hablamos mañana por Skype? Tengo que ir a ver a mi novia.

Melissa: Vale.

***

-¿Y cómo te fue el examen de historia? - me pregunta, posando sus ojos azules en mí.

Sonrío, limpio mi boca con la servilleta y asiento.

-Algo mal - confieso -. ¿Y el tuyo de química?

Arthur resopla.

-Fatal.

Reímos y siento mi pecho vibrar para después quedarme mirándole a mi lado e inclinar mi cabeza, sellando nuestros labios en un beso. Cuando nos separamos, él me guiña un ojo y corta un trozo de su pastel de atún para llevárselo a la boca.

-¿Vienes luego a mi habitación? - le pido -. Livia se va.

Arthur asiente y bebe de su cerveza.

-Dalo por hecho, nena.

Tras comer junto a él, nos dirigimos a la habitación de la residencia para empezar a quitarnos la ropa y unirnos en pasión. Tiempo después, Arthur duerme a mi lado mientras yo contemplo con nostalgia una foto de mi galería en la cual estoy junto a él. Trago con fuerza mientras siento una grieta en mi corazón abrirse más mientras pienso que su corazón ahora está por otra. Mientras me dedico a sumergirme en mis pensamientos, un mensaje del castaño llega a mi bandeja de WhatsApp.

Hugo: Hey, Mel

Hugo: ¿Puedes ahora Skype?

Poso mi mirada en un Arthur profundamente dormido y hago una mueca para después teclear la respuesta:

Hugo, te quiero. [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora