"He experimentado de todo, y aseguro que nada es mejor que estar en los brazos de alguien a quien amas". John Lennon.
***
Mayo.
-Dios – digo rompiendo el silencio mientras me separo del escritorio –. La cabeza me va a estallar.
Livia, que está en su cama, alza su mirada hacia mí y entrecierra los ojos.
-¿Matemáticas?
Niego con la cabeza y rasco mi cuero cabelludo a la vez que poso mi vista en mis esquemas.
-Historia.
Ella resopla y posa su mirada en su libro.
-Entiendo entonces el por qué.
Sonrío, me pongo enfrente de mis esquemas y masajeo con ambas de mis manos mi sien.
-Venga, que solo queda mes y medio.
-Como ha pasado de rápido el tiempo, ¿verdad? – pregunta Livia levantándose de su lugar y sentándose a mi lado – Hace nada estabas con Arthur, yo con Caleb y estabas castaña clara.
Río y remojo mis labios para después fruncir el ceño de nuevo.
-¿Qué pasó al final con él? No me quedó realmente claro.
Sus ojos azules me observan a través de sus gafas y hace una mueca para ponerse en pie, caminando por la habitación.
-Me levanto la voz una vez en público varias veces, y a mí nadie me levanta la voz.
Alzo las cejas y giro mi cabeza para observarla.
-¿Habéis hablado?
Niega.
-No me ha llamado – me cuenta –. Tampoco esperaba llamada suya. Al fin y al cabo no estaríamos juntos para siempre.
***
La Oreja de Van Gogh – Cuéntame al oído suena en mis auriculares cuando salgo de los vestuarios tras haberme cambiado. Con una bolsa de deporte sobre mi hombro, mi móvil en mi mano izquierda y mi vista posada en él, no me percato de que me choco con alguien. Cuando me doy cuenta, quito uno de mis auriculares y observo a Arthur, el cual me pide con la mirada perdón.
-Lo siento – me disculpo para colocarme de nuevo el auricular y seguir con mi camino.
Llego a mi habitación y me encuentro a Ria sentada en la cama con un bonito vestido granate, una chupa de cuero y botines marrones con su pelo alisado y trenzado.
-¿Y eso que vas tan guapa? – pregunto curiosa, dejando mi bolsa en la entrada cuando sus ojos se posan sobre los míos.
-¡Tengo una cita!
Alzo las cejas sorprendida y aplaudo de la alegría.
-¡Qué bien! ¿No?
-Sí – asiente ella entusiasmada –. Lo que no sé si voy bien...
La observo y asiento con un sonrisa.
-¿Enserio? ¡Pero si vas perfecta!
Ella resopla.
-Menos mal...
-¿Y con quién es esa cita? – curioseo a la vez que tomamos asiento en mi cama.
Ria sonríe algo avergonzada para después posar su mirada en sus piernas algo regordetas y después en mí, que espero pacientemente la respuesta.
-Hemos estado hablando durante todo este curso pero él no se atrevía a quedar conmigo hasta ahora.
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Hugo, te quiero. [Parte 2]
RomanceCuando te rompen el corazón o la realidad te agolpa en el momento que estás en éxtasis, sufres; sientes el mundo derrumbarse y todo ponerse en contra tuya, creyéndote que al final es tu culpa. Melissa no está bien, y todo esto es a causa de la discu...